Nada de eso era posible sin los recursos económicos que el Gobierno asignó oportunamente, de acuerdo con los planes de cada disciplina y a las exigencias de las federaciones y de Min-Deporte. Pero los recursos no eran suficientes, los méritos hay que atribuirlos a los atletas, a sus entrenadores y a técnicos y directivos.
Esa victoria pone de relieve lo que en mi opinión fue el retroceso en los XV Juegos, celebrados en Colombia en 2005. Es cierto que Venezuela ganó 178 de oro frente a las 174 de Colombia, pero el total de medallas venezolanas fue de 416 y el de Colombia 469, revés que se repite en los Panamericanos de 2007, cuando Venezuela bajó del sexto lugar en los Juegos de Santo Domingo al octavo, superada por Colombia y Argentina.
Es absurdo el sistema que premia desmedidamente las doradas. Por ejemplo, en las Olimpíadas de Sidney, Etiopía clasificó en el N° 20 con 8 medallas, 4 de oro, seguida de Ucrania que ganó 33, pero sólo tres doradas. Y en Montreal, Jamaica fue la N° 21 con una de oro y una de plata, mientras Canadá quedó por debajo con 5 platas y 6 bronces. No es justo.
puntuación, el señalado triunfo colombiano de los XV hubiese sido más abultado. Asignados 10 puntos al primero, seis al segundo y cuatro al tercero, Colombia obtuvo 3.278 puntos contra los 1.412 de Venezuela. En Bolivia, el éxito venezolano fue el más contundente de todos desde 1961, cuando en Barranquilla superó a Colombia 76 a 24 doradas, y 165 a 130, no obstante la sede favorecer a los vecinos. Desde entonces, en todos los JDB celebrados, los atletas venezolanos han superado a los colombianos, con ese manchón de 2005.
Venezuela obtuvo ahora casi tantas medallas de oro (205, que aún pueden aumentar) como los otros cinco países: 211. En cuanto a la puntuación, totaliza 3.418 por 2.426 de Colombia.
El Gobierno del país vecino tendrá que ocuparse más del deporte que de sus bases militares. Y en Perú debe revisarse todo porque después de ganar los tres primeros juegos (1938, 47 y 51), nunca ha superado el tercer lugar.
Finalmente, hay que señalar que no es satisfactoria la explicación oficial de la falta de pronósticos. Dijeron que hasta última hora no se sabía cuáles disciplinas competirían porque a algunas les faltaba el mínimo de tres. Han podido ofrecer los pronósticos sin tomar en cuenta aquellas donde había dudas sobre su realización. Pienso que estaban bajo el síndrome de las Olimpíadas de Beijing, adonde viajó la más numerosa delegación (105) y apenas regresamos con un bronce pese a que se estimaban cinco doradas.
Este brillante desempeño no debemos sobredimensionarlo; los aplausos deben permitir recordarnos que estos son los Juegos de más bajo nivel en la región, pues por encima están los suramericanos, centroamericanos y panamericanos.
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