La Batalla de Ayacucho, comandada por el general venezolano, cumanés, Antonio José de Sucre, bajo la dirección del Libertador Simón Bolívar, fue ejecutada el 9 de diciembre de 1824, en la meseta de Ayacucho en la Sierra Peruana a 3.500 mts de altura sobre el nivel del mar, donde las armas patriotas suramericanas, se llenaron de gloria y se alzaron con un gran triunfo que significó la independencia del Perú y la expulsión de su territorio, del más grande e invicto ejército español en América del Sur. En Ayacucho se selló la liberación de América del dominio del imperio español.
Fue un triunfo que siguió al de la batalla de Junín, comandada por el propio Libertador, cuatro meses antes el 6 de agosto del 1824, también ejecutada en la sierra peruana, en la llanura de Junín a 4.000 mts sobre el nivel del mar. Con la batalla de Junín, Bolívar abrió la campaña en el Perú, después de superar una enfermedad conocida como tabardillo, con la cual estuvo muy grave, al punto que quienes le vieron pensaron que moriría.
Pero no solo fue el tabardillo lo que debió superar nuestro Libertador en el Perú, sino, más grave aún, la traición de los gobernantes peruanos que lo habían convocado a ayudarles y que luego negociaron a espaldas de Bolívar con los españoles para hacer la paz entre ellos dando a Bolívar trato de invasor y monstruo que quería apropiarse del Perú.
Hay que recordar que el proceso de independencia del Perú fue iniciado por José de San Martín, quien se encontró en circunstancias muy difíciles para continuar la guerra, no tenía apoyo de Argentina ni de Chile, de los primeros por razones políticas y del segundo por falta de recursos económicos, y por último sufrió un golpe de estado en el Perú por lo que decidió retirarse al no poder además llegar a acuerdos con Bolívar sobre los términos de la participación del ejército colombiano en Perú.
Con la retirada de San Martín, los gobernantes peruanos se dispusieron ellos mismos a dirigir la guerra para culminar la independencia y se lanzaron en varias acciones militares donde tuvieron grandes derrotas y perdieron el ejército que les había dejado El Protector del Perú, José de San Martín. Solicitaron en consecuencia, el apoyo de Argentina y de Chile que les fue negado, trataba Riva Agüero presidente del Perú, evitar tener que llamar solo a Bolívar, la oligarquía peruana temía a las expropiaciones que hacia el Libertador, pero finalmente solo Colombia estaba en la posibilidad de darles el apoyo, que ellos querían, pero siempre que Bolívar estuviera bajo el mando de los gobernantes peruanos, sin poderes especiales, sin tener en cuenta del nivel de autoridad de Bolívar que era el Presidente de una República y además un General victorioso.
Finalmente, Bolívar va al Perú en medio de una situación interna muy complicada de enfrentamiento entre el Ejecutivo y el Congreso, y con dos presidentes que traicionaron a la República Peruana, Riva Agüero destituido por el Congreso por traidor y el Marques de Torre Tagle su sucesor, también traidor, crisis que se fue agravando hasta que el congreso nombra a Bolívar Dictador con todos los poderes y se autodisuelve. Nuestro Libertador asume en esa circunstancia ese compromiso, primero por la convicción que tenía, de que no podía dar marcha atrás, porque para él la seguridad de Colombia estaba en sacar a los españoles del Perú y veía que era muy difícil sacar ya del Perú al ejército de Colombia sin perderlo, en medio de tantas traiciones.
Y como si no fuera suficientemente complicada la situación, se sumó otro problema, la traición del Vicepresidente de la República de Colombia, Francisco de Paula Santander quien en diferentes ocasiones demoraba y negaba los recursos que el Libertador solicitaba para la guerra, lo que no le basto, sino que maniobro hasta lograr que el Congreso Colombiano, justo un par de meses antes de la batalla de Ayacucho, le quitara los poderes especiales de Presidente de la República en campaña para dirigir el ejército Colombiano.
Pero Bolívar, honrando como él se autocalificó "el hombre de las dificultades", al superar el tabardillo y descartando el apoyo de Santander, se puso en movimiento para organizar un gran ejército, apoyándose en los pueblos de la Sierra del Perú, hasta lograr reunir 9.000 hombres, que significó, reconocimiento del terreno, reclutamiento de soldados y su entrenamiento, fabricación de uniformes y de ponchos para el frio, de armas, comida, agua, infraestructura de campamentos y de refugios en los caminos, caballos, mulas, ganado para la alimentación, y en este caso, marchas por desfiladeros de montañas donde cada hombre de caballería llevaba además del caballo una mula. Así nació, "El Ejercito Unido del Perú", integrado por Colombianos, Peruanos y Argentinos.
Bolívar dio la batalla de Junín, y victorioso se preparaba para una nueva batalla cuando recibió la resolución del Congreso de Colombia, que le quitaba el mando sobre el ejército colombiano, obra de la envidia, la conspiración de quienes solo querían impedir sus triunfos.
El Libertador acusó el golpe y nombró a Sucre como comandante general del ejército y dividió el ejército en dos partes el de la Sierra y el de la Costa. Sucre queda en la Sierra donde se encontraba la mayoría del ejército español y Bolívar se encarga de la Costa. La traición de Torre Tagle había significado la perdida de Lima, que fue recuperada por Bolívar en su regreso a la Costa y en Lima espero los resultados de la actuación del General Sucre en la Sierra donde nuestro general logró una gran victoria que colmó los desvelos y sacrificios de Bolívar.
De manera que la Batalla de Ayacucho se dio en medio de las adversidades de la traición de los gobernantes peruanos y del vicepresidente colombiano, Santander; los patriotas debieron ir a la batalla sin su máximo líder, a enfrentar a un ejército profesional muy superior e invicto en 14 años, y cuya ubicación en el campo de batalla era más favorable además de estar mejor equipados, y tener cerca de 2.000 hombres más, comandados directamente por el Virrey La Serna y el General Canterac. Fue una gran victoria, donde tuvo una actuación muy destacada, José Maria Córdoba, joven neogranadino, quien pronuncio la célebre frase: "soldados, armas a discreción ¡a paso de vencedores!", igual figuración tuvo la caballería al mando del General Miller de la legión extranjera.
La batalla duró apenas 2 horas y fueron apresados 4 Mariscales, 10 generales, 16 coroneles y los Tenientes Generales Canterac y el Virrey la Serna, que comandaban la batalla y a quienes se le ofreció firmar una capitulación que fue realizada conforme a los lineamientos del tratado de regularización de la guerra que se firmó en Trujillo. Del bando realista murieron 1.800 hombres, 700 heridos y cerca de 2.000 prisioneros, Canterac estuvo entre los heridos, por el bando patriota murieron 340 hombres y 609 heridos.
Bolívar recibió la noticia 8 días después con una carta de Sucre que le dice: "¡Mi general está concluida la guerra y completada la libertad del Perú, ... por premio para mí pido que usted me conserve su amistad..." El General Sucre contaba apenas con 29 años de edad. Cuenta la historia que Bolívar se montó en una mesa a saltar de emoción gritando ¡Victoria! ¡Victoria! ¡Victoria!
"La Batalla de Ayacucho, escribe Bolívar, es la cumbre de la gloria americana y la obra del General Sucre. La disposición de ella ha sido perfecta y su ejecución divina. Maniobra hábiles y prontas desbarataron en una hora los vencedores de 14 años y a un ejército perfectamente constituido y hábilmente manejado... El general Sucre es el Padre de Ayacucho, es el redentor de los hijos del sol, es el que ha roto las cadenas en que envolvió Pizarro al imperio de los Incas. La posteridad representará a Sucre con un pie en el Pichincha y el otro en el Potosí, llevando en sus manos la cuna de Manco Cápac y contemplando las cadenas del Perú rotas por su espada".
Bibliografía
Indalecio Liévano Aguirre- "Bolívar"
Carlos Fagúndez y Carmen Marcano de Fagúndez, "Bolívar año tras año, 1783-1830"