La inaccesibilidad del Transporte Publico como otra expresión de la Guerra Total, por nuestro petróleo, que hoy nos hace el imperialismo yanqui y sus aliados internos y externos, es la guinda que le faltaba a la torta, es un elemento que se suma al sufrimiento actual del pueblo por los alimentos y las medicinas. La tragedia del transporte para ir y venir del trabajo y a cualquier diligencia, no tengo que describirla, la mayoría la sufre y los que no directamente, lo ven a través de familiares y amigos.
A la tradicional tendencia de los transportistas informales, que son la mayoría, de no prestar el servicio con respeto a las rutas y los horarios, se suma el alza desmesurada de las tarifas, que se excusa en los altísimos costos de los cauchos y aceite de motor para mencionar lo menos, más allá del abuso que si lo hay, también hay una realidad, la inestabilidad de los precios ha hecho inestable la tarifa, pero nuestro pueblo no tiene por qué padecer ese impacto porque hay un Gobierno con voluntad de proteger al pueblo.
En ese escenario es propicio proponer que se implemente un subsidio directo al pasaje del transporte público, en algo de esto ya piensa el gobierno, por ello, llamo la atención del “Vale Transporte de Brasil” donde los empleadores, dotan del boleto de transporte a sus trabajadores, con un descuento de 6%, bien sea empresas privadas o empresas e instituciones públicas. A las empresas privadas, se les reconocería un desgravamen en el ISR, e inicialmente, podría funcionar similar al “boleto estudiantil”, recolectados por el transportista y cambiados en las taquillas de Bancos o instituciones especializadas, se llamaría “el boleto al trabajador”. El mecanismo del subsidio debe asegurar que ese ingreso va al transporte y no a cubrir otra necesidad.
Su aplicación, requeriría una ley de la ANC y podría ser administrado por Fontur en cuanto a recursos financieros, un ligero aumento de la gasolina podría ser soporte inicial del subsidio, pero el Municipio tiene que asumir su rol de autoridad del Transporte Publico, calcular, negociar y aprobar las tarifas con apego a los kilómetros de las rutas de servicio y la antigüedad y estado de las unidades, exigir a las líneas un funcionamiento organizado, donde la recaudación sea administrada de manera que garantice la sustentabilidad y calidad del servicio. El Municipio también debe tener un personal técnico haciendo seguimiento a las variaciones de costos, garantizando que los respuestos e insumos, subsidiados por el estado a través de las proveedurías sean correctamente utilizadas.
En el 2003 en el marco de la Mesa de Dialogo del Sector Transporte Publico Terrestre, implementadas después del golpe petrolero del 2002, y Coordinada por Fontur y el Ministerio del Trabajo, con la participación de los gremios del transporte público, y apoyo de expertos, entre los que me cuento como Asesora, esta propuesta fue analizada y hubo acuerdo de implementarla a escala piloto en un Municipio cercano a Caracas, finalmente no se pudo hacer, ahora ese subsidio es urgente y hay una visión favorable del Gobierno orientada precisamente a proteger a la población de la guerra a través de subsidios directos.
El “Boleto del Trabajador”, sería un subsidio compartido Gobierno y Empresa privada, que aliviara la carga del pueblo en cuanto a la tarifa y la disponibilidad del efectivo y será un impulso en el desarrollo del Sector Transporte
*Directora de Transporte de Almacaroni 1990 -1998-Ciudad Guayana
Asesora de Fontur para La Comisión de Boleto de Transporte -2003
mariamzambrano@hotmail.com