“…Si chica, los productos Polar son lo mejor, no podemos dejar que nos los quiten, habrá que empezar a contactar a todos nuestros amigos en el exterior para que nos los envíen desde allá, claro, por debajo de cuerda…”
“ yo a lo mejor voy de visita este año, claro pero voy sola porque con eso de la patria potestad de los muchachos mi marido no quiere pisar esa tierra ni en sueños, ni mucho menos dejarme llevar a los chamos…”
Ambos testimonios son fiel extracto de la realidad, el primero tomado de una animada conversación entre mujeres compradoras de la cadenas de tiendas hipermercado Existió, perdón ahora Bicentenario, en la que no puedo dejar de resaltar la manera peyorativa con que estas venezolanas? hacían referencia a la línea de artículos y productos de la cesta básica con el sello del gobierno bolivariano, criticando con sorna desde el empaque, hasta los colores del diseño, y por supuesto poniendo en entredicho la calidad de los mismos, así como el asombro?, disgusto? o no sé qué vaina es lo que les produce observar a su alrededor, todos los espacios de la tienda, repletos de la más heterogénea gama de compradores, es decir, el Hipermercado Bicentenario lleno de pueblo.
El segundo, corresponde a una conversación telefónica sostenida ayer, por esas “casualidades” de la vida, entre quien suscribe y una venezolana, que según ella, se encuentra en calidad de exiliada política en Miami desde hace mas de cinco años. En este caso, por ser mi interlocutora, alguien a quien conocí de vista, trato y comunicación, me resulto doblemente asombroso e impresionante, los altos niveles de desinformación, mezclado con una enorme dosis de aparente desarraigo y fuerte desprecio por lo que según ella, se ha convertido la vida en nuestro país por culpa de Hugo Chávez.
A once años de revolución bolivariana, la clase media venezolana continua siendo la más desinformada y enajenada de todo el continente, ya que en el marco del capitalismo, su posición dentro de la división social del trabajo, entre otros factores, la acerca más a los intereses y la ideología de la clase dominante burguesa, haciéndola por ello, más vulnerable a los fines de la dominación por parte de la elite política y económica de los sectores apátridas viudos(as) de la llamada cuarta república, que actúan con la anuencia y financiamiento del imperio norteamericano, y ahora mismo, bajo el eslogan “ si se puede”.
Basta ver como recientemente, en el caso Polar, sectores de asalariados salen a la calle en defensa del derecho que tienen sus patrones de continuar y profundizar la explotación a la que son sometidos como trabajadores y empleados.
En repetidas ocasiones hemos escuchado la reflexión del Comandante Presidente, al referirse a que en el país no existen cuatro millones de oligarcas, a veces pienso, que buena parte de esos compatriotas aun viven entre el cuento y la fantasía de que si lo son.
Una importante tarea a emprender, como parte del debate permanente de ideas, y dedicando especial énfasis en los próximos meses, de cara al próximo 26 de septiembre, por toda la militancia del PSUV:
Salir a las calles, a hablar, discutir y convencer a la mayor cantidad posible de estos venezolanos confundidos, de que un mundo mejor solo es posible si es socialista.
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