Lo primero
que hicieron fue asegurarse de que los países con gobiernos lacayos
estuvieran en manos de personajes que ellos pudieran controlar, aunque
el mismo Perú está en pico de zamuro, porque puede ganar un candidato
progresista. Pero al imperio le conviene un vendido como Toledo, y no
hay duda de que sólo un arrase sin precedentes podrá lograr que un
candidato progresista gane, porque -con toda seguridad- ya toda la tramoya
está lista para que el país andino siga en manos del imperio. Hicieron
un experimento con Baby doc en Haití, porque están buscando una ficha
que poner en la isla, tristemente ocupada por los esbirros de la ONU
al servicio del imperio global.
Luego vino
la gira de la Clinton y la serie de intrigas ocultas que conducen a
la conformación de las condiciones para agredir directamente a Venezuela,
ya que aquí no cuentan con una fuerza interna suficientemente fuerte
para disputarle el triunfo a Chávez en unas elecciones, ni con trampa.
Y el aumento de dinero para sapos, espías, traidores y otros bichos
que están haciendo el trabajo del comején: Horadar y debilitar por
dentro la estructura que el gobierno bolivariano ha venido construyendo,
con esfuerzo y muchos obstáculos internos y externos, en una década.
La impaciencia imperial se puso de manifiesto con la utilización de
Insulza, que fue presionado o comprado para que declarara contra Venezuela,
aún saliéndose de las atribuciones de su cargo.
SUN ZU EL ANTIGUO,
CHÁVEZ EL ESTRATEGA, Y EL PUEBLO.
Chávez ha
logrado que el imperialismo no nos invada, durante de diez años. Por
mucho menos, ellos han asesinado presidentes y tomado militarmente países.
Pero Chávez y su equipo de más confianza han sido más inteligentes,
de acuerdo a la enseñanza de Sun Zu: “lo que es de máxima importancia
en la guerra es atacar la estrategia del enemigo. Lo segundo mejor es
romper sus alianzas mediante la diplomacia. Chávez y su equipo
militar han estudiado la estrategia imperial de guerra asimétrica y
guerra de cuarta generación, la han denunciado y el pueblo ha combatido
contra ella. Una y otra vez, Venezuela ha desbaratado las estrategias
yanquis, y se ha provisto de alianzas en todas partes del mundo.
En cuanto a
los imperialistas, nos están rodeando; como decía Sun Zu: “Si
se es diez veces superior al enemigo, rodeadle. Si se es cinco veces
más fuerte, atacadle”. Pero nuestros gobernantes han logrado
eludir una y otra vez un ataque frontal: “...si se está
en desventaja en todos los aspectos, sed capaces de eludirle, pues una
fuerza pequeña no es nada excepto botín para una más poderosa, si
se enfrenta a ella temerariamente”, dijo Sun Zu hace milenios.
Por lo tanto, los Comandantes bolivarianos han hecho buen uso de la
estrategia: “Y el que es capaz de retardar la llegada del enemigo
lo consigue haciendo que éste se detenga por precaución”.
Hay una fuerza
que tiene la revolución bolivariana que nadie ha podido vencer jamás:
La convicción plena de que se está trabajando en beneficio del pueblo,
de la humanidad. La fuerza moral multiplica el poder de un ejército
y, ante el imperialismo, Chávez sabe que cuenta con al menos quince
millones de soldados, de personas dispuestas a todo con tal de salvaguardar
la soberanía. Incluso muchos que hoy creen apoyar al imperio, cuando
lo vean aquí cambiarán de parecer, porque “no es lo mismo llamar
al demonio que verle llegar”.
EL TRABAJO
QUE FALTA
El Presidente
no tiene intenciones de crear aquí una autocracia, como dicen
los gringos y sus portavoces. Sin embargo, la falta del PSUV al no organizar
el Poder Popular, al no respetar a las bases, y la mala costumbre de
esperar que otro piense y decida para aprovecharse, de muchos dirigentes
que desafortunadamente tienen demasiado poder, ha conseguido que las
principales decisiones estén en manos de Chávez, como si fuera un
rey. Es Chávez el que se lleva los elogios cuando algo sale bien, y
los insultos cuando algo sale mal. Y es Chávez el blanco principal
del imperio, porque sabe que, al darle muerte, esta Revolución se va
al carajo, porque no estamos lo suficientemente organizados. Lo que
vendría después del asesinato sería una guerra, que es lo que a ellos
les gusta, porque venden armas, entrenan a sus peores matones, y prueban
los prototipos de distintas armas de “destrucción masiva”. Y entre
tanto, montan un lacayo y se apoderan de todas nuestras riquezas:
La mayor reserva de petróleo, metales de importancia industrial y minerales
estratégicos como uranio y coltán. Es un botín que no van a dejar
de codiciar, y no van a descansar hasta que lo tengan, o los venzamos
definitivamente.
Interpretando
sus mandatos, sus discursos y hasta su expresión corporal, queda claro
que Chávez lo que menos quiere es ser el único en cuyas manos estén
las decisiones. Fue él quien propuso lo de los consejos comunales,
él quien habló del poder popular, él quien habló primero del socialismo,
como política del Estado, a pesar de saber que éste es enteramente
burgués. Chávez busca la radicalización del proceso en este país.
Sus movimientos anteriores a Diciembre lo demuestran.
LA CORTE Y
LOS REVOLUCIONARIOS
Pero Chávez
no es lo único que existe en el país. Existen los cortesanos, aquellos
políticos de oficio y beneficio a quienes conviene estar cerca del
Presidente para disfrutar de los privilegios del poder político. Personas
que se creen burgueses y actúan como tales, que le temen a la organización
del pueblo y que prefieren drenar los recursos a sus cuentas en el extranjero
antes que cumplir los proyectos del pueblo. Personas que aún controlan
la mayoría del partido. Personas que hablan de “este gobierno socialista”
que no existe, para no construirlo. Socialdemócratas que están encariñados
con sus cambures y desprecian al pueblo.
Y la gente
revolucionaria también existe. Pero hasta ahora, el PSUV, bajo el control
de la socialdemocracia burguesa, no nos ha permitido asumir ningún
papel organizador ni nada que se le parezca. Ni lo harán, por supuesto,
porque algunos han estudiado historia y saben que si tenemos una mínima
oportunidad, la usaremos y el pueblo tomará el poder.
Pero nosotros
tampoco hemos asumido el papel que nos corresponde en la organización
calle por calle, y si no lo hacemos ahora, en el poco tiempo
que Chávez nos ha dado con su discurso conciliador en la Asamblea y
con el nuevo movimiento hacia la derecha que ha realizado, con el cual
ha frenado la agresión yanqui, si no lo hacemos ahora, tendremos
que hacerlo en la clandestinidad y con los marines pisándonos los talones.
LA TAREA IMPOSTERGABLE
Es necesario
que veamos cada movimiento que realiza Chávez, como una acción táctica
inscrita en una estrategia que pretende construir un status quo revolucionario,
que permita solucionar los problemas del pueblo. Pero no podemos ver
sólo nuestras narices. No podemos entretenernos viendo sólo las ridiculeces
que hace la derecha en la Asamblea como táctica de diversión, hay
que observar lo que hace el dueño del circo, no los payasos. Aquí
y ahora estamos sitiados por el imperialismo, que ha logrado suficientes
avances en nuestro continente, avances que son retrocesos para nosotros:
Retomó Honduras, negoció con la “izquierda” que gobierna El Salvador,
tiene en jaque a Nicaragua por medio de Costa Rica, apoya a la derecha
cubana que aprovecha la oportunidad para propiciar un retroceso histórico
en esa querida isla (recuerden las declaraciones de Posada Carriles)
obligó a Evo Morales a retroceder y lo tiene ocupado con los gobiernos
de Perú y Chile que, como una táctica de diversión, le enseñan lo
de la “salida al mar” para neutralizarlo, pero no se la van a conceder.
Tienen a México, a Costa Rica y a Colombia comiendo en la mano y cuentan
con Dilma Roussef, presionada por la derecha brasileña, que tiene poder
en el ejército, lo cual es una amenaza por el Sur; y aunque la nueva
presidenta no se preste (es lo que creo), ellos intentarán aprovechar
que aún no se ha terminado de sentar, y el control del ejército, que
tiene una poderosa ala fascista, está momentáneamente vulnerable.
Así que
el desarrollo de una corriente radical en el PSUV, que asuma fundamentalmente
la organización del pueblo, absteniéndose de buscar puestos de
comando en el partido por ahora, que haga el trabajo de hormiga
que los burócratas desprecian, pero que es el que otorga poder al pueblo,
es impostergable. Pero esa corriente radical tiene que bailar pegado
con el Presidente Chávez, en este momento más que nunca. Aunque algunos
camaradas estén molestos por la realidad que nos ha pateado los riñones,
por tantos errores y golpes de la burocracia. La consigna con que Chávez
cerró el discurso en la Asamblea Nacional es mucho más que retórica;
marca la existencia de una coyuntura de inminente ataque imperial: “¡Los
que quieran patria, vengan conmigo!”
De las y los
revolucionarios marxistas, que queremos el poder para el pueblo, depende
que, recuperando el terreno perdido y actuando de inmediato, atemos
lo que aún está suelto, recojamos los cabos, ordenemos las líneas
interiores de la Patria para una resistencia prolongada y victoriosa.
A Chávez y
el gobierno les corresponde el aspecto institucional y lo han estado
cubriendo, pese a todos los errores. El Comandante ha dado unos movimientos
hacia la izquierda y otros hacia la derecha, pero quienes tengan ojos
para ver comprenderán que se quiere avanzar en lo interno, quitarles
banderas a los que quieren dividirnos, crear conflictos artificiales
para propiciar una intervención yanqui (que éstos, seguramente, les
están ordenando) y, finalmente, ganar más tiempo para organizarnos
aquí dentro, prepararnos para cualquier cosa, y continuar ganando y
consolidando aliados más allá de las fronteras.
Seguir dejando la organización del pueblo para más tarde, sería un suicidio.
andrea.coa@gmail.com