Ir a un hospital en Venezuela en estas fechas decembrinas, es casi una condena de muerte. La diferencia es poca el resto del año.
El personal brilla por su ausencia en los hospitales, en particular l@s médic@s. Independientemente de los esfuerzos del gobierno Revolucionario en dotarlos, remodelarlos y las cuantiosas inversiones que se les hacen, los hospitales con diseño capitalistas no funcionan, ni funcionarán, de seguir como están.
Este no es tan solo una contrariedad de la ausencia de una política clara en salud. Es la necesidad de la radicalización de las políticas socialistas del gobierno revolucionario, para poder garantizarle el acceso al pueblo a este servicio fundamental e infringir el estatus y modelo imperantes.
Hay que partir de la implementación de un nuevo modelo de gestión, que combata los vicios que impiden el autentico cumplir con el trabajo y rendir cuentas; ya que dentro de los problemas mas graves que tenemos, son los privilegios aberrantes adquiridos desde la cuarta, que se aderezan con las malas condiciones socio - económicas y laborales que somete al sector salud, como herencia adeco-copeyana.
Presidente, le propongo decrete el Sistema Único Nacional de Salud (SPNS), (ojo: para lo público y privado). Aplicando un nuevo modelo de gestión, en el cual, quien trabaje en público, NO PUEDA TRABAJAR en privado; con una remuneración integral, que sea consecuente y garantice una vida digna, para quienes abnegadamente vamos a dedicarnos a servirle al pueblo. Gestión que debe contemplar inclusive, la reubicación geográfica, es decir cambios de domicilio, de región, de estado a quienes asumamos el compromiso. El arraigo al trabajo, depende fundamentalmente de las justas condiciones laborales; así, solo así, habrá un sentido de pertenencia, en el buen entendido de la acepción.
Como perla para ilustrar, donde llegaron los privilegios aberrantes en este sector, a l@s médic@s se les permite por Ley, tener más de un trabajo y como complemento, la solidaridad gremial cómplice, impide que se le haga firmar asistencia y cumplir horario. El director, los jefes de servicios, adjuntos, y cualquier jefezuelo, resultan jarrones chinos para la gestión médica asistencial. ¿Asi, como se puede?.
La única manera de hacer funcionar a estos espacios de diseño absolutamente inoperante, es quebrándoles la columna vertebral capitalista, que a partir de esta, por su propia naturaleza, genera corruptelas, robo de pacientes, tráfico de insumos médico-quirúrgicos y medicamentos, cabalgamiento de horarios, reposeros, solo por nombrar algunas de las expresiones cotidianas, que se traducen al paciente en la forma ruin de desprecio, desatención e indolencia, cuando el pueblo necesitado acude a una emergencia o servicio médico-curativo.
Para nadie es un secreto las bandas que se establecen en los hospitales (con frecuencia integradas por el director, el jefe de personal y el administrador), las cuales, solo se combatirá con el Poder Popular. Este poder Popular no podrá actuar desconociendo, cuanto y como recibe, cada recinto de estos, en insumos, material médico quirúrgico, medicinas, perversos “cesta tickets”, nómina y efectivo para “caja chica”. Todo esto camarada Presidente debe ser CONTROLADO, sin duda pasando y dejando, que lo que se asigne a los espacios de curatividad, tanto especies como efectivo, y manejo del personal, sea del conocimiento pleno del poder popular. Solo así, podremos ver nacer y avanzar una genuina Revolución en Salud y cristalizar al SPNS por la vía de los hechos.
Sin dudas el aliento, el reconocimiento a lo bien hecho es necesario, pero la exigencia a la responsabilidad, y la reprimenda a la falta, es indispensable. Sin controles no puede haber reconocimientos ni sanciones. Sin Políticas Socialistas claras, no avanzaremos como queremos en Revolución, y no detendremos la corrupción y el burocratismo.
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