Después de la gira presidencial

Increíble: el presidente Chávez le hace propaganda al ron Santa Teresa del explotador Alberto Vollmer

Aquello era para coger palco, pero a fin de cuentas, ver y oír estas cosas sirven para poner en claro el verdadero carácter del fulano “socialismo del siglo XXI”, que de socialismo tiene bastante poco.

El pasado martes oímos la alocución del Presidente, informando al país sobre su más reciente gira por Rusia, Bielorrusia e Irán. Y entre muchas de las cuestiones que allí se plantearon, nos llamó poderosamente la atención las alabanzas del Presidente a algunos empresarios que allí se encontraban, específicamente a Alberto Cudemus, exvicepresidente de Fedecámaras y actual presidente de la Federación de Porcinos de Venezuela; Alberto Vollmer, presidente de ron Santa Teresa, y conspicuo representante de la oligarquía venezolana, y Luis Van Dam, presidente de Industrias Metalúrgicas Van Dam.

En dicho acto, el presidente Chávez afirmó que él tenía muy buenos amigos entre los empresarios, respuesta que le habría dado a Vladimir Putin, ante una pregunta de éste. Y aprovechó para saludar a Alberto Cudemus, a Vollmer y a Van Dam. Dijo, además, algo digno de analizar, según el Presidente sus buenas relaciones no son con cualquier empresario, sino con los grandes empresarios del país. Afirmó que cada vez hay más empresarios dispuestos a trabajar con el gobierno, y que sólo quedarían unos pocos que se resisten y continúan conspirando. Esto último pone en evidencia que efectivamente el gobierno ha avanzado significativamente en sus acuerdos y entendimientos con la burguesía del país, y que el proceso de “normalización” de las relaciones capitalistas sigue su rumbo, independientemente de que aún, algunos patronos golpistas no entran en el juego, como el mismo Presidente afirmó en su alocución.

Pero lo que realmente puso a prueba nuestra capacidad de asombro fue la “propaganda” que el Presidente le hizo en cadena nacional al ron Santa Teresa, propiedad de la familia Vollmer. Advirtiendo previamente que no quería hacerle publicidad, habló de la “bebida espirituosa” que le gustaría que se vendiera en Rusia, y que se producía en la hacienda Santa Teresa. Nos imaginamos la cara de felicidad de Vollmer, oyendo al mismísimo presidente Chávez “vendiéndole” en cadena nacional el producto que elabora con la explotación de cientos de trabajadores, y además promoviendo su exportación a algunos de los países que acababa de visitar.

Para el pueblo, que confía en el presidente Chávez, debe ser preocupante que este se rodeé de "amigos" como estos, porque sabe que con amigos como estos no se necesitan enemigos.

¿Quiénes son Vollmer, Cudemus y Van Dam?

Ahora bien, es bueno conocer el historial de estos personajes que el Presidente tuvo a bien alabar y presentar públicamente como sus “amigos”.

Alberto Vollmer, es heredero de una de las rancias familias de la oligarquía criolla. Amos del Valle, como se les conocía en el pasado. Su familia, además de ser propietaria de la hacienda Santa Teresa y del ron que lleva el mismo nombre, también lo fue de la hacienda Montalbán donde hoy se encuentra la Universidad Católica Andrés Bello. Fueron fundadores de otras empresas como la Electricidad de Caracas, el Banco Mercantil, Seguros La Seguridad, Vencemos, Venepal, así como constructor la urbanización San Bernardino en Caracas.

Luis Van Dam, es uno de los propietarios de Industrias Van Dam, empresa que se vio involucrada en 1988 en un famoso caso de corrupción y estafa a la nación por el orden de los 70 millones de dólares, a propósito de la repotenciación de los tanques franceses AMX30. Hoy esa empresa se beneficia de jugosos contratos de construcción metalmecánica con PDVSA en las empresas de la Faja del Orinoco, Sincor y Petrozuata, a través de una de sus filiales, Venezuelan Heavy Industries, la cual, a su vez, es contratista de la transnacional Odebrecht, en la construcción del II Puente sobre el río Orinoco.

Alberto Cudemus, por su parte, es propietario de granjas y empresas porcinas, presidente de la Federación que agrupa a los productores de cerdo, y exvicepresidente de Fedecámaras.

Durmiendo con el enemigo

El presidente Chávez en reiteradas ocasiones ha dicho que en su socialismo del siglo XXI tiene cabida la empresa privada, y las relaciones cada vez más fluidas con los empresarios nacionales y transnacionales, como los que mencionamos previamente, así lo demuestran. Sin embargo, para los trabajadores y el pueblo se plantea una gran contradicción: ¿cómo es posible que los explotados puedan convivir y construir el socialismo conjuntamente con sus explotadores? Por supuesto que no es posible ¿cómo los trabajadores de ron Santa Teresa, quienes tuvieron a punto de ir a la huelga en esa empresa por un conflicto con el patrono, pueden construir conjuntamente con él un sistema económico y social antagónico a los intereses empresariales?

Primero que nada debemos dejar en claro algo. El socialismo es fundamentalmente socialización de los medios de producción, y eso involucra necesariamente la expropiación de la burguesía, y la puesta en manos de los trabajadores y el pueblo organizado de dichos medios de producción, para que estos democráticamente los controlen y los gestionen en función de los intereses y necesidades del conjunto del pueblo. En síntesis, la empresa privada no tiene cabida en la construcción del socialismo.

En segundo lugar, este socialismo con patronos en que se resume el llamado “socialismo del siglo XXI”, no tiene nada de novedoso, ya antes en otros países y circunstancias se ha planteado esta eventualidad. Fue lo que intentaron hacer los sandinistas con su tristemente célebre “economía mixta”, mediante la cual le dieron cabida en el gobierno de reconstrucción nacional a representantes de la burguesía nicaragüense, como Violeta Chamorro y Alfonso Robelo, o la “vía chilena al socialismo” de Allende, experiencias que ya conocemos en que terminaron.

En realidad, la única vía posible para avanzar al socialismo es la que puso en práctica la revolución cubana en la década del 60: la expropiación de la burguesía y de las transnacionales, y el rechazo a cualquier posibilidad de conciliación de clases. Todo lo demás es mero reformismo y llevará al desastre la revolución venezolana. Sólo el socialismo sin patronos, sin terratenientes, burócratas y corruptos, en el marco de un gobierno de los trabajadores y el pueblo, garantizará la profundización del proceso revolucionario y la satisfacción de las expectativas obreras y populares.


*Docente de la UCV y miembro del Partido Revolución y Socialismo (PRS)
Por la construcción de un partido de los trabajadores

miguelaha2003@yahoo.com
miguelangel249@gmail.com









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Miguel Angel Hernández*

Profesor de Historia en la UCV y miembro del comité impulsor del Partido Revolución y Socialismo. Como marxista, Hernández aboga por el definitivo rompimiento con el capitalismo en Venezuela y por la construcción del socialismo.


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