La globalización de la pobreza está acompañada de la reestructuración de las economías nacionales de los países en desarrollo y de un reordenamiento de su papel en la economía mundial. Las reformas macroeconómicas nacionales que se aplican simultáneamente en un elevado número de países, juegan un papel importante en la regulación de salarios y costos laborales a nivel mundial. La pobreza global constituye un suministro del lado de la oferta. El sistema económico mundial se alimenta de mano de obra barata.
El desarrollo mundial de industrias de mano de obra barata (crecientemente ubicadas en sectores más sofisticados y de industria pesada), tiene como premisa la disminución de la demanda interna en las diferentes economías del Tercer Mundo y la consolidación de una fuerza laboral barata, estable y disciplinada, en un ambiente político "seguro". El proceso se basa en la destrucción de la industria nacional para el mercado interno (la industria para substitución de importaciones) de los diferentes países tercermundistas y la consolidación de una economía de exportaciones producidas con mano de obra barata. La consigna es "exportar o morir" y los conceptos de substitución de importaciones y producción para el mercado interno se han vuelto obsoletos. Ahora "los países deben especializarse de acuerdo a sus ventajas comparativas", las cuales residen en la abundancia de mano de obra y en el bajo precio de sus costos laborales; el secreto del "éxito económico" es la promoción de las exportaciones.
Muchas regiones del mundo aunque no están "activamente" insertadas en la economía mundial de mano de obra barata, constituyen importantes "reservas de mano de obra barata" que juegan un papel importante en la regulación de los costos laborales a nivel mundial. Si en alguna parte del Tercer Mundo se presentan protestas laborales o se hacen sentir las presiones por salarios, el capital transnacional puede trasladar de sitio su producción o subcontratar con fuentes alternas de mano de obra barata. En otras palabras, la existencia de "países reserva" con abundantes recursos de mano de obra barata tiende a disminuir los salarios y costos laborales.
Actualmente el sueldo mínimo en Venezuela es comparado con otros países extremadamente bajo. Eso sin contar con la inflación que está sufriendo la economía del país. Con la tasa de cambio actual del Bolívar, estaríamos hablando de un salario de6,10 dolares al mes o lo que vienen siendo 5,30 euros mensuales. Bajo estas condiciones económicas tienen que sobrevivir a día de hoy buena parte de la sociedad Venezolana.
Estos valores no incluyen el Bono de Alimentación (Cesta Ticket),
solo incluyen únicamente el valor de sueldo mínimo establecido por la ley.
Por ellos a pesar de la guerra económica, los y las trabajadoras reclaman una ley de costo de reposición del Salarió contra la hiperinflación en base a la tasa valor de la mesa de intercambio monetario actual.
Las secuelas de la agresión económica son enormes y no es conveniente minimizarlas. El imperio sacó provecho de una coyuntura inesperada. Atacó a fondo y sin piedad.
Por consiguiente, ser radical es la premisa, ir a las raíces es la senda. El pueblo bolivariano civil y militar, movilizado, consciente y unido –como ya ocurre-, será capaz de obtener otro laurel. Esta vez, sin la presencia física de su líder histórico, aunque sí de sus leales seguidores encabezados por el presidente Maduro
El objetivo final de la contrarrevolución no es ganar la presidencia y los demás poderes públicos a través del voto. Esto forma parte del plan desestabilizador –a lograr siempre que resulte posible–, pero no es lo único: la meta es extirpar la Revolución Bolivariana y el chavismo. Para lograrlo, pretenden hacer creer que ella es la causante de los profundos desajustes causados por la guerra económica.
En consecuencia, un frente de batalla principal para intentar derrotar a la Revolución es y seguirá siendo la agresión económica.
Junto a ella acrecientan la escalada de violencia, como sucede desde abril pasado, que conduzca a una guerra civil o la apariencia de ella, y entorpezca las acciones del gobierno para derrotar las agresiones económicas. Además tratan de afianzar la imagen de que "el régimen" es una dictadura, sin escrúpulos ni apoyo.
Promueven la idea de que existe una crisis humanitaria y se requiere ayuda internacional, y que se ha generalizado el caos. Aceleran presiones y maniobras a fin de estrechar el cerco diplomático y buscan crear las condiciones para una eventual intervención militar directa. Siempre con el más amplio respaldo comunicacional.
La coartada del imperio y sus adláteres dentro y fuera de Venezuela, es adjudicar al gobierno bolivariano y al modelo económico–social y político que este adelanta, la carga del desastre que han generado a consecuencia de la guerra económica y de las demás acciones subversivas.
Tal maniobra resulta urgente desmentirla, pues ella es la plataforma para justificar todas las agresiones, incluida la guerra sucia y la intervención armada.
No por cínica esa campaña disminuye su potencial para confundir a muchas personas, fuera y dentro de Venezuela, gracias al sistemático bombardeo de falacias mediáticas. Y porque los graves efectos de las agresiones económicas en la vida cotidiana de las personas, facilitan que se distorsione la realidad.