Hipnotizada por el reflejo de la luna arubeña en el mar, Clara, la de la vida oscura, disfruta de un breve paréntesis cinco estrellas, todo incluido, tres días y dos noches, exclusivo para gente con buen gusto y mejor billetera. Apartada de la pesadilla crónica enquistada allá en la otra orilla, ¡Dios mío!, tan cerca y tan lejos de su segunda luna de miel.
Romántica, se acurruca junto a su marido en una enorme hamaca, de esas que llaman hammocks y que nada tienen que ver con los simples y primitivos chinchorros venezolanos. Se siente extrañamente ligera: la tortícolis que la estruja desde hace meses no está, la presión en el lado izquierdo -¡qué siniestro!- de su pecho se ha ido, igual que las ganas de llorar, la rabia, los temblores, el tic que hace que sus labios se engurruñen involuntariamente como una ostra cuando le echan limón.
Clara está juguetona. Su marido la mira asombrado. ¿Otra margarita, Baby? “Sí, y doble, mi vidi, porque en el mar la vida es más sabrosa y más si ese mar no es venezolano.”
“Me siento tan segura al saber que la cuarta flota anda cerca… Es que claro,ellos no se paran sino en lugares nice y democráticos, no como…” -Una sombra nubló su mirada pero la margarita doble no iba a ceder espacio al sufrimiento, no esta noche, no en su segunda luna de miel. “Menos mal que solo quedan trescientos treinta y pocos días…”
Su marido saltó como un resorte de la hamaca que se llama hammock. Buscando las palabras para no romper la magia de una noche tranquila, quizá la única en los últimos doce años, Carlos Andrés balbuceó: “Baby, podemos ser sinceros, porque siempre hemos sido sinceros el uno con el otro, verdad?
La cara tensa de su marido auguraba una confesión inconfesable. Ya se lo había advertido, en carne propia, su mamá: “Hombre que no monta cachos es mujer”.
¡Dímelo ya! - Exigió Clara con la dignidad sobreactuada de Maria Corina saludando a Chavez en la AN.
No te pongas así -rogaba dulzón el muy canalla- no es el fin del mundo, baby honey darling. Es solo que no sé si nos convenga que se vaya Chávez, no ahora que todo marcha tan bien… ya sabes: a pesar de lo que dice Nitu, el negocio no hace sino crecer, los contratos nos llueven, incluso algunos con el gobierno, y los créditos... Clara baby, tus caprichitos, my love, los viajes, el Botox, la casa con piscina… Tu hermana se vino de Europa porque aquello se está cayendo, ni hablar de la pelazón de mi primo Toño en Miami...¿En serio crees que nos conviene cambiar de gobierno, my love?
Tortícolis, temblores, labios de ostra con limón y un profundo dolor en el pecho: el dolor de la traición... Y el terror -con musiquita de Globovisión y todo- tener que pasar esa noche, cinco estrellas todo incluido, durmiendo con el enemigo...
carolachavez.wordpress.com