En primer lugar, se debe tener presente que desde, prácticamente, finales del siglo XIX y, particularmente, los primeros 30 años del siglo XX, la Política estadounidense fue, paulatinamente, la de ir consolidando su poder como Potencia Mundial precisando, para los países al sur del rio Bravo, la aplicación del contenido de la política de “América para los americanos”, la “Doctrina Monroe”, la aplicación de la política del “Big stick”. A partir de aquel momento histórico, podríamos aceptar que la competencia entre las potencias europeas con presencia en El Caribe se encontraron, sin desearlo, la competencia imperial del novel gobierno norteamericano. A título de ejemplo actual, sería interesante analizar la decisión ejecutiva y declaraciones de Barack Obama ante la desgracia en curso en el hermano país de Haití, primer país independiente de la América.
En segundo lugar, el periodo comprendido entre la “Crisis del 28” y hasta la participación de los EEUU de América en la 2da Guerra Mundial fue, probablemente, un periodo de consolidación interna gracias a la “toma de conciencia” de las consecuencias del llamado “Crack del 28”. Es necesario precisar que los EEUU de América “entra” en la 2da Guerra Mundial años después de la expansión de los ejércitos alemanes por las Europas; como también es necesario precisar que quien ejercía como Embajador norteamericano ante la Corte británica era familiar de la familia Kennedy considerado pro-nazi. Además sería importante conocer los actuales estudios históricos sobre el conocimiento que se tenía en Washington sobre los movimientos militares japoneses previos a la 2da Guerra Mundial en el Pacífico, país competidor del Imperialismo norteamericano y europeo en Asia y el Pacífico.
En tercer lugar, una vez finalizada la 2da Guerra Mundial, el gobierno norteamericano, en el marco de su política imperial, impone, en Europa occidental, el Plan Marshall; es decir, frente a las realidades geopolíticas una vez finalizada la guerra mundial con la expansión de la influencia de la URSS en la Europa oriental, las condiciones geoeconómicas, geopolíticas y geoestratégicas obligaban, en el marco de la lógica del sistema capitalista en aquellos momentos históricos, imponerle directrices, compromisos y controles socio-económico-ideológicos según la lógica estratégica político-militar norteamericana a los países al occidente de Berlín. Para ubicarnos en lo que significa el plan imperial norteamericano, la propuesta de Kennedy para América Latina, aquel conocido plan de la “Alianza para el progreso” no tuvo ni la intensidad, ni la importancia, ni los objetivos que se hubieran requerido para el desarrollo sostenido de las estructuras económicas aun en el marco del sistema capitalista para la Región y, en contrario, se profundizaron los paradigmas de las políticas de la “Guerra Fría” con apoyo de las tesis de Rómulo Betancourt.
En cuarto lugar, con la “Caída del Muro de Berlín”, el sistema capitalista mundial incursiona en estadios superiores del Imperialismo impulsado por el Poder (Müller Rojas dixit) y el Gobierno de Ronald Reagan en los EEUU de América y Margaret Thatcher en Gran Bretaña adosando a políticos como José María Aznar en España caminando hacia paradigmas financieros globalizados que concluyeron en la reciente crisis que es de conocimiento colectivo-mundial. En ese marco objetivo, nos preguntamos ¿ello significó el principio del fin del sistema capitalista? ¿Cuáles impactos y sus consecuencias han producido las realidades geopolíticas mundiales en especial para los EEUU de América desde Reagan hasta Obama-Brown, es decir, qué han significado las realidades de los desarrollos, cualesquiera sean sus características, de China, India, Rusia, Iraq, Afganistán, la Revolución Bolivariana en el sistema capitalista y su expresión geopolítica mundial? No entenderíamos la propuesta de Barack Obama de “renovar el imperialismo norteamericano” si, dialécticamente, no la relacionamos con las realidades geopolíticas mundiales arriba mencionadas que han desarrollado y profundizado las contradicciones dentro de los paradigmas del sistema capitalista en sus actuales estadios de desarrollo; además, debemos considerar las contradicciones que se desarrollan con las políticas impulsadas por los países del ALBA y los contenidos de la Revolución Bolivariana frente a las propuestas contenidas en el texto “obamense” mencionado. Nos explicamos. La extensa presencia del Pentágono en Colombia, aparentemente, no solo en las bases militares colombianas sino en toda la geografía colombiana conjuntamente con personal “paramilitar norteamericano” (léase: Blackwater: http://www.ustraining.com/new/index.asp) y grupos de “ayuda humanitaria” (sic), las reingeniería de las bases en El Caribe: Curacao, Aruba, Panamá, la reactivación de la 4ta Flota con funciones, además de militares, de ayuda social. Todo de acuerdo con la propuesta “obamense”.
Pero ¿Qué contiene en detalles la propuesta de Barack Obama para alcanzar la praxis de la tesis del “Nuevo Imperialismo” del siglo XXI? Permítasenos proponer un perfil del Presidente de los EEUU de América, Barack Obama. Dentro de los esquemas de la sociología norteamericana, Obama no podría ser considerado como en “afroamericano”. Nos explicamos. Un afroamericano es aquel descendiente de esclavos africanos trabajadores de plantaciones. En ese marco, la Señora esposa de Barack Obama es descendiente de esclavos, por tanto, es una afroamericana. En el caso concreto que estamos tratando, Barack Obama, es descendiente de emigrante nigeriano en fechas, relativamente, reciente. Nació en Hawai, un estado que pasó de ser colonia ha estado de la Confederación; es decir, nos atrevemos a comentar que los pueblos originarios de Hawai son polinesios. El padre de Obama era de religión musulmana y vivieron en Indonesia, país de religión musulmana. Es decir, podríamos proponer la idea que Barack Obama no es el ciudadano tradicional norteamericano si incluimos a los nativos americanos, a los afroamericanos y la ingente migración proveniente de Europa. ¿Esa realidad ha marcado la sicología de Barack Obama? Si pudiera ser ello lo correcto, Barack Obama se vería en la imperiosa necesidad de demostrar que es mas yanqui que los yanquis. En ese marco, la referencia del Presidente Chávez Frías en el programa de José Vicente Rangel: “José Vicente hoy” (17, enero, 2010) sobre los cambios notados en la persona de Obama (físicamente) no sería de extrañar. Por otro lado, considerar a Obama incapaz de tomar decisiones, también, lo consideramos como una equivocación no solo por las decisiones en política interna que ha propuesto que se están discutiendo y “negociando” en el Congreso norteamericano sino por los temas relacionados con la Secretaria de Defensa y el Pentágono. ¿Qué papel estaría jugando en este escenario Hillary Clinton? (http://www.whitehouse.gov/blog/2010/01/16/clinton-bush-haiti-fund) ¿Por qué conformó un equipo demo-republicano encabezado por Bill Clinton y George W Bush para la “invasión, salvación y control” de Haití frente a las decisiones de los países del ALBA? Estamos en una “guerra de posiciones” y quien no lo quiera aceptar...¿Estaría jugando Washington al ajedrez chino?
Dice Barack Obama que
“…To renew American leadership in the world, we must immediately
begin working to revitalize our military…” (“…Para renovar
el liderazgo Americano en el mundo, debemos inmediatamente comenzar
a trabajar en revitalizar nuestros militares…”) Entonces
¿Por qué debemos sorprendernos del despliegue militar norteamericano
en Colombia, Pnamá, Aruba, Curacao, Honduras, es decir, en el “patio
trasero”? ¿No es verdad que para mantener al Poder (Müller Rojas
dixit), al Gobierno norteamericano, al sistema capitalista, al Imperio-Imperialismo
son necesarias las materias primas, las aguas, el medio ambiente, etc.
que aun está, prácticamente, virgen al sur del rio Bravo? Seguiremos.