Entre las brillantes obras de nuestro Libertador Simón Bolívar es meritorio destacar una de las más visionarias piezas de su inquieta literatura política humanista, que con gran elocuencia hizo, ante el Congreso de Angostura el 15 de febrero de 1819, donde fluyeron sus ideas condensadas en el proyecto más acabado para la construcción de una Patria grande, libre y soberana, con sus códigos y normas fundamentadas en la práctica democrática y el accionar libertario de los pueblos oprimidos por los imperios, como el vivido en su época, similar al imperio que hoy oprime al mundo, que carga de oprobios sociales, culturales y políticos con su intromisión perversa para subyugar a los pueblos.

El discurso de angostura está concebido por brillantes ideas; formas políticas, sociológicas, jurídicas, históricas que marcan un sendero libre y abierto para tomarlo como fundamento ideológico de las repúblicas de la posteridad, si lo vemos desde los tiempos de Bolívar, pues, las ideas expuestas allí, sin duda que no eran para aquel momento histórico conmocionado por los efectos de la guerra y las intrigas internas contra el propio Bolívar. Por lo que podemos decir que Bolívar como su maestro Simón Rodríguez se adelantaban en sus luminosos pensamientos, porque la República que se proponían en aquellas ideas, estaba por encima de los principios de quienes aspiraban dirigirla, no estaban fortalecidas las condiciones objetivas ni sugestivas para asumirlas en la práctica, como pensamiento democrático soberano, protagónico y participativo para el pueblo, esas condiciones se han venido a dar dos cientos años después cuando el pueblo forjado en las gloriosas luchas desde aquel momento. Era como demasiado pedirle a aquellos legisladores cuando enfático les dijo:

Meditad bien vuestra elección, legisladores. No olvidéis que vais a echar los fundamentos de un pueblo naciente que podrá elevarse a la grandeza que la naturaleza le ha señalado si vosotros proporcionáis su base al eminente rango que le espera. Si vuestra elección no está presidida por el genio titular de Venezuela que debe inspiraros al acierto de recoger la naturaleza y la forma de gobierno que vais a adoptar para la felicidad del pueblo; si no acertáis, repito, la esclavitud será el término de nuestra transformación.

He aquí lo grande de aquel proyecto de Patria, donde lo fundamental era la felicidad del pueblo, un mensaje que a pesar de los seis meses de discusión y debate en las sesiones de aquel congreso, hasta el mes de agosto, no fue asimilado como tal, ya que como vemos, ese hermoso proyecto no pudo ser realidad. La diatriba política en tiempos de guerra, la oposición y confrontación de intereses no hizo posible el sueño de aquel proyecto donde el Libertador, no pudo cosechar para la República, el fruto esperado. La esclavitud continúa, la concentración de la tierra en pocas manos se hace evidente, los soldados que lucharon al lado de Bolívar se sienten burlados, siguen sin las tierras que les fueron usurpadas, sin derechos y sin libertad, por lo que con denodado patriotismo lucharon, así vemos cómo este proyecto no logra prosperar en aquel convulsivo momento, y la Patria sigue oprimida.

Vemos en la historia, a partir de 1830, las grandes revueltas populares, el pueblo oprimido una vez más bajo el oprobio de la oligarquía mantuana, lo cual da origen a la cruenta Guerra Federal, protagonizada por el pueblo en armas en contra de la opresión oligarca, entregada ya, a los intereses del naciente Imperio Norteamericano. Así se desarrolló el siglo IXX en sus últimas dos terceras partes, hasta la llegada del siglo XX, siendo el pueblo oprimido hasta 1999, cuando llegan a Venezuela las esperanzas libertarias, rumbo al socialismo.

Así pues, el sueño inmenso para hacer la gran Patria que propone Bolívar en Angostura hoy está plasmado en la actual Constitución discutida y aprobada por el pueblo en diciembre de 1999. El Libertador en su Discurso se expone al análisis crítico y autocrítico ante los legisladores. Cuando expresa:

En medio de este piélago de angustias no he sido más que un vil juguete del huracán revolucionario que me arrebataba como una débil paja. Yo no he podido hacer ni bien ni mal; fuerzas irresistibles han dirigido la marcha de nuestros sucesos; atribuírmelos no sería justo y sería darme una importancia que no merezco.

De esta manera podemos apreciar la grandeza patriótica y libertaria cargada de inminente humanismo que impregna el pensamiento de Bolívar en su profunda filosofía democrática, que hoy a dos siglos de aquellos gloriosos acontecimiento, el pueblo venezolano ha sabido asumir para el logro de su liberación mediante la conquista de la Soberanía, que es lo único que hace posible la verdadera democracia, cuando la ejerce el pueblo empoderado por una fuerza revolucionaria que nace de sus propias entrañas forjada en las luchas libertarias, que a lo largo de la historia venezolana y latinoamericana, ha dado el pueblo poniendo su voluntad, su sacrificio, su sangre y su digna espiritualidad esperanzadora de libertades, que hoy vemos comenzarse a plasmar, con un pueblo en movimiento y superación, animado por un líder, el Presidente Chávez, que ha logrado catalizar ese sentimiento de lucha por la libertad que convida a enarbolar esas banderas soberanas que la doctrina bolivariana nos dejó muy en alto pero la oligarquía apátrida nos la arrió groseramente, y que hoy es la guía que nos marca el norte de la liberación que sólo será posible construyendo la Patria Socialista. Bolívar con su férreo sentir en la lucha por la libertad abandonando su fortuna, su familia, para convertirse en el instrumento de liberación, hasta dejarse arrebatar por huracán revolucionario por dos siglos de lucha libertarias del pueblo, convirtiéndose en la Guía para la construcción de la Patria para los pobres, los oprimidos, excluidos, explotaos y desheredados de América, por eso decimos que hoy, desde Angostura, “camina la espada de Bolívar, por América Latina”

PATRIA SOCIALISTA O MUERTE ¡VECEREMOS!

Reinaldo Chirinos

reinaldoch@yahoo.es