Como me enseñó mi profesor cubano, Doctor en Educación Pedro Valiente, al analizar una fenómeno político o social a través de metodología foda, que es analizar un plan estratégico, hay que considerar primero los elementos objetivos y subjetivos presentes tanto internos como externos, unos tienen que ver mas con las oportunidades y amenazas (externos) y otras con las fortalezas y debilidades (internos).
Uno de los elementos objetivos presentes al analizar los resultados de las elecciones parlamentarias del 26 de septiembre, es la gran participación del pueblo venezolano, más del 66 por ciento y en Táchira más del 80 por ciento, que seria una enorme oportunidad para una estrategia electoral, pero por lo desorganizada, anárquica, voluntaria que fue se convirtió en una monumental amenaza para las fuerzas de la revolución que fue aprovechada por la canalla mediática al conducirla hacia las fuerzas de la derecha.
Por otra parte tenemos la gran fortaleza que es el liderazgo de presidente Chávez al convertirlo en el elemento central de la contienda electoral, el anti-chavismo y la contrarrevolución lograron movilizar su contingente en mayor proporción, esto sumado al triunfalismo y los errores del liderazgo chavista, que al no tener una estrategia única, como lo indica el sentido común, de la unidad ideológica, política y orgánica, bajo una dirección colectiva, que mantenga la disciplina y rumbo estratégico más que las parcialidades y los intereses particulares fue lo que dio por aguas esa fortaleza del liderarlo de Chávez.
Estamos ante la presencia de una dirección política regional del PSUV que no comprende el papel del partido, de la dirección colectiva, de la responsabilidad individual, y del sentido de la subordinación y el reconocimiento del liderazgo y de la dirección colectiva bajo la unidad ideológica, política y estratégica trazada por el partido; esa dirección todos se creen dueños de la verdad, que se la saben toda, que no necesitan de nadie, que lo ideológico es del pasado, los arropa el cromatismo e inmediatismo.
No basta que Chávez les levante las manos, esa fortaleza del liderazgo de Chávez, para que no se convierta en el “efecto Chávez”, tiene que ser acompañada de una línea estratégica única, que desde el punto de vista ideológico, político y orgánico sea conducida por una dirección colectiva y disciplinada.
aliriozarate@yahoo.com