¡Ver
es creer, no
pensar!
Uno de los escándalos internacionales más recientes es el cuento de hadas de Michael Moore sobre el Presidente Hugo Chávez Frías de Venezuela. En un excelente artículo de Eva Golinger se aclarecieron los hechos y los datos.
Según
ella: En una
entrevista transmitida el 9 de octubre en ‘Jimmy Kimmel Live! “, el
famoso y
premiado documentalista, Michael Moore mintió groseramente sobre su
encuentro
con el presidente venezolano, Hugo Chávez, durante el Festival de Cine
en
Venecia del septiembre pasado.”
(http://spanish.vheadline.com/readnews.asp?id=85099)
Ella explica la
esencia fascista de esta desafortunada entrevista como parte de la
“guerra de
ideas” estadounidense y de las grandes mentiras contra Venezuela: “...
en fin,
todo este cuento ridículo de Moore sobre su “reunión” con el Presidente
Chávez
es un intento para no reconocer ante los medios estadounidenses, que se
reunió
durante tres horas con el “dictador” de América del Sur. Y
probablemente le
gustó. Michael Moore es un lamentable cobarde”.
¡Ver es creer, no saber!
Incluso Michael Moore ha sido víctima de las maquinaciones ideológicas, del método de vendar la mente y los ojos mediante la propaganda política y la manipulación tecnológica al peor estilo de Goebbels.
Echemos un vistazo a los resultados fatales de estas acciones imperialistas corporativos contra Venezuela, de la destrucción de la humanidad en el planeta, sus sentidos, su mente y sus sueños utópicos concretos. Michael Moore no es una excepción, al contrario, él confirma la regla de oro de la traición emancipatoria.
Hacia mediados del siglo 20, los ‘Freudomarxistas’, como Erich Fromm, Wilhelm Reich y Herbert Marcuse, se han preguntado seriamente: ¿Qué salió mal con la conciencia de clase del proletariado metropolitano y con las clases obreras en su conjunto?
¿Por qué los obreros alemanes tan felizmente eligieron a sus verdugos nazis en el poder político?
¿Por qué tantos trabajadores a nivel global marcharon voluntariamente en una muerte segura en dos guerras mundiales, las cuales dentro de un medio siglo tenían como resultado unos 100 millones de bajas?
Este fue el precio que la humanidad tuvo que pagar para rescatar el imperialismo capitalista de un colapso total, de una severa depresión y recesión.
Incluso el filósofo marxista de la esperanza, Ernst Bloch, se preguntaba: ¿por qué fue tan difícil para los socialistas de captar la imaginación revolucionaria de las masas trabajadoras europeas?
¿Por qué la Tercera y Cuarta Internacional no fueron capaces de dirigir los trabajadores hacia la lucha de clase global?
¿Por qué las masas se dejaron secuestrar, convencer y destruir tan fácilmente por los nazis y los fascistas?
A través de todo el siglo 20 ... especialmente en el mundo ‘subdesarrollado’, incluyendo la “Rusia soviética”, la “China comunista”, la “Yugoslavia socialista” y el Vietnam heroico ... a pesar de sus valientes luchas de clases, no hemos podido aniquilar el capitalismo y reemplazarlo con su opuesto directo, que es el anti-capitalismo, el socialismo científico y filosófico ...
Sí, a veces es necesario, saber primero cómo cuestionar y cuestionar qué. Sólo entonces se podrían dar respuestas concretas, a través de la praxis socialista.
¿Qué quedó realmente de todas esas valientes luchas trabajadoras en Rusia, China, Argelia, África del Sur, Chile, Granada, ... sólo por mencionar algunas? Sin duda, Cuba y Venezuela, como otras luchas de clases fuertemente atacadas por el fascismo mundial, son esperanzas y resultados de lo que queda realmente.
¡Ver con el cerebro, ‘teorizar’!
Durante el régimen nazi en Alemania, los supervivientes afirmaron haber visto nada, ni campos de concentración, ni exterminio de negros, gitanos, comunistas o judíos. Algo similar ocurría en el régimen del apartheid, también en los gulags y en el sionismo mundial. También aquí en Venezuela, millones de personas no tienen la menor idea acerca de la verdad histórica en la que estamos inmersos.
¡Ver es engañar ... pensar es saber!
Qué es peor: en primer lugar, porque uno ve con su cerebro, millones de personas, víctimas de un milenario Holocausto Mental, muchos de nosotros realmente no podíamos (y todavía no podemos) ver nada más allá del status quo capitalista, de lo establecido. Porque el socialismo no es de moda, no hemos tenido y todavía no tenemos un antídoto eficaz contra las visiones y perspectivas ideológicas procedentes del topos ouranios capitalista. A través de los siglos, el calor infernal de ese Moloch ha quemado a muchos de nuestros ‘factores psi’ humanos, nuestras quintaesencias eróticas y exóticas, nuestros poderes emancipatorios. Ciegos y vendados por el consumismo, no vemos nuestro manicomio orwelliano mundial, los millones de cámaras de vigilancia en Londres y otros lugares; no vemos la gran cantidad de campos (de concentración) ya construidos en los EE.UU.
Sí, al igual que Michael Moore, vemos en todos lados fantasmas dictatoriales, pero no vemos los verdaderos justo en frente de nuestras narices.
¿Para quiénes tocan las campanas de la Plaza de San Pedro?
¿Los trabajadores europeos, especialmente en Grecia y Francia, todavía oyen el canto del gallo galo?
¿Todavía recuerdan los comuneros valientes que trataron de tomar por asalto el cielo en París en 1870-1, en las vísperas del nacimiento del imperialismo mundial?
¿Podemos seguir aventurarnos más allá de nuestro “aquí y ahora” inmediato consumista, lejos de la ideología miope, de los métodos de resistencia obsoletos que sólo caen en oídos corporativos sordos?
Asimismo, escuchamos con nuestros cerebros, que censuran aquello que no debemos registrar, por ejemplo, los ruidos infernales por debajo de Los Álamos, desde hace décadas ya.
¿Qué hay de nuestros ganadores del Premio Nóbel de la Paz?
¿Vamos a ver pronto “los extraterrestres del Pentágono” (Bill Lyne)?
¿Qué es lo que está en el aire?
¿Hay olor a rata aquí en Mérida, Venezuela?
¿Olemos el humo, los gases tóxicos procedentes de la avalancha gris de vehículos, formando interminables atascos de tráfico? ¿Olemos el capitalismo?
¿Estamos construyendo la fragancia del socialismo?
¡Más preguntas esperando respuestas práxicas!
¿Olemos el hedor de las botas sangrientas yanquis procedentes de las bases militares en Colombia?
¿Podemos oler la decadencia capitalista y la putrefacción, los pozos negros y los lodazales en otros lugares?
No, no vemos nada, no escuchamos nada, no oleamos nada ...
¿Todavía sentimos algo?
Michael Moore, en lugar de difundir mentiras, por favor, produzca documentales verdaderos sobre la venidera agonía mortal de la humanidad, y sobre el fascismo mundial.
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