Pretender soslayar lo que está sucediendo en SIDOR le hace un flaco servicio al gobierno, ya que esta situación se hace insostenible en el tiempo. En días pasados, pudimos ver imágenes a lo interno de esa empresa, gracias a la página de Aporrea. Si las observamos bien, nos retrotraeremos a las “Casas Muertas” de Miguel Otero Silva. El estado de abandono que observamos en dichas imágenes, denota la desinversión y el descalabro notorio de una de las más grandes acerías de Latinoamérica.
Aunado a ello, la preocupante situación de la masa trabajadora que reclama sus reivindicaciones en legítimo derecho. Son razones suficientes para que el gobierno tome acciones claras, expeditas y concretas. No se trata de medir fuerza, pues ya pudimos ver quién la ostenta. La represión a la protesta no es la vía. No es con perdigones que se va a solucionar el conflicto ni acallar las voces que reclaman reivindicaciones justas y hacen del conocimiento público las irregularidades que allí están sucediendo.
Todo lo contrario, esto puede desatar una vorágine de violencia, que sabemos cómo empieza, pero no cómo terminará. Ya hubo heridos con perdigonazos y nadie habla de ello. Hay un silencio que aturde. Hoy recuerdo tristemente que nuestro Comandante nos decía: “Maldito el soldado que levante las armas contra su pueblo”. Yo me pregunto: ¿Por qué no se le disparó con perdigones a los guarimberos, asesinos y terroristas que sometieron a nuestro pueblo a un estado de indefensión, y atentaron contra la gobernabilidad, pretendiendo acabar con nuestra Revolución?
Esos grupos causaron destrozos en las infraestructuras, ocasionando un daño patrimonial mil millonario al país. Contra los grupos violentos que conformaron las guarimbas, no se utilizó la fuerza porque de cara a la galería resultaba “políticamente incorrecto”. Sin embargo, hoy vemos cómo esa fuerza represiva sí se ha aplicado en cambio contra los trabajadores de SIDOR.
Esa industria cuenta aproximadamente con 16.000 hombres y mujeres en su fuerza laboral, pero de sincerarse dicha nómina en cuanto al número de trabajadores realmente necesarios para el funcionamiento de la industria, creo que nos sorprenderíamos con el resultado; ya que producto del clientelismo, se abultan las nóminas de empresas y organismos públicos, creándose con ello una gran carga para el Estado. ¿Quién es responsable de esto? ¿Los trabajadores? ¿O la gerencia?
Esto es un problema de orden sistémico, igual que lo son la corrupción y el burocratismo, entre otros vicios inherentes al estado burgués, del cual nuestro Comandante Chávez nos decía que tenía que ser pulverizado. Son problemas que deben ser atacados sin dilación, con estricto apego a las plenas libertades; sin olvidar que la lucha sindical es un derecho que está consagrado constitucionalmente, y de igual manera la protesta pacífica. No obstante, esta última se deslegitima cuando se emprenden acciones violentas. Los sindicatos, a través de sus líderes, tienen una alta responsabilidad para con sus afiliados. Es por ello que no deben crearles tan altas expectativas en relación con la contratación colectiva, que resulten ser irreales. Queda ahora de parte del gobierno demostrar su voluntad política, en búsqueda de la solución al conflicto, demostrando respeto hacia la gran masa trabajadora de SIDOR, que en definitiva es la que echa a andar esa industria.
Creo firmemente que la única vía posible es el diálogo, por demás inagotable. El pueblo espera de nuestro gobierno manejar con tino político, basado en el humanismo que nos enseñó nuestro Comandante Chávez, esta situación de conflicto, sin que se vuelva a incurrir en el uso de las armas contra el pueblo trabajador.
No hay dos masas trabajadoras en nuestro país. La masa trabajadora es una sola. No hay una buena y otra mala. Los trabajadores son y deben ser siempre una unidad indisoluble. Toda acción genera una reacción. Debe tenerse muy presente siempre el costo político de las acciones gubernamentales. Esto último a modo de reflexión.
Cierro con este pensamiento de nuestro Gigante Hugo Chávez: “Una de las cosas esencialmente nuevas en nuestro modelo, es su carácter democrático. Una nueva hegemonía democrática. Y eso nos obliga a nosotros no a imponer, sino a convencer”. Esto fue dicho en el Primer Consejo de Ministros celebrado en el Palacio de Miraflores el 20 de octubre de 2012.
Todo revolucionario debe seguir en pie de lucha hasta que se abran las grandes alamedas por donde transitará el Hombre Nuevo y se alcanzará la verdadera justicia. Con amor y profundo respeto a la masa trabajadora, que da todo de sí para echar adelante a nuestra Patria. ¡Hasta la Victoria siempre, venceremos!
Zulika King
Coordinadora General del Movimiento de Batalla Social Punta de Lanza
14 de agosto de 2014
e-mail: zulikaking@yahoo.com