El avance y alcance de los medios ha dado la posibilidad cierta de crear revolucionarios que se sientan como tales. Es así como han saltado a palestra pública “compañeros” que nunca pensaron abrazar la justicia social y el bienestar del pueblo como modus vivendi.
Son los enemigos del proceso político que hoy vive nuestro país, enquistados en las estructuras burocráticas del Estado venezolano, nos invitan a ser parte de la Revolución bolivariana, se visten de rojo con guayaberas de lino o blusas de seda, lo fashion y lo cool, es el sinónimo que los distinguen de todos aquellos que, con franela de algodón, conciencia en mano y humildes de corazón, participamos en todos los eventos que la Revolución nos demanda.
La realidad no deja de ser un drama íntimamente ligado a la ficción. Los medios han permitido crear mutaciones de hombres y mujeres que no tienen idea del significado de la palabra socialista, pero la repiten con tanta seguridad que hacen creer que son unos eruditos en la materia, por suerte cuentan con un programa como “Alo Presidente” que los nutre de las palabras a repetir hasta el cansancio.
Cual Miss de belleza (hombre y mujeres) se pasean por los actos públicos, o irrumpen en los medios, y nos atesoran, con una verborrea prefabricada, hecha en socialismo, dirigiéndose a nosotros como “usuarios y usuarias” de los medios públicos y nos enamoran con su cántico revolucionario.
La hipocresía no tiene límites, su erudición, la mayor estupidez, sólo ellos se entienden y por supuesto, sus entrevistadores, que con gracia desmedida los adulan y los colman de misericordia, son los hacedores de esta nueva élite de pensadores y analistas que nunca pisaron un barrio en su vida. Hoy algunos de ellos, en las listas a diputados, se hacen acompañar por los verdaderos revolucionarios de los barrios, a los que irán a representar de ser elegidos. No tienen idea donde carajo se están metiendo, pero solos, ni a balazo, se presentan en los barrios, la inseguridad es arrecha, se sienten seguros al estar acompañados por hombres y mujeres que día a día luchan porque sus comunidades sean mejores, los dueños de los problemas, de las incesantes vicisitudes, aquellos que movilizan a la gente para que nuestra élite de revolucionarios de papel almacenen más kilogramos de ego en su desarticulado cerebro de inconsistencias. El asombro es total cuando caminan por calles estrechas cerro arriba, cuando pueden sentir la miseria, el amor, la humildad, la solidaridad desprendimiento de personas que nunca han conocido, pero se quitan el pan de la boca para agasajar al insigne invitado que desde la Asamblea, contribuirá a resolver los problemas del barrio. ¡Qué ironía!
En la otra acera están los funcionarios de alta jerarquía (Ejecutivos), aquellos que llegan a las once de la mañana, o a las dos de la tarde, por sus “reuniones” en la partido o en tal o cual ministerio, su posición los privilegia para decir cualquier cantidad de sandeces, lo peor es que piensan que sus subalternos creen la idiotez de sus palabras, conociendo que la verdadera razón esta íntimamente ligada a unos tragos de un buen escoses de 12 años, como mínimo, la noche anterior, amenizado con la discusión de una buena contratación, con los porcentajes incluidos para el “partido”. ¡Qué bolas! Luego apelan al sacrifico de sus subalternos para no ser burocráticos, que toda fluya en la administración pública y a quedarse hasta horas de la noche para cumplir con el trabajo que ellos, por derecho, atrasan. “Ejecutivos” que distorsionan la naturaleza de la Revolución, la toma de decisiones no está apegada al carácter político de nuestro proceso revolucionario, total, Chávez manda en Miraflores, ellos en sus puestos, son los dueños del bien y del mal. Son los jueces que juzgan quién es quién, hablan de política sin tener la más mínima idea de lo que dicen, acusan a tal o cual de atentar en contra de la seguridad del Estado venezolano, sin entender de qué carajo se trata, luego, la disculpa, y por consiguiente la estupidez al descubierto y su falta de compromiso con este proyecto tan maravilloso. Ya lo decía Fidel: “ La batalla de las ideas, encuentro político de este siglo”.
La belleza de la mujer venezolana no tiene límites, se circunscribe no sólo a esa belleza física que tanto admiramos, su tenacidad y su capacidad de lucha es extraordinaria. La belleza del alma de nuestra mujer es asombrosa, gracias a la Revolución bolivariana se ha dignificado el papel de nuestras mujeres, hoy miran de manera crítica estos concurso de belleza que las exponen antes los medios como un juguete para adultos, muy a pesar de su juventud e inocencia. No hace falta que piensen, sólo que sus medidas sean parte de la conceptualidad consumista. Es así como algunos de nuestros revolucionarios de papel luchan por un cargo “ejecutivo”, o un curul en la Asamblea nacional, para desde ahí, cual títere recién nacido, luchar por nuestros derechos. Gracias a Dios, las bases seguirán trabajando por nuestra Revolución y su derecho a la permanencia en el espacio y tiempo de este nuevo siglo que nos ha dado la posibilidad de soñar nuevamente.
Comandante Chávez, no permita que se siga envenenando a la Revolución, juntos seguiremos hacia adelante. ¡Hasta cuando Dios tanto payasos!( con el perdón a los payasos).
NO HAY NADA MAS EXCLUYENTE QUE SER POBRE
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