“Cada diciembre, durante todo este tiempo, hemos celebrado victoriosos nuestra marcha indetenible hacia la patria buena y bonita… -To be continued... ¡Plin plon!- …plena de alegría, justicia y de igualdad social. Feliz navidad, compañeras y compañeros. Hugo Chávez.”
Clara, más oscura que nunca, dejó caer el Iphone como si le quemara las manos, ante la mirada inmutable de su familia, ya acostumbrada a estos episodios. El teléfono, inteligentísimo, más inteligente que ella, cayó sano y salvo tras dos pequeños rebotes sobre la mullida alfombra que cubre el salón de punta a punta.
¿Mensajitos a mi? ¡No es no!
Responder ¡Plin!: Sr. dictador de Sabaneta, -y agradezca que mi educación esmerada me impida llamarlo como quisiera-. ¿Con qué derecho penetra usted en la intimidad de mi casa, en plena navidad, aprovechando que no pude viajar a mayami por falta de cupos; típica escasez a la que nos tiene acostumbrado su comunismo bananero con sigatoca negra, sí, no se haga el loco, esa terrible plaga que denunció a saco roto el diputado Willian Dávila y que, si bien las fotos que mostró fueron de una mata de plátano en Santo Domingo, todos sabemos que su denuncia era verdadera… Decía, con qué derecho estrena usted MI Iphone, -léase bien mi, mío, de mi propiedad aunque ya sabemos, la gente decente y pensante de este país, lo que este comunismo hace con la propiedad: arrebata bancos a honorables millonarios y luego disimula con un derroche de dinero público malbaratado en viviendas para pobres incentivando la flojera… Decía, con qué derecho estrena usted mi Iphone con ese mensaje lleno de violencia y odio, restregándome en la cara sus victorias, nuestras derrotas… dolorosas, fraudulentas derrotas, porque siempre ganamos, Ramos Allup tiene las pruebas… Pobre Henry, hasta la espoleta que le lanzaron tiene y no hay fiscalía que le haga caso… es que este país es una ruina comunista, y usted con ese cinismo mandando mensajitos de patria “buena y bonita”, ¡solo le faltó decir barata! pero barato no hay nada por culpa de la inflación que ustedes llaman especulación -sí comonié- a menos sean esos perniles con burundanga que venden en PDVAL, y es que lo barato sale caro y si es caro lo congelan para que sea barato y ya no soporto más!… Con qué derecho?
¡Plin! Enviado.
Lanzando un grito de karateca, Clara estrelló, con asco y rabia, su Iphone contra el piso de mármol del comedor.
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