Bueno, eso es lo que se habla en la calle. La gente comenta que Álvaro Uribe es un gangster redomado, más peligroso que Al Capone, casi similar a Bush, quien ataca directamente las cosas, tal como lo hizo con Irak, tras lanzar con los medios coyotes de comunicación de su país una andanada de mentiras, ocasiona el daño que sea, sin importarle las consecuencias y luego, con esa gran capacidad de caradura, aunque hable en público con las manos manchadas de sangre, pone cara de yo no fui, niega todo, y no solo niega, sino que no acepta que se le hagan esas preguntas donde queda comprometido hasta las medias.
Hay una actuación de copia que sigue Alvarito de Bush.
De la frontera con Colombia para acá, está el que no tiene un pelo de tonto, genio tramposo, creador de una maraña de negocios sucios destinados a esquilmar a quien le pase cerca de donde se encuentre. Hablamos de Nelson Mezerhane.
Años atrás supimos de Mezerhane y escuchábamos decir que estaba asociado a una empresa minera de Sudáfrica. Esa información ya nos delataba el tipo de gente que podría ser el sujeto, porque, el solo hecho de ser socio de una de las compañías mineras en el sur de África, ya revelaba el carácter fascista, explotador y racista que podía tener Mezerhane.
¡Cero dudas!
Y al parecer, el tiempo pareciera haber dado la razón. Cuando comienzan a conocerse los detalles del entramado empresarial que armó para esquilmar a miles de venezolanos. En realidad hay que quitase el sombrero o, como lo hacen en la propia conducta de un inglés, hay que inclinarse ante tremendo genio delincuente que se las sabe todas.
De vuelta a la nación vecina, hay que recordar que Uribe, por ejemplo, es el número 82 de una lista de ejecutivos narcos registrados por la DEA u otro servicio de inteligencia de Estados Unidos y esto es interesante que se diga, porque pareciera revelar que Uribe está altamente atrapado por la derecha corporativa estadounidense, que sabe mover bien sus piezas a través de la Cía y cualquier otra fuerza represiva de inteligencia y seguridad.
Uribe, por lo más chiquito, debe estar fotografiado, filmado y grabado en audio por la Cía y de allí que se mueva como un can faldero ante la derecha fascista estadounidense vestida de congresista, de militar o de espía.
La diferencia entre Uribe y Mezerhane, alias El Turco, podría estribar en que el primero azuzado por EE.UU. es lo que llaman un juguete público, mientras el segundo, es un villano que se mueve en las sombras, siempre disfrazado.
Pero como quiera que lo puedan apreciar los lectores de Aporrea, podría ser que se preguntaran si ambos son villanos de postín tan buenos para hacer cómics y hasta cine, como Batman y el pingüino o el hombre araña.
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