En 1964, por decreto presidencial fue convertido el Cuartel de la Planta, en “Casa de Reeducación y Trabajo Artesanal reclusión con fines correccionales…”. La medida fue tomada durante la presidencia de Raúl Leoni.
Ya en marzo de 1993, según informe de la Oficina de Estadísticas de la Dirección General de Rehabilitación y Custodia existían de 833 reclusos en La Planta, cuando para el momento, según las condiciones del penal, la capacidad era de 400. El presidente era Carlos Andrés Pérez.
23 de octubre de 1996 murieron calcinados, en una terrible tragedia, 30 de 50 internos que se mantenían una celda de cuatro por cuatro metros. El presidente era Rafael Caldera.
En el año 1997, la población penal del retén llegó a triplicarse con los traslados que se hicieran desde el finado Retén de Catia hacia el Internado Judicial de La Planta.
Ejemplos de las constantes noticias de horror acerca de este penal en gobiernos anteriores.
Con lo sucedido esta semana en el retén de La Planta se sientan los dos únicos y últimos precedentes pacíficos y exitosos en la historia de este penal. El primero fue el traslado de los reclusos a otros retenes, luego de largos días de negociación entre los reos y el gobierno. El segundo y más importante: su cierre como internado judicial.
El día lunes fue entregado por la comunidad el proyecto que abre la puerta de una nueva era para este espacio físico y para la comunidad de El Paraíso. No habría sido posible en otro momento político, o en otro gobierno. La ministra Iris Varela dio ejemplo de cómo de una situación y un lugar donde impera la violencia se puede voltear la tortilla, anular la tragedia y además generar un saldo positivo para la comunidad. Todo esto a base de trabajo duro y lealtad con los principios humanistas, colectivistas y sobre todo independientes de poderes fácticos constituidos, que estamos llamados a derribar. Lo de la semana pasada fue un paso. Ahora les toca a los vecinos ejercer el poder popular y sembrar la verdadera Planta que merece El Paraíso.
@andreahermoso
