Siempre, que recuerde, era un asunto normal entre los que vivíamos en una cuadra.
Por lo anterior, lo que escribo lo hago con seriedad, con respeto y la ética correspondiente. No creo que irrespete con lo que de seguidas expreso, como es que el Comandante Chávez peca de ingenuo cuando le vuelve a tender la mano a la oposición a través de quienes le representan en la Asamblea Nacional.
Del Comandante decimos que es un soldado, disciplinado, estudioso y, de paso, un hombre solidario, con una gran carga humanista. Que no es monedita de oro para caerle bien a todo el mundo es otra cosa. Nadie tiene el timbre de voz de un locutor, ni la figura de un Apolo, ni el color del trigo por el simple hecho de haber nacido. Se es lo que se es, es decir, un ser humano con virtudes o carente de ellas.
Pero creer que la oposición, un heterogéneo y extraño panal, pueda ni siquiera pensar en intentar entender que la revolución bolivariana se da y recibe ese gran apoyo de la gente, porque está pensada y se realiza para la mayoría excluida, es dispararle con balas de salva a un tigre de bengala.
La población los vio por televisión: algunos mirando hacia el suelo, otros hacia el techo y más de uno recibiendo y enviando mensajes de texto. Así se comportan ellos.
Y digo que el Comandante peca de ingenuidad, porque mucha de la oposición no es más que una sucursal de la Corporación USA (la derecha fascista estadounidense), que es la que maneja los hilos de los grandes negocios que dan dinero a granel, como el petróleo y los demás recursos naturales que tiene el resto de las naciones del mundo.
Todo lo anterior sin descontar la gran industria de la guerra y del narcotráfico, que hace millonarios por día.
Todos esos parlamentarios de la oposición que aparentaban escuchar al Comandante de la revolución, presuntamente habrían sido criados en ausencia del respeto, el amor, la identidad con su historia, la ética y la moral y, más bien, parecieron haber sido enseñados a pensar en el interés, la comisión y la oportunidad fácil para obtener todo.
Sinceramente, no creo que ellos tengan la menor idea de reconvertirse y ser un verdadero grupo opositor con proyectos de valor que beneficien a la mayoría de los ciudadanos de este país, que les interese su nación por encima de todo y no mostrarse satisfechos por la entrega de los recursos naturales a transnacionales que solo les interesa sacar el mayor provecho en desmedro de la nación y sus habitantes.
Creo que el Comandante ha pecado de ingénuo, pero esperaré que me convenzan con argumentos sólidos, de lo contrario seguiré diciendo que el Comandante es demasiado buena gente, extendiéndoles la mano de nuevo a quienes intentaron liquidarlo. ¡ Ni Gandhi, pues!
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