El
señor José Juan Requena es un viejo de 70 años, como el de la película
“UP” que vuela en una casa levantada por globos hacia los
tepúes de la Gran Sabana en busca del malvado explorador Brewer Carias,
y allí encuentra un perro que habla y un colorido Gallo Pelón.
EL AUMENTO
MILITAR
En su artículo
El Socialismo de Castas del Siglo XXI, el señor Requena dice que
se le “revolvieron las tripas” cuando supo que los militares habían
recibido 50% de aumento de sueldo. Y añade “no es que no se lo merezcan
pues con la inflación galopante no alcanza el sueldo ni para comer
caliente una sopa de nabos todos los días”. ¿En qué hospicio está
secuestrado este anciano que no puede “ni comer caliente una sopa
de nabos todos los días”?
Don Comenabo
Requena reconoce la existencia de Mercal y Pedeval sin los cuales, dice,
¿”Qué sería de nosotros el pueblo, combatiente y trabajador del
13 de abril, que salvó al presidente…?“ Porque “los militares
no se movieron hasta que vieron al pueblo en las calles dispuesto a
morir por su presidente…” Ponzoñoso el viejito.
ACLARATORIA
DE ARMAS
Los militares
bolivarianos no necesitan que se los defienda y no merecen que se los
ataque. Debo aclarar que a los militares de la Cuarta los enfrenté
con la famosa “crítica de las armas”, desde la adolescencia. Y
cuando en la revista “Reventón” decidimos usar “el arma de la
crítica”, terminó en juicio militar y cárcel para Los colegas y
para mí irme a pasar trabajo en el extranjero. Aclarado lo cual,
mi eterno agradecimiento a los militares que se jugaron su vida, su
libertad y su carrera para iniciar, con el 4F, esta imperfecta pero
maravillosa revolución bolivariana. Agradecimiento a los oficiales,
clases y soldados que se abstuvieron de dispararnos el 11 y 12 de Abril
2002: Carmona y los suyos sólo contaron con la policía y los alcaldes
fachos de Baruta y Chacao para reprimir al pueblo. Eso debería tomar
en cuenta Requena para hablar de los militares que, a las 9 de la mañana,
han hecho más que él en toda la semana.
PERFECCIONISMO
Como no
se aumentó lo mismo a los trabajadores, Requena pregunta “¿Dónde
está entonces la igualdad del socialismo?” Es evidente que finge
ignorar que la FANB era el único sector que llevaba años sin aumento.
Y el, ponzoñoso, añade: “Esto parece, por ahora, más bien otro
bozal de arepa, como sucedía en el pasado para mantener contentos a
los que son dueños de la fuerza de las armas. (…) Contentos y felices
a fuerza de billetes, pero vacíos de principios e idealismo”.
REGAÑANDO A Chávez
El viejito
ponzoñoso le dice a Chávez: “(…) con decisiones como esta, usted
levanta barreras entre su pueblo y las (sic) fuerza armada por ahora
bolivarianas” (sic). Porque según Requena “Son estas decisiones
imparciales (sic) e infelices las que rompen la igualdad, la fraternidad
el codo a codo entre el pueblo y sus fuerzas armadas”. (…) “Parece
que si no se les aumentaba el sueldo no seguirían fieles a los principios
e ideales de este su proceso, eso es lo que piensa el pueblo a las primeras
de cambio”. Y el viejo ponzoñoso le pregunta al Comandante: “Señor
Presidente, no es esto un bozal de arepa como decimos nosotros para
callar las protestas y mantenerlos por ahora contentos”.
¿QUIÉN DIVIDE?
El ponzoñoso
dice que los trabajadores (que han recibido aumentos año tras año)
merecen el mismo 50 % de los militares, porque “(…) trabajan
y producen, para engrandecer ese PIB de la patria”, mientras que “El
militar hace la guerra, da golpes, reprime al pueblo cuando así le
manda un superior con la fuerza de sus armas, como ya ha pasado tantas
veces en la historia de nuestro pueblo y de los pueblos del continente
y del mundo”.
¿LA
SOLUCIÓN?
El viejito
ponzoñoso le dice a Chávez: “(…) debemos crear una sociedad de
iguales y no de clases una sociedad justa y no desigual. Existimos aún
muchos viejitos de la edad dorada sin pensión ni seguro social, entre
ellos el que esto escribe que tiene setenta años”.
¿De ahí
viene la hiel? Por favor, camaradas del gobierno: denle una pensión
al compatriota Requena para que cambie la dieta de nabos que lo tiene
envenenado. Denle una pensión que le permita comprar Viagra y fraternizar
con alguna compatriota miliciana de la tercera edad que lo acoja en
su seno, lo ponga a dar saltos de rana para que se le quite lo comenabo
y lo convierta en un revolucionario sin edad.
EDADES
A quienes
consideren que es impropio que desde mi juventud maltrate a un anciano,
debo confesar que poco importa que el señor José Juan Requena sea
un viejo. Si se pone necio op majadero, un anciano merece una
llamada de atención como si fuera un chamo.
Yo no tengo pensión ni seguro, trabajo todos los días y, zigzagueo con mi moto por el tráfico de Caracas. A veces me pregunto si llegaré a cumplir la edad de Requena. Gracias a la revolución (y al Viagra) tengo ante mí un largo camino de luchas, tareas, enamoramientos y asombro. Tengo 66 y autoridad (que viene de autor) para mandarle un abrazo a todos los jóvenes militares que están con su pueblo y para decirle a José Juan Requena: ¡No jodas!
rothegalo@hotmail.com