En EE UU no manda Obama. Este anti-negro es totalmente un cero a todas las izquierdas de la tierra. Obama es un blanco racista que nació disfrazado de negro. Este anti-negro sabe lo que se viene urdiendo contra el ALBA, pero él no puede hacer nada. El anti-negro ha dicho que el golpe de Michelitte es ilegal, como si pudiera haber alguno que no lo fuese. El anti-negro a cada paso dice barbaridades muy bien sustentadas por su ridícula pose de tener que representar en el mundo al imperio. Sobre todo cuando dijo que había que ver hacia el futuro y olvidarse del pasado. En la minuta que recibió en abril de sus consejeros para América Latina se le presentó en pocas líneas el golpe contra Zelaya o contra Correa. El anti-negro preguntó quién había coordinado el plan y se le dijo que Otto Reich, el ex alto funcionario de las administraciones Reagan y Bush, experto “en asuntos de la región, con altos conflictos anti-norteamericanos…” El anti-negro firmó el acta de acción inmediata diciendo que mientras ante la opinión pública mundial no aceptaría el golpe, la Clinton debería mantener una posición ambigua, buscando negociadores y dando tiempo a que Micheletti se fortaleciera en el poder. Que debía realizar una campaña mediática muy fuerte con el apoyo de los amigos de la SIP y sobre todo con la prensa española, principalmente el diario “El País”, asociado éste al grupo Murdoch. De ahí en adelante se armaron las redes para proceder a echar primero a Zelaya. Lo de Correa se está cocinando todavía, con lo del “negocito con las FARC” y la acciones de Uribe-Santos. Se piensa que para finales de este año ya debe estar armado un conflicto bélico entre Colombia, Ecuador y Venezuela. Se está armando una estrategia parecida a la de una acción militar relámpago como la de los seis días, la de 1967, cuando Israel desarmó y destruyó para siempre el proyecto de la unidad árabe que venía organizando Gamal Abdel Nasser.
Para confeccionar el golpe contra Zelaya, la CIA se reunió con el empresariado, con los obispos y con el alto mando militar hondureños. Ya todos estaban maduros para lanzar la paradita, y lo hicieron cuando el Departamento de Estado les dio la orden. Hoy ya sabemos que el Departamento de Estado ha dicho que Zelaya no debe volver a Honduras y que los hondureños solitos son los que deben resolver su problema; ellos los que nunca realmente han dejado que país alguno resuelva sus problemas por sí mismo. Por eso, el mismo día, cuando se lanza el golpe, la primera declaración de la Casa Blanca fue negar los hechos criminales liderados por Micheletti. La Casa Blanca fue la que emitió la única declaración oficial al mundo en la que no tuvo una sola palabra de condena al golpe. El anti-negro comenzó a pasearse con el rabo entre las piernas esperando que con sus enredos de suave condena al golpe, Micheletti fuera consolidando su proyecto. Hoy ya sabemos que Otto Reich se ha pronunciado a favor del golpe diciendo que el ALBA es un anacronismo que debe desaparecer; que el ALBA está formado por “países que alientan los presidentes quienes, mientras han sido elegidos democráticamente, una vez en el poder violan o cambian sus reglas y luego se quedan en el poder de manera indefinida”.
La posición del anti-negro Obama es de honor frente a Luis Posada Carriles protegido de Otto Reich y enemigo a muerte de Nicaragua.
Otto Reich, no lo olvidemos, es asesor actualmente de Manuel Rosales y Antonio Ledezma, y uno de los artífices del golpe del 11 de abril del 2002.
Al bandido de Oscar Arias lo metió en el juego de las negociaciones este agente de Otto Reich. El diálogo entre las delegaciones hondureñas reunidas en Costa Rica fracasó sencillamente porque los golpistas siguen en el negocio marcado por Reich de ganar tiempo.
Ante la prensa, en dos oportunidades Hillary Clinton, ha declinado contestar si la reinstauración del presidente electo Zelaya sería la solución del conflicto. Obama se niega como todo el mundo sabe a congelar las cuentas bancarias de los que tomaron el poder. Por otro lado queda definitivamente claro ya que el golpe está totalmente confeccionado por la Hillary, y parece defintivo que al anti-negro se le puso como condición para “gobernar” que fuese Secretaria de Estado esta bandida. Hillary tiene estrechos vínculos con los empresarios hondureños. Ante todo este cuadro no se ve otra salida para sacar a los golpistas que organizar un frente guerrillero, que formar los cuadros armados de la resistencia, que ir a una guerra.
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