De verdad, es una tertulia criolla y una representación bucólica del medioevo para lograr el control de la república, no importando las herramientas utilizadas para tal fin. Algunos creen que la patria esta inestable y piensan en el período romano y desean el poder absoluto, que, el pueblo le otorgo al presidente bolivariano, Hugo Chávez Frías. Olvidan la democracia y su verdadero ejercicio participativo, donde el Poder Comunal faculta a los colectivos a asumir responsabilidades y criterios de valor.
Nuestra democracia es joven, con algunos vestigios del pasado que nos hacen respirar y recordar una realidad circular sobre nuestra propia historia antropológica y por ende, debemos tener una postura política de carácter constitucional. Es el momento de asumir una gran decisión y avanzar sobre el texto constitucional. De esta manera seguiremos siendo creyentes de nuestra realidad patriótica.
Los cambios políticos, generan actitudes diferentes en los ciudadanos y de aquellos detentores del poder. Debe existir una sola vía direccional en lo cívico- militar. Cuya ideología viene expresada por los criterios del presidente. Por eso, las Fuerzas Armadas de un Estado tienen que estar artilladas hacia un bien público y estratégico para lograr la unidad bolivariana del colectivo nacional. Esto, reviste la importancia del servicio militar y la voluntad de los jóvenes en servir a la patria con dedicación y estudio loable a criterios universales.
En este sentido, la oposición debe revisar sus cuadros y no entorpecer el camino democrático de quienes amamos la libertad como oficio político. Existe una interrogante política, pero, la popularidad del presidente Chávez se mantiene estable en el tiempo, teniendo una imagen aceptable en muchos países del exterior y en el interior del país.
Es menester, mantener la unidad geopolítica del territorio nacional. Los logros de un Estado libre deben incidir sobre cada ciudadano que exige educación, seguridad, salubridad y viabilidad para la construcción de su vivienda. La credibilidad es un eslabón para descubrir la posibilidad de una acción gurnamental garante de una percepción pausible para desarrollar criterios desarrollistas que no atenten con el bienestar de nuestras bases populares.
La patria es un huracán intenso de fervor patriótico que nos lleva a tener respeto hacia nuestros libertadores y presidente electo por el voto popular. Allí, no cabe el odio y los principios democráticos, solo entra a jugar un factor primordial, los medios de producción y las formas de producción social, que, coadyuvan con la propiedad privada para acrecentar la fe popular y aceptar los criterios de un liderazgo serio y inequívoco.
Los hechos de sabotaje y de golpe suave promovido por grupos políticos contrarios al sentimiento popular, dañan la continuidad democrática y determinan un aislamiento institucional de los partidos políticos por la carencia de una militancia efectiva hacia fines que señalan hacia una tecnología diversificada y abierta hacia los parámetros del país.
El saboteo,
persiste por grupos minoritarios, solo la razón será eficiente
cuando asumamos responsabilidades plausibles al concepto de patria y
geopolítica, en consonancia a una identidad sureña vivificante en
el desarrollo de los planes estructurales del quehacer nacional.