En el fútbol siempre se dice que la mejor defensa es el ataque y algo similar sucede en los procesos políticos, especialmente los revolucionarios, la mejor forma de defenderlos es profundizándolos. Los comunistas afirmamos que la actual etapa histórica del proceso revolucionario venezolano corresponde a una etapa de liberación nacional antiimperialista de profundo contenido democrático, que no solo ha roto con la hegemonía política del bipartidismo tradicional y corrupto adeco-copeyano sino que a su vez, en perfecta acción dialéctica, abre causes a la construcción del socialismo. Hoy cuando el imperialismo norteamericano vuelca todo su poderío militar hacía nuestras fronteras, en abierta amenaza a todos los procesos progresistas latinoamericanos, afirmamos con la más profunda convicción revolucionaria que el proceso no podrá defenderse sino se profundiza y para ello es urgente que en lo inmediato sea aprobada por nuestra Asamblea Nacional la nueva Ley Orgánica del Trabajo (LOT), pero no como un instrumento que simplemente regule la explotación de la mano de obra sino como un instrumento que aún dentro del marco democrático burgués ofrezca oportunidades de empoderamiento real y efectivo a la clase obrera, clase llamada históricamente por sus características a vanguardizar la construcción del socialismo.
La historia de la sociedad es la historia de la lucha de clases, decían Marx y Engels en su Manifiesto del Partido Comunista por allá en 1.848, y a pesar de lo que afirman los socialdemócratas, la lucha de clases se manifiesta en todo momento y en toda circunstancia, entonces la lucha por la aprobación de un instrumento legal (como es la LOT) no podía ser la excepción, ciertamente existen sectores de la derecha tradicional e incluso sectores dentro del propio proceso bolivariano que han venido moviendo todas su piezas en sentido de retardar la aprobación de esta ley e incluso en la idea de aprobar un instrumento “Light”, que contenga algunas reivindicaciones salariales y de otra índole pero que solo servirían como “espejitos” encantadores para paliar la enorme oportunidad que hoy tiene la clase obrera venezolana de obtener un instrumento legal que consolide la necesaria participación obrera en la planificación y dirección de las empresas públicas y privadas a nivel nacional. Desde el PCV nos pronunciamos a favor de la declaratoria de los derechos laborales como derechos humanos, sanciones penales contra los violadores de derechos laborales, estabilidad general y absoluta, obligatoriedad de las pasantias remuneradas, eliminación de los periodos de prueba, eliminación de la tercerización y precariedad del empleo, reducción de la jornada laboral, restablecimiento del régimen de prestaciones sociales con retroactividad (como aparece en nuestra constitución bolivariana), entre otras justas medidas reivindicativas; sin embargo, más allá de esto de lo que se trata es de construir un instrumento verdaderamente revolucionario aun dentro del difícil marco de la legalidad burguesa que todavía sobrevive en nuestro sistema político nacional.
Por eso decimos que el problema no solo es reivindicativo, el problema con la LOT es fundamentalmente político y de allí la propuesta de los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras, los cuales han sido “desprestigiados” entre otras cosas al afirmar que vendrían a desaparecer la figura del sindicato, cuestión totalmente falsa, el sindicato es y seguirá siendo la instancia de organización para la lucha por los derechos económicos, entre otros, del trabajador y trabajadora, el consejo socialistas es la propuesta de organización laboral para la participación de los trabajadores y trabajadoras en las planificación y dirección de su centro de trabajo. Ha sido un arduo trabajo el desarrollado por Oscar Figuera en la Comisión Permanente de Desarrollo Social de la AN, pero es necesaria la movilización nacional de la clase trabajadora para la aprobación de un instrumento revolucionario y no de un instrumento reformista. Sin poder para la clase obrera no habrá revolución socialista.
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