Parece mentira que ya entrados en la primera década del siglo XXI aún la jornada laboral, en Venezuela y en gran parte del mundo, siga siendo de ocho horas; lo cual no permite, especialmente en las grandes ciudades, contar con suficientes horas para el disfrute recreativo y para la preparación intelectual del trabajador y trabajadora. Existe la necesidad del ser humano de tener tiempo libre para el estudio, para la lectura, para la investigación y para la recreación, pero sucede, al igual que en todos los aspectos de la vida, que esto no depende del cristal con que se le mire sino del modo de producción vigente.
La humanidad ha logrado tal desarrollo de la técnica, que existen investigaciones que postulan que con tal desarrollo la jornada laboral bien pudiese ser de tres horas y menos para producir lo que la humanidad consume actualmente, pero los capitalistas siguen temblando de rabia solo al escuchar hablar de reducción de la jornada laboral; parece ser que quienes hacen estas investigaciones deliberadamente olvidan que es la fuerza de trabajo del hombre y la mujer la única que genera plusvalía, he allí la explicación para el temor y la rabia del capitalista ante la posibilidad de menos horas de trabajo es decir de explotación. Esto va con los apologistas del capitalismo que siguen creyendo que la técnica libraría al ser humano de la explotación.
Cuando hablamos de uno de los aspectos relativos al ocio creador, el estudio, no pretendemos expresar que el simple hecho de estudiar y de adquirir conocimiento librará a la clase obrera del flagelo que representa el capitalismo en su actual etapa imperialista, la historia demuestra convincentemente que sin organización y lucha no hay liberación y emancipación de los trabajadores, pero sería muy importante lograr una clase obrera fortalecida en sus conocimientos generales y específicos, fortalecida además en el estudio revolucionario y de la cultura general, para lo cual bien sería necesario contar no solo con la reducción de la jornada laboral sino con la orientación del estudio teórico, de la práctica de las artes, de la ejercitación física para la salud, etc.
Bien pueden servir estos días feriados, ya más por tradición que por una cuestión religiosa, para reflexionar mucho sobre el derecho que todos deberíamos tener al tiempo libre para el ocio creador, pero que en la práctica nos ha sido conculcado, como muchos otros, por el capitalismo. Que conste que la reducción de la jornada laboral a seis horas en Venezuela esta siendo propuesta por el PCV para la nueva Ley Orgánica del Trabajo que no termina de aparecer.
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