En el umbral

A la manera de “Casa Tomada”, de Julio Cortázar.

Hace un tiempo, cuando elegimos gobernadores y alcaldes escribí el artículo “Pudiera ser” en el cual daba una interpretación de los resultados tomando como base el estado Bolívar. Hoy estoy seguro que lo que se perfilaba en aquella ocasión se ha concretado, a pesar de que su efecto aun subyace latente por el triunfo obtenido en el Municipio Caroní el pasado 26S. Basta revisar los resultados en la página del CNE, para saber cuál es primera fuerza política en Puerto Ordaz. No tengo conocimiento de que este hecho haya sido revisado por la dirigencia regional del PSUV y menos en asambleas de la base. Esta realidad bien pudiera haberse dado en otras partes del país, pero luego de la exégesis de nuestro Líder, comienzan las brisas adormecedoras de la conformidad. Concluiré esta parte diciendo exactamente lo mismo que expresé entonces: No soy experto, pero las causas pudieran ser de índole ideológica.

Quienes escribimos por acá, tenemos la costumbre de leer a muchos otros. Yo lo hago como principio dialéctico en el entendido de que las distintas opiniones coadyuvan a fomentar la densidad requerida en esta lucha psicológica real, para nada supuesta, que permita no sólo aquí sino en todos los escenarios posibles, la conjugación de las brazas ideológicas que aticen definitivamente el crisol revolucionario. Es un tiempo de unión, de toma de los elementos políticos dispersos dentro del proceso para alcanzar otro nivel. Opino que es un poco tarde, de modo que debe asumirse sin más demoras y sin equívocos.

Surge la directriz 3R² como respuesta al momento político electoral. Su promoción puede tener poco eco en los diferentes estamentos de gobierno porque no se hizo una evaluación sobre los resultados de la directriz precedente (3R) y porque la idea en si misma corresponde precisamente a dos momentos electorales cruciales para la revolución, pero que se exponen no obstante como circunstanciales. Cualquier estudio serio sobre los elementos que se conjugaron para llegar a esos resultados, debe concluir entre otras cosas que su gestaciones comenzaron meses, incluso años ante del desenlace. Dónde queda entonces, para comenzar, la responsabilidad del partido en tal análisis. Peor: ¿Se hizo? ¿Se divulgó ese análisis? Es tan obvia la débil noción que tenemos al respecto que no siempre hay una interrelación clara entre la base y la directiva del partido. Y suceden absurdos como llevar al poder constituido, a expensas del partido, elementos francamente contrarrevolucionarios, sabiendo también con meses o incluso años de anticipación sus devaneos con la derecha.

La desarticulación más paralizante es, hay que asumirlo, la ideológica. Señalamos casi a diario la propensión de reyezuelos a obstaculizar las discusiones de base, trastocando las células primordiales de la revolución en maquinarias electoreras. Nunca permiten, ni por error, que de las bases surjan verdaderos liderazgos vigorizantes del proceso y mucho menos que se analicen las causas y efectos de la lucha de clases. Con ignorancia supina en algunos casos, con premeditación y alevosía en otros, imponen una interpretación particular del centralismo democrático, disolviendo a nuestra organización política en la inercia característica de la antítesis de ese concepto, el centralismo burocrático. Paradójicamente, mientras profesamos la invención robinsoniana para encarar los retos de este tiempo histórico, dentro del partido sea actúa copiando errores que llevaron al fracaso o a dolorosas regresiones a otros procesos de izquierda.

El cascabel, para tomar una figura común, no se lo pondrá a sí mismo el gato. La actual cúpula del PSUV, preñada de funcionarios y de buenas intenciones, conforma una verdadera anaconda burocrática.

Otro elemento que por sí solo no producirá los cambios impostergables para llevar a otro nivel este proceso, es la Escuela de Altos Estudios Políticos. No se trata de desechar su creación sino posicionar la idea en su justa dimensión, pues el concepto se presta a interpretaciones elitistas. Su introducción dentro del cúmulo de sucesos desprendidos de los comicios del 26S también intenta dar respuesta a las circunstancias, pero si la instrucción de dicha Escuela solo está dirigida a enderezar los árboles ya torcidos que constriñen la revolución, un flaco favor se le hace. Un “academicismo” de tal naturaleza propenderá a agregar más burocracia y a distorsionar en grado sumo, la ecuación que es alfa y omega de este proceso en una etapa muy delicada: Chávez y Pueblo. El efecto deseado solo es posible si un Sistema de Formación Ideológica va a las bases y se constituye en ágora fundamental para el desarrollo de líderes que surjan de los vericuetos del barrio, de entre las breñas de la montaña, desde las trochas del llano, con el tesón de las fábricas y como acabado fruto del saber popular. La misión fundamental debe ser proporcionar a todos los bloques fabricados en el horno revolucionario, el cemento ideológico necesario para construir una sólida atalaya política.

El regreso de la oposición a la Asamblea Nacional, no supone una derrota para la Revolución, entre otras cosas porque fueron ellos quienes abandonaron esos predios, con el colofón de que ahora son menos. Lo verdaderamente preocupante es cómo han venido mejorando sus estrategias para ocupar los nuestros en la calle. Y esa calle ya está siendo alborotada por la derecha con el propósito de mantener en suspenso al país hasta el 2012. A su manera y entender han recurrido a foros, eventos y seminarios que en su conjunto son una especie de “escuela de fascismo para antichavistas”. A tal punto se han ocupado en su confección que incluso existen cosas propias de Macondo ¿Saben ustedes qué es el movimiento CHAMO, en Margarita? ¡Chavistas con Morel! Todo un poema a la trashumancia política.

La cojera de supuestos revolucionarios para acometer los senderos ideológicos, permite que entren y se enquisten las distintas derivaciones cuarto republicanas y que a la sombra de su insustancialidad, pulule una cohorte de amanuenses encargados de horadar las entrañas del proceso. Se trata de un trabajo minucioso, casi artesanal de ir trabando el tránsito del Pueblo por su casa, de infundir desespero, impotencia y hasta temor.

Ese juego gatopardiano, ese doblez entre discurso y acción, esa conectividad entre propios y extraños para confeccionar ropajes ideológicos a la medida, son los anclajes que sostienen una tramoya de farsa desde la cual surgen voces, ruidos y sombras que buscan espantarnos para ocupar nuestros espacios.

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Digresiones. Frases escuchadas o leídas que me llamaron la atención y que asumo como pixeles de una fotografía que aún está por revelarse.

“A veces ocurre que la ficción, al contrario de la realidad, tiene lógica”

De una película sobre guerras empresariales.

“Lo único que queda arriba y a la izquierda es la palanca de la poceta. No la cagues, dile no al comunismo”

Mensaje de texto enviado por un gerente de una empresa del Estado

en días previos al 26S. Hago una salvedad: Ni la palanca ni la idea van allí.

“¿Seremos tan pendejos como para perder esta vaina en unas elecciones?”

Pregunta de un camarada. Por ahora le ofrezco este escrito.

pladel@cantv.net


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Plácido R. Delgado


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