Que no nos agarre el chingo ni tampoco el sin nariz

Que no nos agarre el chingo ni tampoco el sin nariz

Reivindico mi carácter de intelectual y por ende de libre pensador, que se niega a ser encasillado dentro de los límites de la estulticia fanatizada, independientemente del tufo que esta tenga o del color que quiera que se arrope. Reivindico mi derecho a tener una visión abarcadora de los problemas, lo que me hace acercarme a una visión más amplia que consigue verdades relativas en sitios aparentemente antagónicos. No soy una emisora de radio para hacer complacencias. Por eso intento aquilatar el nivel del adversario y con ello valorar los intereses que lo mueven. Por eso no tengo empache ni complejos en valorar sus aciertos, como enfrentar sus errores, no para aniquilarlos, sino para que enmiendes sus errores. En consecuencia, entre ese círculo de fanáticos de lado y lado no tengo cabida y me importa un bledo que así sea, intento sí coadyuvar con ese 85% de la población venezolana o quizá más que esta hastiada de este circo político-electorero, es con ellos con quien me identifico, a ellos me debo.

1.- ENTRE DEMONIOS SUELTOS Y CIUDADANOS ¿QUÉ PREFIERES SER TÚ?

Cuando los demonios se sueltan es difícil volverlos a controlar; pero eso se entiende. Lo que no es entendible es cómo es que se prefiera una confrontación estéril entre colegas universitarios por el sólo hecho de no coincidir con una postura política ideológica determinada, al punto de descalificarse, irrespetarse perdiendo cualquier vestigio de humanidad; cuando lo cierto es que no debiera estar en discusión que desde la profundidad de todo ser humano necesariamente existe la posibilidad de llegar a acuerdos. Y en política con más razón.

Hay que reconocer que de lado y lado se ha asumido posiciones intransigentes, tanto de la oposición como del gobierno y esto hace que hoy día alrededor del 85% o tal vez más de la población no crea en ninguno de los dos bandos; decir esto, de ninguna manera supone que uno no tenga sus convicciones claras y las defienda; en todo caso, lo que si debe implicar es que sí somos los suficientemente agudos de pensamiento debemos recordar que como lo ha demostrado la historia de la humanidad en las guerras los muertos los ponemos los pendejos.

Corriendo el riesgo de ser ligero hay que decir una vez más que lo cortés no quita lo valiente.

La verdad es una esquiva compañera que no se encuentra en una sola parte; así las cosas, es una construcción en la que la participación de varias ópticas ayudan a reconstruirla, a encontrarla, a entenderla y en consecuencia a salir de la crisis. Los venezolanos y las venezolanas nos merecemos un descanso de la intolerancia, del odio, de la mezquindad; hacer un alto, reflexionar en mucho ayudaría a solventar estos duros momentos.

Esta ni es la peor crisis ni tampoco la última; es una crisis más, con sus propias caracterizaciones dejemos que los historiadores después la escriban; por ahora, nos toca a los venezolanos vivirla, padecerla y transformarla; atrevámonos a salir de la oscuridad y que el sol radiante ilumine un nuevo sendero de paz.

Así las cosas, coadyuvar a reconstruir el país para superar la crisis supone en primer lugar aprender de los errores cometidos. En segundo lugar, aislar las voces estridentes y extremistas de lado y lado. En tercer lugar, recobrar la institucionalidad. Digamos que esta es la Trinidad que nos puede enrumbar hacia nuevo derroteros; pero si seguimos cometiendo los mismos errores, dándoles cabida a las mismas voces estridentes y fanatismos se seguirá desfigurando la institucionalidad y tenga la seguridad que quien insista en cometer los mismos errores no tiene otra que obtener los mismos resultados.

2.- O NOS UNIMOS COMO CLASE ASALARIADA O PERECEMOS POR PENDEJOS

Lo que viene sucediendo con el atropello a la clase trabajadora venezolana como consecuencia de un PRANATO más malandro que las denominadas maras centroamericanas denominado ONAPRE es la consecuencia de nuestra inconsecuencia como clase trabajadora. Hemos aceptado de manera sumisa el despojo sistemático de nuestros derechos y hemos antepuesto nuestras inclinaciones político-ideológicas-partidistas ante nuestros derechos como clase social.

Ante el anuncio presidencial hecho en el mes de marzo, insuficiente de por sí, la ONAPRE se burla de él y quien es su anunciante, o sea el presidente Maduro no dice ni pío, menos la FETUV. Eso es parte de la verdad, la otra parte de la verdad es que desde dirigentes gremiales de bases afectas al gobierno, hasta las mismas bases del PSUV y de dirigentes verdaderos dentro de esa organización política han venido cuestionando tal ambigüedad.

Del otro lado, el de la oposición: el archipiélago de partidos políticos sigue en su diáspora bailando al son de aquella guaracha quítate tú pa´ponerme yo… quítate tú…, descalificándose unos a otros lanzando piedras a los pecadores, olvidando las enseñanzas del evangelio. Y quieren utilizar como bandera de lucha, la legítima lucha de los trabajadores para oxigenar sus ambiciones partidistas.

Por eso es que es importante deslindarse de las pretensiones de conducir la lucha gremial por la defensa de nuestros derechos de las luchas intestinas propias de las dirigencias político-partidistas actuales. La lucha gremial debe rescatar su institucionalidad, la institucionalidad como gremio ese es el verdadero reto de APUNELLEZ EN ESTOS MOMENTOS.

3.- REALIZAR ACCIONES NO ES TENER UN PLAN

Seguimos dando tumbos con acciones epilépticas, eso nos seguirá desgastando si no logramos elaborar un plan coherente y concertado, entre todos los sectores de la administración pública que somos atracados por los PRANES DE LA ONAPRE. Parafraseando a Napoleón Bonaparte diré que: es preferible errar con un plan que acertar con ninguno.

He venido insistiendo en que necesitamos articular un plan en conjunto, cuando digo en conjunto quiero significar que involucre a todos los sectores, en todos los niveles, me explico. Si como profesores no logramos unirnos en primer lugar estamos pelando bolas, deseos no empreñan, si seguimos dándole cabida a las voces fanatizadas que cargan en la boca el evangelio y la mano el puñal de cinco monedas de plata para clavárnoslos en la espalda al menos descuido, estamos fritos.

Entonces el primer nivel es lograr la unidad del gremio independientemente de si se es chavista u opositor, si se es homosexual o heterosexual, si se es cristiano o ateo sé si es derecha o de izquierda. Y esta vaina es así no porque lo diga el mal querido sino porque los mismísimos estatutos del gremio lo dice en su artículo 6:

ARTICULO 6º.- Son miembros de la Asociación los integrantes del personal académico que expresen su voluntariamente decidan de afiliarse a ella: activos, jubilados, auxiliares docentes, contratados, en comisión de servicio, excedencia u otras funciones especiales.

Así que la APUNELLEZ a despecho de los que quisieran otra cosa: ni es una filial de la oposición, ni tampoco del gobierno, no somos una secta religiosa ni tampoco un desmadre de todo se vale.

Por eso el primer nivel es encontrarnos en la unidad dentro de la diversidad de pensamiento. Debemos reivindicar a la APUNELLEZ como el verdadero gremio de los docentes e invitar a su incorporación a todos los profesores.

El segundo nivel es encontrarnos en lo que he denominado un liderazgo de retaguardia. Es decir, un liderazgo que surja desde las bases entre obreros, estudiantes, empleados y profesores. Ese sería el segundo nivel.

El tercer nivel encontrarnos con nuestros iguales los explotados de los otros sectores de la administración pública.

El cuarto nivel que es trasversal a los tres anteriores es coordinar acciones a nivel nacional.

4 LÍNEAS SENCILLAS DE UN PLAN REGIONAL

4.1 NIVEL ORGANIZATIVO

  • Nuclearnos en una estructura que logre involucrar los diversos sectores de la universidad entiéndase obreros, estudiantes, empleados, profesores.

  • Nombrar dentro de esa estructura una vocería que empuje la conformación de una estructura organizativa a nivel regional de todos los sectores públicos.

4.2 NIVEL DE ACCÍON GREMIAL

  • Nombrar una vocería a nivel nacional.

  • Construir de manera conjunta un plan de acción regional que coordine acciones nacionales.

4.3 NIVEL POLÍTICO

  • Tener claro que esta lucha es una lucha de carácter gremial, es decir de lucha por defender los derechos de la clase trabajadora.

  • En ningún momento es una lucha político-partidista.

  • Reivindicar la institucionalidad de los gremios y su independencia de los partidos políticos.

  • La lucha nada tiene que ver con congraciarse o desagraciarse con el gobierno, esta lucha es por reclamarle al gobierno quien es nuestro patrón que respete nuestros derechos como clase social asalariada y que están consagrados en la Constitución en la que el Presidente juró defender.



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Isidro Camacho

Isidro Osvalinoc Camacho Manzano Docente Universitario, Profesor a dedicación exclusiva UNELLEZ-VPDS Barinas.

 osvalinoc@gmail.com

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