La mayoría de los venezolanos viene reflejando factores sanitarios que perjudican su salud t tienden a gravitar sus enfermedades hacia una tendencia cardiovascular, respiratoria y la toma de agua insalubre que proviene de la represa Pao- Cachinche. Sobre este ultimo aspecto, el agua en la región central esta privatizada, porque la que proviene de las cuencas naturales refleja un gran contenido de heces fecales y bacterias cancerigenas. El estrés por el futuro del país tiene un carácter mediático y viene trayendo un desenlace mortal a un alto índice de nuestros coterráneos. Por eso, hay un grupo de personas que presentan proyectos específicos para atacar los problemas estructurales del país en su visión jurídica, social, psíquica y profesional. Pero, algunas instituciones retrasan los plazos de ejecución y apuntan hacia un descontrol de las recomendaciones dadas a dichos procesos, de allí, la importancia de un intercambio de opiniones para lograr factorizar los puntos más comunes que vienen solicitando los equipos de cada Consejo Comunal y desviar toda improvisación., que, pueda dañar los niveles de desarrollo humano y lo sanitario en cada región.
Uno de los problemas más grave y que preocupa a nuestros trabajadores es la inoperatividad de algunas plantas expropiadas por el actual problema sindical y que no reflejan ni el 30% de su vieja capacidad laboral. A muchas personas se les adeuda prestaciones sociales, seguro médico y caja de ahorro con sus intereses, originando inquietud y enfermedades coronarias que, exige una periodización clínica constante.
Esta situación ha traído voces de protesta de parte de un amplio sector juvenil que exige cambios en la rotación de los cargos ejecutivos, solo con la idea de impulsar el estudio y la profesionalización de nuestra juventud que, todavía no se ha incluido en los centros de enseñanza superior. La idea principal de la Universidad Bolivariana de Venezuela es cumplir con el organigrama de la Nación Venezolana y avanzar en la graduación de profesionales que permita incluirlos en una agenda de empleo permanente y sean factores vitales en la producción venezolana. Los sectores económicos del país sean opositores u oficialistas deben reunirse para revisar la planta ocupacional del Estado Venezolano e iniciar una campaña estable que fije los objetivos previstos y sobretodo, atender las necesidades de nuestros jóvenes. Que se ven acosados por la ausencia de trabajo y los narcóticos, eligiendo el segundo para evadir asuntos emocionales provenientes del estrés.
Hay que conformar líneas de trabajo que incluya a los jóvenes universitarios y darle una plaza antes que se profesionalicen, igualmente a los alumnos que ingresan a una nueva carrera, como es gestión ambiental, muy necesaria en estos días de tanta alteración de los recursos naturales. Sin duda, debemos concebir un nuevo país con una gente joven deseosa de recuperarlo y luchar por forjar un mejor destino en todos los ámbitos de la superación personal. Nos encontramos en una Venezuela para el cambio, acorde con el Proyecto Simón Bolívar y otros programas que validan el perfil político que deseamos para fomentar liderazgos a nivel regional y nacional. Hombres jóvenes preparados para la lucha social y política en una Venezuela de desafío. Debemos ir hacia un racionalismo del Estado y que los incompetentes sigan ilustrándose de sus erarios.
Hay que fundamentarse en un nuevo discurso político, donde los jóvenes tengan libre acceso al concepto de libertad y dejar atrás las imágenes de aquellos políticos que, todavía irrumpen el camino de nuestra democracia para agravarla y, que ya no tienen fuerzas en sus cimientes de poder. Hay que dejar atrás a los viejos ídolos y procurar en es nuevo campo de la tecnología abrazar el amor de Jesús como un hecho de paz y de solidaridad con nuestros hermanos. Hay que desaparecer toda ignorancia de nuestro sentido común y avanzar hacia la nueva patria y confinarnos a un nuevo amanecer lleno de nuestra certidumbre, para desarrollar en nosotros caminos de paz y de poder ciudadano, reconocidas estas luchas en el quehacer comunitario y el nuevo status del Estado, acorde con las leyes que le otorgan ese criterio.
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