Estimados camaradas socialistas, este 26 de septiembre se nos avecina una prueba más para demostrar que clase de individuos somos, si somos bien, “ciudadanos”, que ejercemos todos nuestros deberes y por ende tenemos asegurados todos nuestros derechos o si por el contrario somos “individuos”, es decir, seres inmiscuidos en nuestro propio y pequeño mundo, que no queremos entender que vivimos en grupos sociales y por ende, damos poca o ninguna importancia al cumplimiento de nuestros deberes, logrando de esa manera poner en duda el vital derecho de ser poseedores de todos nuestros derechos.
Tenemos que tener muy en claro, lo que realmente significa la “Ciudadanía” y la verdadera extensión de esta palabra. Yo siempre he resumido su significado en una pequeña, pero muy concisa frase, “Para tener derecho a todos tus DERECHOS, primero tienes que cumplir con absolutamente todos tus DEBERES”, ese mis queridos amigos lectores, es la definición, condensada ciertamente, pero muy concisa de “Ciudadanía”.
Teniendo lo anterior como cierto, entendemos claramente, que no somos especímenes individuales que nos movemos por ahí sin importarnos en lo mas mínimo la interacción que causamos a nuestros conciudadanos, porque por más que nos alejemos del mundo social y nos aislemos en un recóndito paraje, aun ahí, somos parte de la raza humana y como tal tenemos derechos, pero también tenemos deberes que cumplir, entonces más aún, cuando vivimos en medio de una sociedad pujante e interactuante.
Tengamos en cuenta que nuestros derechos fundamentales no podrán ser violados por el solo hecho de ser humanos, pero esos mismos derechos, que sirven para nosotros, sirven también para nuestro vecino y por ende, se convierten en claros deberes a seguir, así que por muy reaccionarios que queramos ser, siempre, pero siempre, debemos cumplir con una cuota muy grande de deberes, repito, vivamos o no en sociedad.
Al vivir en sociedad estamos obligados a cumplir con ese rol que se nos impone, ese rol que viene dado por el hecho de que estamos en constante contacto y interacción con nuestros vecinos y ese rol que se nos exige es el de la ciudadanía. A estas alturas creo que he dejado muy en claro la verdadera significación de la palabra “Ciudadanía”, entonces, apliquémosla a nuestra sociedad y más específicamente, a esa fecha tan importante como la del venidero 26 de Septiembre.
En el análisis de lo que significa la ciudadanía, en el caso especifico del 26 de septiembre, quiero analizar tres aristas, que creo que permitirán dejar, muy en claro, mi posición ante este hecho y la primera de estas aristas que quiero analizar es: debemos recordar que gracias a esa gran constitución que se aprobó en el año de 1999, nuestro antiguo deber de votar se convirtió en un derecho y a partir de ahí, gano un nivel que jamás tuvo en nuestra sociedad venezolana, porque estemos claros, cuanto tú tienes un deber que cumplir, pero este no tiene una contrapartida especifica que le dé verdadero basamento moral, este deber se convierte en una obligación y como tal, se convierte en una razón para la protesta, para la disidencia, para el reclamo y eso es lo que pasaba con el voto al ser solo un deber.
Déjenme clarificar un poco esta posición, nosotros todos tenemos el deber de preservar la vida humana y eso tiene un gran valor por el hecho de que este deber da la base fundamental a nuestro derecho a la vida, de igual manera, todos tenemos el deber de cumplir con las leyes, porque, nuevamente, este es el basamento para que esas mismas leyes sean un derecho nuestro, pero en el caso del voto no tenia contrapartida, es decir, porque tenemos que cumplir con este deber, que nos trae al final en verdadero beneficio, cual derecho nos preserva, todas estas preguntas quedaron claramente respondidas el día que se aprobó, en la asamblea constituyente de 1999, que el voto era, si bien un deber, era también era un derecho.
Cuando se le dio el poder de “Derecho” al voto, este gano consigo mismo la propia causa que lo hace necesario, es decir, el mismo hecho de ser un “derecho”, le da el basamento que antes no tenia, la contrapartida de la que carecía, porque estemos claros, los derechos se nos confieren, son para ser usados, de manera clara, precisa y en su debido momento, el dejar de hacer uso de ellos es declararnos en verdadera minusvalía y señores, no hay peor minusvalía que la que se ejerce por motus propio, así que creo haber dejado clara mi posición en cuanto a esta primera arista, el voto es un “Derecho” y el no ejercerlo es una clara minusvalía mental.
La segunda arista que quiero analizar, es el gran poder que nos confiere el hecho de que el voto es el DERECHO que nos permite ELEGIR a las personas que queremos que sean las encargadas de llevar adelante a nuestra sociedad, y en el caso especifico de la Asamblea Nacional, serán estas personas, elegidas por nosotros, los que dictaminaran las leyes, las directrices que regirán, por los próximos años, no solo a nuestra sociedad, sino, a nosotros mismos y al futuro de nuestros hijos.
Creo que el párrafo anterior por si solo se explica, porque el tener la torpe ilusión de creer que el no votar nos exime del destino común de la sociedad, no solo es una utopía, sino una soberana estupidez, así que el no querer ser participe de este gran derecho que se nos ha otorgado, lejos de ser una protesta, es una gran inmadurez, no solo política, sino social y en el fondo de esta historia, todo este articulo se trata de la “Ciudadanía” y el entender que somos entes sociales y que nuestros actos, por pequeños que sean, terminan afectando a la sociedad en la que nos desenvolvemos, así que lo lógico y oportuno es votar por quien se quiera, pero eso si, votar.
La tercera y ultima arista que quiero tocar, para dejar muy en claro, que ejercer nuestra ciudadanía nos obliga y a la vez nos permite, el elegir a través del voto a nuestros rectores, tiene mucho que ver con la antigua creencia, tan a la usanza en la cuarta república y en muchos casos con tanta razón, de que el no votar era una forma clara de protesta, tanto al sistema político, como al infame sistema electoral que teníamos en esos tiempos.
Estemos claros, el antiguo CSE era poco menos que una “bazofia” y lo dijo con claro conocimiento de causa, ya que fui parte de este, en las elecciones ganadas por el ex presidente Lusinchi y lo que me toco vivir, me dejo muy en claro, que en esa época ganaba el representante del consenso político y no el que elegía el pueblo, pero bueno, esto es una historia para otro articulo y un asunto, claramente, superado por nuestro nuevo y digno CNE, que gracias a la automatización y a la clara fiscalización internacional, dejo muy atrás, ese oscura y perversa historia de fraudes y desaguisados.
La otra usanza, tan común en la cuarta republica, era el hecho de que no votando se ejercía una protesta en contra del sistema político imperante y esto en esa época, era una verdad muy grande y muy ejercida por una serie de libres pensadores, que jamás convalidamos con nuestros votos tamaña abominación, pero eso hoy en día dejo de tener vigencia, recordemos, una vez mas, que el voto era un deber y si no se ejercía tenia una serie de sanciones, mas o menos serias, para los que incurrían en el acto de no votar y ese era el gran basamento moral que tenia el no votar.
Hoy en día, al voto ser un DERECHO, ya no tiene ninguna sanción para el que no lo ejerce, la única sanción es con su conciencia y su falta de ciudadanía y además, tengamos claro, si se quiere protestar contra el sistema político, ya que uno es anarquista, demagogo, polifacetista y en fin, cualquier cosa que uno quiera ser menos demócrata, pues bien, este sistema es tan perfecto que nos permite ser ciudadanos en el mas extenso de los casos, ya que podemos votar nulo, claro esta, una vez mas, pondríamos en ejecución nuestra minusvalía mental, pero bueno, cada quien con su gusto y su forma de expresarse, aquí lo importante y relevante es entender que somos ciudadanos, que vivimos en sociedad y que cada vez que respiramos causamos un efecto en nuestro vecino y si queremos exigir que el efecto causado en nosotros por nuestros vecinos nunca nos sea pernicioso, pues bien, nosotros tampoco podremos obrar por fuera de la Ciudadanía debida, así que amigos míos, el 26 de septiembre todos a votar.
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