Todo revolucionario debe solidaridad a sus camaradas, a los revolucionarios de cualquier lugar del planeta tierra, porque eso es un principio ético. Porque la consigna de los revolucionarios, desde el principio, fue siempre “¡proletarios del mundo uníos!”, y porque (al final de cuentas) sólo existen dos líneas invisibles: de un lado los revolucionarios y del otro los contrarrevolucionarios, sea en los Estados Unidos, América Latina, Europa, Asía o cualquier lugar del orbe. Y no existe más. Lo demás es pura especulación trasnochada. O se está a favor de la compasión humana por el que sufre o se defiende a ultranza el egoísmo y el capital. Son dos antípodas. Son visiones irreconciliables.
Por eso uno se solidariza con las palabras del texto “Joaquín Pérez Becerra”, del compañero poeta Gonzalo Fragui, desde estas costas de Anzoátegui y en este temblor de océano que es Puerto La Cruz, lugar donde uno vive.
Y digo solidaridad porque causa indignación la trastada, la metida de pata, del líder de la Revolución Bolivariana: presidente Hugo Chávez Frías, de entregarle a la miserable oligarquía bogotana, en caja de regalos, a este revolucionario y periodista, de nacionalidad sueca pero de ascendencia colombiana.
Nada. Que ahora la Revolución Bolivariana tiene un cisma profundo en su correntada ideológica, justo cuando se discuten (a sotto voce, sin discrepancia alguna) las líneas estratégicas de la acción política en la Revolución Bolivariana. Y surge este asunto que desnuda cuan intensa en la corriente de la derecha, recalcitrante y miserable, dentro de la misma Revolución Bolivariana. Cuan gananciosa ha sido la contradicción de la contradicción que va ganando la derecha claudicante dentro del Proceso Bolivariano de Venezuela.
Y esto, lo ocurrido, ciertamente define una fecha, y marca una traición desleal, estúpida, miserable, a la lucha que desde la muerte de Gaitán sobrelleva, con sangre y profundo dolor, el pueblo colombiano digno y erguido.
Ahora, cómo aparecerá la Revolución Bolivariana ante los ojos de los revolucionarios del planeta tierra, después de tamaña estupidez y despropósito. Seguramente mal. Seguramente digna de desconfianza cuando traiciona a un valiente luchador revolucionario y lo conduce a las mismas fauces de los torturadores y canallas de los que siempre pudo escapar, pero que ahora (gracias a la Revolución Bolivariana) tiene ciertamente la muerte asegurada y dolor y sufrimiento para sus familiares.
Nuevamente se demuestra cuan fuerte en la tendencia derechista que viene marcando la Revolución Bolivariana en sus ejecutorias. Cuan hipócrita se torna su verborrea patriotera.
Una revolución que se va disolviendo en una cantidad de personajes encopetados, dizque revolucionarios con viajes a Disney World; gananciosos mercaderes con cuentas en las islas Caimán y los paraísos fiscales; musculosos líderes metrosexuales y astutos joroperos del arpa, el cuatrerismo y la maraca.
Nada. Que parece que la Revolución Bolivariana tocó fondo, y su profundidad ideológica no llegó a los cinco centímetros. Las acciones hablan mientras las palabras callan.
(*) Poeta y comunicador social anzoatiguense. Ex comandante de redes de Círculos Bolivarianos en esta entidad federal.
canachelarosa@yahoo.com