Para fortuna de los venezolanos, contamos con una oposición que una cosa dice a través de sus medios de comunicación, golpistas todos, y otra es su conducta verdadera; gracias a lo cual, tendremos Revolución, al menos, por todo este siglo XXI. Su paradigma de actuación, hasta no hace mucho, era su patrón: el genocida George W. Bush, creo que así se llamaba el alcohólico que gobernaba el imperio hasta comienzos de este año. Quien, años tras año, se dedicó a desacreditar nuestro país mediante acusaciones fraudulentas, nos acusaba de apoyar el terrorismo, cuando en La Florida tenía al rey de los terroristas de nuestro continente: Luis Posadas Carriles, esto sin contar el resguardo territorial a quienes colocaron bombas en embajadas en nuestro país, bajo el absurdo de que en Venezuela se torturaba; siendo que, es el único país en el planeta, que mantiene un centro de torturas reconocido, internacionalmente, Guantánamo, y no es precisamente la “dictadura” de Raúl el que dirige las torturas, sino la mismísima Condolezza Rica, la que dictaba las órdenes para que se procediera; además, de las cárceles que mantiene en Irak, Afganistán y hasta en buques de alta mar, en los que los prisioneros no tienen ningún tipo de garantía procesal. Compárese la “democrática” Norteamérica con la Venezuela “dictatorial”, en la que los presuntos delincuentes a enjuiciar, gozan de excesivas prerrogativas y no pelan una para solicitar asilo en Perú o Colombia, países que se han convertido en verdaderos paraísos para los delincuentes que de nuestro país le huyen a la justicia, desnaturalizándose, por esa vía, el sacrosanto Derecho de Asilo. En la misma onda, el genocida Bush, el verdadero jefe de la oposición, hasta enero de este año, con su cara bien lavada acusaba a Venezuela de no luchar contra el narcotráfico, cuando es de todos conocidos que EEUU es el primer consumidor de drogas en el planeta y, por si fuera poco, un Estado de su territorio, California, es el primer productor de marihuana en el planeta. Esto, sin contar, que a raíz de la invasión a Afganistán por parte del ejército norteamericano, esta nación ha visto como en el tiempo que tiene la ocupación imperial, ha crecido exponencialmente la producción de opio, la cual se había reducido en tiempo de los talibanes, quienes por sus creencias religiosas no congeniaban con este vicio, extremadamente, generalizado en los EEUU. Total, si su patrón se comporta de esta forma, qué más podemos esperar del comportamiento de los colonizados.
La oposición apátrida ha sido consecuente, en copiar el formato de actuación de quien, hasta enero de este año, le pagaba su sueldo. En esta década de Revolución Bolivariana, cuántas denuncias sobre corrupción no han sido transmitidas por los medios de comunicación de la oposición, en contra de este Gobierno Revolucionario, además de exigirle que tome medidas contra la corrupción, para ello se han valido de su ONG “Transparencia Internacional”, mediante la cual, han colocado a nuestro país a la par de naciones como Haití o naciones africanas, en las que como es obvio esperar, para el que tenga 4 dedos de frente, dado sus niveles de pobreza, la corrupción debe ser insignificante, ya que no es en esos países donde se mueve el cobre, sino, como ha quedado evidenciado por la crisis económica capitalista, es en los EEUU y Europa donde la corrupción es la reina de las virtudes. Pero, en el caso concreto de nuestro País, cuando se despierta la justicia y comienzan a enjuiciar a los primeros corruptos o delincuentes de cuello blanco, como se les llamaba en la Cuarta república, de inmediato los apátridas convocan marchas y protestas violentas, bajo el coro: Manuel Rosales somos todos!!!!, o Corruptos somos todos!!!, y sale el Leopoldo López a denunciar el país en los organismos internacionales que habida cuenta, su dependencia financiera del gobierno de los EEUU, les abre la posibilidad de obtener respaldo internacional para sus fechorías.
Un ejemplo micro que los desnuda, desnuditos, es el ocurrido en la Escuela de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela, dirigida por autoridades declaradas opositoras al Gobierno Revolucionario y al pueblo venezolano, allí un trabajador administrativo que dirigía Control de Estudio de dicha Facultad se opuso a que las autoridades abultaran el nivel de cupos a ingresar por prueba interna, incorporando, sin presentar la prueba interna, un lote de cupos sugeridos por dichas autoridades, hecho irregular por demás, y que la Opsu debiera investigar y fijar responsabilidades establecidas en la Ley Contra la Corrupción; pues bien, este honesto trabajador, hoy padece el acoso de sus autoridades quienes al verse impedidas para despedirlo, dada la abnegada defensa que ha hecho el Sindicato de Trabajadores (SINATRAUCV), han optado por transferirlo a otra dependencia, por el delito de ser honesto. EN LA UCV, ES UN DELITO SER HONESTO. Por algo se le llama: “la casa vencida por la sombra”, nuestra solidaridad con este compatriota y que su ejemplo se propague por todas las instituciones universitarias.
Con motivo del Día de Trabajador, los oposicionistas apátridas se metieron a sindicalistas y cómo echaron pestes del Gobierno Revolucionario, hasta el extremo de anunciar que van acudir a la OIT a denunciar a Venezuela y solicitar sanciones contra nuestro país en esta organización internacional, de la cual Venezuela es miembro adherente. Hablan, como si los venezolanos y venezolanas, fuéramos tontos y cortos de memoria, 7 mil trabajadores y trabajadoras, incluyendo compañeras en gestación, fueron despedidas por ese paladín defensor de los trabajadores, llamados Antonio Ledezma, alias el vámpiro, al asumir la alcaldía metropolitana, muy recordado por todos y todas quienes habitamos en Caracas, por su actuación al frente de la Gobernación de Caracas, designado por Carlos Andrés Pérez, desde donde se dedicó a hostigar a los viejitos que reclamaban sus pensiones, con gas del bueno y peinilla; además, del asesinato masivo de prisioneros del Retén de Catia, en febrero de 1989; caso con el cual, la justicia sigue en mora. Esto sin contar los 3 mil despedidos por el prófugo ex alcalde de Maracaibo, los 700 en Táchira y ahora se habla de 200 en Nueva Esparta; despedidos, obviando un decreto de inamovilidad laboral vigente, valga decir, irrespetando la legislación laboral y la Constitución Bolivariana.
Igualmente, esta oposición apátrida se llena la boca autoproclamándose los paladines de la defensa de la libertad de expresión, para ello cuentan con una ONG llamada Colegio Nacional de Periodistas, curiosamente, todos sus directivos son opositores y empleados del jefe de la oposición apátrida, en este momento, Alberto Federico Ravell, el medio pollo de uno de los presuntos asesinos de Danilo Anderson, actualmente, fuera del país. Como bien les recuerda el compatriota Eleazar Díaz Rangel, cuando acusan al Gobierno Revolucionario de ser un transgresor de la libertad de expresión, señalen una sola noticia que no hayan podido difundir por instrucciones del Gobierno, han pasado 10 años y todavía seguimos esperando que los opositores del CNP señalen cuál fue esa noticia que los venezolanos y venezolanas no nos enteramos porque el Gobierno prohibió difundirla. Peor aún, en la Venezuela Bolivariana hemos sido testigos del cierre de Venezolana de Televisión por Enrique Mendoza y Catia TV por Alfredo Peña, ambos furibundos opositores de la Revolución Bolivariana y enemigos jurados del pueblo venezolano.
Esta es la calaña de esta oposición apátrida que, por fortuna, nos ha tocado sobrellevar a los venezolanos y venezolanas; delincuentes, casi todos y todas; mentirosos, todos y todas; vividores del dinero que pichan los norteamericanos, hasta pelean entre ellos por ese cochino dinero; en fin, para qué sirve CONATEL…