Aunque las pérdidas electorales de la revolución en el Estado Zulia ya tienen una década produciéndose, esta derrota en particular merece un comentario específico y actualizado, sobre todo por el carácter aplastante de la derrota, el evidente fortalecimiento electoral de la derecha y el desvanecimiento de los espejismos que había construido la burocracia endógena.
1. La derrota en un Estado petrolero, en los propios municipios petroleros, es inaudita. Si se considera el peso enorme que tiene PDVSA dentro de la economía venezolana, es increíble que la revolución pierda en esta región. Esto viene ocurriendo en la última década, y nuevamente decimos que toda la gerencia de Desarrollo Social de las empresas del Estado debe ser sustituida de inmediato, redimensionando cualitativamente lo que desde allí se ejecuta hacia las comunidades zulianas. Esto significa que en PDVSA, Corpozulia, Pequivén, Enelvén, Carbozulia, Hidrolago y demás empresas del Estado debe modificarse toda su política social, y revisar a fondo la propia ejecución socioeconómica de dichas empresas en esta región.
2. La campaña aquí realizada se orientó hacia un solo sector de la sociedad, los más depauperados. Más que una campaña parlamentaria, que debatiera las propuestas de nuevas leyes socialistas a favor del pueblo, se realizó una competencia de dádivas hacia los más pobres, que tiene su validez puntual pero que dejó por fuera de la campaña a la amplia masa mayoritaria de trabajadores y de sectores medios que no necesitan de las dádivas sino que esperan del gobierno medidas y propuestas concretas para elevar su nivel de vida y mejorar sus condiciones de trabajo. Repetimos, es totalmente válido interesarse por resolver los problemas de pobreza atroz que todavía afectan a sectores minoritarios de nuestra población, pero no podemos olvidarnos que la gran mayoría de la población zuliana no pertenece a ese estrato de pobreza atroz, y que requiere de otro tipo de reivindicaciones económicas, sociales, políticas y culturales que brillaron por su ausencia en la oferta de los candidatos chavistas.
3. Pese a la alta tasa de población de trabajadores industriales en este Estado, no existió campaña alguna hacia el movimiento de trabajadores. La dirigencia chavista cree que basta con decir que PDVSA o cualquier otra empresa del Estado es socialista; pero en realidad, más allá de los clichés y las consignas, las relaciones laborales dentro de las empresas del estado siguen siendo relaciones obrero-patronales, y la línea gerencial predominante en PDVSA, Pequivén y demás empresas estatales sigue repitiendo los mismos parámetros de las industrias capitalistas. Los trabajadores están conscientes de eso, y esperan que sus reivindicaciones propias sean consideradas a partir de sus expresiones organizadas autónomas. Sin embargo, la campaña chavista se realizó a partir de la patronal, desconociendo a organizaciones como la propia Unión Nacional de Trabajadores, el Frente Socialista de Trabajadores del PSUV, y los distintos sindicatos y consejos de trabajadores existentes en la región.
4. No se desarrollaron campañas específicas hacia los distintos sectores sociales organizados. Por ejemplo, hacia el magisterio o los sectores universitarios. Pese a tener varios profesores universitarios como candidatos, el PSUV no promovió ninguna reunión, foro, documento público ni nada que se le parezca para tratar la problemática universitaria y las expectativas y necesidades que los universitarios le requerimos a la próxima Asamblea Nacional. Igual sucede con el sector de la educación básica.
5. La derrota del chavismo en el Zulia es la derrota de la prepotencia de su dirigencia incompetente. Los dos grandes bloques de la burocracia, el de Rodrigo Cabezas y el de Carlos Martínez Mendoza, fueron aplastados electoralmente por la derecha. Sus políticas sectarias y pseudofascistas actuaron en detrimento del respaldo popular a la revolución bolivariana. Se pone en duda la pertinencia de la continuidad de Martínez Mendoza al frente de Corpozulia, así como el mismo “liderazgo” de Rafael Ramírez al frente del PSUV en esta región. Son saludables cambios significativos en la cúpula chavista zuliana, a la vez que se promueve un amplio debate democrático, incluyente y participativo, para definir los escenarios de rectificación que permitan recuperar el apoyo popular al proceso de transformación socialista que encabeza el presidente Chávez.
6. Hay que reivindicar en el Zulia a todos los sectores populares y revolucionarios que a la vez que respaldan a la revolución bolivariana mantiene sus posturas autónomas y de independencia de clase. Organizaciones como la Unión Nacional de Trabajadores, los medios comunitarios, los colectivos de cultores populares, las organizaciones de profesionales universitarios, las cooperativas genuinas, las comunidades organizadas, sindicatos de base y consejos de trabajadores, verdaderos representantes de la democracia participativa y protagónica, que por años hemos reivindicado al socialismo del siglo XXI, exigimos ser tomados en cuenta por una dirigencia chavista que sólo se mira el ombligo y actúa repitiendo conductas neoadecas. Cualquier proceso de rectificación de la política bolivariana en el Zulia debe pasar por ampliar la convocatoria a sectores revolucionarios que hemos estado totalmente al margen de los bloques fraccionalistas del chavismo zuliano.
Finalmente, los resultados nacionales ameritan igualmente un análisis y un debate, pues el triunfo electoral del 2012 pareciera estar comprometido ante la alta votación obtenida por la derecha (aún no se conocen las cifras definitivas). Creemos que la rectificación gubernamental es pertinente no sólo para el Zulia, pero eso lo abordaremos en documento aparte.
PATRIA, SOCIALISTA O MUERTE. VENCEREMOS
* Coordinador de la Unión Nacional de Trabajadores del Estado Zulia
Maracaibo, 27 de septiembre de 201