Que la política asquee a algunas personas, tiene su asidero en personajes del medioevo como Eduardo Fernández, Antonio Ledezma, Teodoro Petkof y Pompeyo Márquez. Son cuatro pterodáctilos que ante la inevitable vejez que les arruga la piel y las ideas, entonces hacen inútiles esfuerzos para seguir en la palestra pública. Yo conocí a un cantante que cuando se puso viejo y nadie le paraba por que las nuevas generaciones no lo conocían y además parecía una pasa, entonces se iba a Sabana Grande a lucir sus recuerdos haciendo el ridículo vestido a la usanza de los años sesenta, con el pelo largo, muñequeras, franela sin mangas, pantalones acampanados zapatos de plataforma y demás enseres de cuando los geniales Beatles se hicieron llamar “más famosos que Jesús Cristo”
Así es Eduardo Fernández, por ejemplo. Durante los años que fue candidato de Copei fue un frustrado, un perdedor, un “tercer lugar fijo”.Demagogo y harapiento de ideas tuvo el tupé de ir a dormir a un rancho para buscar el voto de los pobres. En otras partes de su vida que no eran la preelectorales, no visitaba a nadie en el barrio. Hoy encanecido hasta los tuétanos, aferrándose a una existencia que ya pide in situ un lugar dentro del gerontológico, al lado de Pablo Mármol y Pedro Picapiedra, porque él es del tiempo cuando la gente compraba en la bodega un kilo de azúcar y le daban un racimo de plátano de ñapa, reaparece como el Silbón a dejar escapar su agudo sonido entre la dentadura amarillenta de sílice, sí ¡Luis!
Eduardo Fernández dice que “al Estado le hace falta una cana para que lo gobierne”, pero resulta que los canosos que votaban por él, están réquiem in pace o son ancianitos vapuleados por el Puntofijismo de cuando se hacía llamar “El tigre”, o mejor dicho, el hijo delfín de Rafael Caldera, el mismo que le compró a Teodoro y A Pompeyo la vida de los jóvenes guerrilleros por dos ministerios2 ¡Muerto regresa a tu urna!
Eduardo es pana de Teodoro y Pompeyo, los tres son más viejos que el kerosén y deben callarse porque la baba de viejo da kurumba la vida: la senectud de Eduardo sólo sirve para contar fábulas y para disfrazarse de San Nicolás en diciembre, jo, jo, jo…
Eduardo y “Bombillo `e túnel, ¿quién será? Eran casos de estudios gafólogos. Los dos se ponían a pelear por las carantoñas de Rafael Caldera, mientras TEODORO PETKOFF Y POMPEYO MÁRQUEZ, permanecían en la oficina de la quinta Punto Fijo esperando a que el Don Rafa les mirara los cuadernos en donde ellos, Teodoro y Pompeyo, tenían anotados las direcciones de los adolescente guerrilleros urbanos para que la policía los fuera buscar a punta de patadas y cachazos de fusiles. Uno a veces se pregunta: ¿Qué pensarán Teodoro y Pompeyo de la MASACRE DE EL ENCANTO en 1961?
“Bombillo `e túnel” tenía más labia que Eduardo a quienes muchos confundían con el mejor payaso que ha tenido el país venezolano, “Togolo”, a causa de que la nariz de Eduardo Fernández semeja un semáforo en rojo. Qué cosa todos creímos en esos años que el candidato más acorde al seudónimo “Bombillo `e túnel” era Eduardo, pero, salió al contrario. Había celos entre los dos delfines cuando el vejete Rafael Caldera los regañaba y les decía: “Ahora les doy pao pao, por las nalguitas para que no estén peleando”- y les pegaba con una pluma de ganso cantonés. Eduardo nunca ha sido un triunfador en la política como menos lo ha sido el de copete de pájaro loco, Teodoro, quien una vez les gritó a los viejitos que exigían la pensión del SSO: “A ustedes no les vamos a dar nada porque ustedes no trabajan”. Eduardo, Ledezma, Teodoro y Pompeyo, ¿por qué carajo no le reclaman al gobierno que los albergue en el gerontológico de San Carlos de Río Negro…¡bien lejos!
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