La acumulación de fortunas y la construcción de ostentosas “Torres” fue un sueño que desveló y perturbó la competición burguesa, de las directivas gremiales médicas de la cuarta república. Mientras más majestuosa y en zona chic “ la Torre ”, mayor demostración de poder. De allí surgen entre otros negocios turbios de los gremios, la “Torre del Colegio de Médicos” en Santa Fe Norte y la “Torre de la Federación Médica Venezolana” en la avenida Orinoco de las Mercedes. Ambas, expresiones del poder exhibido por el gremio médico venezolano en la cuarta, que llegó a quitar y poner ministros, a la sombra de sus mentores, AD y COPEI.
Nunca estos espacios han sido útiles para el bienestar socio-económico del pueblo médico. Mucho menos para el ciudadano común. Si han funcionado como reductos para el enriquecimiento, prebendas, y clientelismo político partidista de unos poc@s; desde donde se beneficiaba y sigue beneficiándose una minoría, con flagrante exclusión de la gran mayoría médica. En muchas oportunidades he planteado que sean declaradas ambas “torres” como bienes de necesidad pública y se destinen para el real servicio al pueblo, como por ejemplo, consultorios de especialidades médicas clínicas ante la necesidad de consultas especializadas que tiene el pueblo venezolano, simoncitos, comedores populares, hoy por hoy: alberges temporales. Habidas cuentas, la propiedad de estas estructuras, la ostentan unos pocos ilegítimos facinerosos, para vivir de estas, holgazanamente, que las han hecho como suyas por la vía de los hechos, más que por el derecho.
Al Igual que la jerarquía de la iglesia católica, la jerarquía de la godarria médica venezolana ha acumulado riquezas que nunca llegan realmente a los pueblos. Ambas siguen esperando que la “cosa se ponga mas grave”, lejos de convocar al pueblo para albergarlo en estos aciagos momentos. Ni pensar meter ese chusmero en sus asépticas instalaciones; que de paso llevarían muchas cosa malas a sus urbanizaciones de “clase media alta”. Abrirle las puertas al pueblo damnificado y necesitado sería la pérdida de la majestad de estas “urbes y recintos sagrados” para ell@s. “Olería a pobre”.
Reflexionaba el presidente en una de sus alocuciones, sobre la necesidad de refugios que alberguen en condiciones mas humanas, a esos centenares de miles, de compatriotas que padecen la inclemencia de las lluvias, la pérdida de sus hogares, enceres e ilusiones, y que próximamente están por perder su salud mental y biológica, a menos que hagamos algo mas que vacunarlos. Por eso pensé y propongo, increpando la postura apática, silente y de vista gorda de las directivas de estas “corporaciones gremiales” ante la tragedia que azota al pueblo, recordándoles que lo único que ha cesado, son las lluvias. Aún queda casi todo por hacer, ante las profundas necesidades de cobijo emocional, económico y de viviendas, que nos ha dejado el temporal.
Desde esos espacios de “Torres gremiales” donde los bocones se ufanan y ahogan en vociferaciones de diferentes tenores, montando circos, sin concretar ni aportar realmente nada. De esas directivas gremiales que alardean de doctos, ilustrados, y sabiondos en lo que a materia de salud se refiere, aquí tienen una excelente oportunidad para exhibir su solidaridad, su saber y su sensibilidad humana. Abran las puertas de esas inútiles instalaciones al pueblo que las necesita, ¡YA!.
felipeguzman17@hotmail.com
Médico Gastroenterólogo venezolano / Vocero de la CONAMEV