Si yo fuera opositora

Si yo fuera opositora estaría desconcertada, un tanto perdida, con mi cacerola en la mano pero sin aquella certeza convertida en impulso irreprimible, destrozador de ollas a punta de cucharonazos… justamente la olla donde otrora habría cocinado mi arroz saborizado.

Si yo fuera opositora me estaría preguntando a dónde fue el miedo, el terror que me mantuviera insomne durante meses, hipenventilando ataques de ansiedad -y no es para menos- ante la posibilidad cierta, inminente, inevitable, de que mis hijos hubiesen sido arrancados de mis brazos y llevados a campos de adoctrinamiento en Cuba. Amenaza tanta veces avisada por los mismos políticos que hoy se hacen los locos a menos que alguien les ordene que no se hagan.

Si yo fuera una de esas opositoras que huyó del país, no sin antes vender su casa, su apartamento de playa, sus carros, sus muebles y su licuadora, todo a precio de gallina flaca, antes de que el rrrégimen se los expropiara… Si yo fuera una de esas personas que hoy se tragan cruda la crisis del capitalismo en uno de esos países donde pensaron, donde les dijeron, que estarían más seguros, donde sus hijos sí tendrían futuro, donde no tienen nada… Si yo fuera una de esas persona me estaría haciendo un millón de preguntas.

Si yo fuera una de esas opositoras que aprendió a jurar por lo más sagrado que el gobierno de Chávez no ha hecho nada y que hoy tiene que soportar disimulos como la ley de misiones, como la promesa, por falsa que sea, de no botar a ni uno solo de los empleados de la actual PDVSA, los mismos traidores que pusieron a andar a la empresa, cuando no era de todos, aplastando las esperanzas de la gente decente y pensante de llevar al país al abismo. Ese ambiguo tongoneo que no disimula el bojote pero que confunde a los ya confundidos globovidentes… Si yo fuera uno de ellos me preguntaría ¿Si todo lo que hace este gobierno, que no hace nada, es malo porqué me promete Capri que lo va a seguir haciendo?

Si yo fuera una opositora de esas convencida más allá de toda duda de que la lista Súmate, indecentemente llamada Tascón, los excluye aunque durante todos estos años se hayan forrado de dinero haciendo jugosos negocios con el gobierno… Si yo fuera una de esas personas me preguntaría si a la hora de la chiquita alguien me va a creer que no soy chavista, que yo sí firmé, que estoy en la lista Tascón, te lo juro por la Virgen Dorada de Altamira, pero que este gobierno es tan bruto que ni para excluir bien sirve…. Vista la rabia con la que ha actuado la oposición cuando se han sentido dueños de una pizquita de poder, visto los niveles de agitación de colectiva a punto de intento de linchamiento, “se van a tener que comer las alfombras”, hasta me pondría nerviosa, si yo fuera de la oposición.

Si yo fuera opositora, hace rato y por instinto de autopreservación, habría dejado de serlo.

tongorocho@gmail.com


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Carola Chávez

Periodista y escritora. Autora del libro "Qué pena con ese señor" y co-editora del suplemento comico-politico "El Especulador Precóz". carolachavez.wordpress.com

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