El Gobierno Nacional a través de la toponimia debería de llevar a cabo un estudio más pormenorizado de tantos nombres de ciudades, municipios, lugares y obras rindiéndoles honores a individualidades que en nada merecen ser objeto de homenaje alguno. Ya hemos visto que el nombre de un ex presidente de la Republica Bolivariana de Venezuela, era identificado con uno de los 11 municipios del estado Bolívar; fue cambiado por el de Angostura; tal cambio no fue por un simple capricho; razones de fondo hubo. En ese quinquenio se inauguro uno de las persecuciones y desapariciones más atroces contra el pueblo venezolano: otros como este que tienen un pasado no muy honroso y en ocasiones aparecen como unos querubines los vemos con su nombre identificando algún sitio. Esto debe ser revisado.
El nombre que nos ocupa en esta ocasión y que da origen a este articulo es FRANCISCO ANTONIO HILARION ZEA que al decir de muchos y de quienes le pusieron una lupa a tan particular existencia han llegado a identificarlo como el precursor de los peculados en la naciente historia republicana; había nacido en Antioquia, Colombia el 23 de noviembre de 1766, de origen provinciano, en un comienzo se sintió atraído por la vida religiosa; pero prontamente al encontrarse sumergido en una vida libertina de aguardiente y amigas; se dio cuenta que su verdadera vocación no era estar metido en un convento, sino el derecho, ya mostraba sus habilidades histriónicas y facilidades para discursear. Esa vida disipada, de francachelas y de frecuentar lupanares; pronto se vio escaso de dinero y con ello pasar hambre que lo llevaron a empeñar hasta los zapatos para sobreponerse a su crítica situación.
En 1791 el Virrey de Ezpeleta, viendo aquel hombre de extraordinarias capacidades, no solo para mimetizarse en cualquier escenario, sino para dejarlos boquiabierto por su fácil verbo, no dudo en darle la responsabilidad de la educación de su prole; ya al poco tiempo alternaba las responsabilidades educativas con la de conspirador republicano; prontamente fue descubierto y hecho preso junto con el prócer colombiano Antonio Nariño; los dos fueron enviados a Cádiz , estando allí se le alumbro la estrella de la buena suerte, esa misma que siempre en sus volteretas le acompañara, fue llamado por el Primer Ministro don Manuel de Godoy, nombrándolo miembro de una comisión y enviado a Paris; al parecer este personaje de ciernes guardaban similitudes andanzas en el coqueteo por las mujeres, condición esta que lo puso en el mismo camino. Era sin lugar a dudas un echado palante. Todo un Fouche, aquel personaje lúgubre de la política francesa, con una capacidad camaleónica para brincar talanqueras en los momentos más inesperados. Es así como nuestro personaje fue director del Jardín Botánico de Madrid y del ministerio del Interior. Fue tal su osadía que en los momentos que José Bonaparte; llamado pepe botella por su afición a empinar el codo, invadió la península ibérica, no lo dudo dos veces para cuadrarse con el bonopartismo; y con la misma velocidad abandono sus filas cuando fue desalojado del poder. Es en este desenlace fatal de la huida de Bonaparte de España, que el señor Antonio Zea emprendió viaje hacia el nuevo mundo. Ya para esos momentos que le toco que agarrar las de Villadiego estaba casado con una dama francesa con quien había contraído nupcias en 1803 de holgada posición económica llamada Felipa Meilhon, y había procreado una hija con esta dama
Llega a América y continua su peregrinar; en siguiéndole el curso a la actividad política y olfateando con veteranía el pulso de los acontecimientos, se encuentra por coincidencia en Kingston con el libertador Simón Bolívar logra un cargo en el Tribunal de Secuestros; permitiéndole un acercamiento con tan prominente figura, quien no escatima esfuerzos en la redacción de importantes documentos políticos; entre ella su participación en el discurso al Congreso de Angostura que lo llevo a ser nombrado por el Libertador como Vicepresidente de la Republica. Fue en ese discurso que el Sr. Zea quedo catapultado cuando pronuncio a grito pleno en medio del recinto del Congreso….”LA REPUBLICA DE COLOMBIA QUEDA CONSTITUIDA…VIVA LA REPUBLICA DE COLOMBIA”. Ya era bastante conocida sus habilidades como hábil redactor de documentos de cualquier tipo, cualidad esta que también lo acompañaba con su destreza con el verbo que embaucaba al más encumbrado interlocutor. Zea sumido en aquellas acechanzas logra que Bolívar lo nombrara agente en Washington y Europa en resguardo de los intereses de la nueva republica. Luego de candorosos discursos, alegatos por todos lados logro que se le diera la cantidad de 50.000,00 $; una suma que no se correspondía con las dificultades económicas que atravesaba esta parte del nuevo mundo; pero lo logro a fuerza de insistencia por los invalorables servicios que según él iba a llevar a cabo. Una de sus actividades era tocar las puertas al capital extranjero y lograr empréstitos. Aquello se le presento como en bandeja de plata y es aquí donde comienza hacer contactos y con ella nuevas relaciones donde se le abriría un mundo de oportunidades para sus negocios personales. No llego a poner un pie en EEUU; pero si lo hizo en Londres, donde monto un todo un equipo con su cuñado Jose Meilhon; ya al poco tiempo estaba instalado en esta ciudad; allí ni corto ni perezoso comenzó hacerle la vida imposible a través de intrigas a ese meritorio personaje llamado Luis López Méndez, que en compañía de Andrés Bello y el propio Libertador Simón Bolívar habían llegado en 1810 como miembros de una misión venezolana en la búsqueda de refuerzos y adherentes a la causa libertadora. Luis López Méndez venía desempeñándose con mucho acierto, pasando proverbiales condiciones económicas, desde su histórico nombramiento; quien era más dado al trabajo que a la intriga; no pudo con este sagaz personaje, que si sabía lo que perseguía. Lo primero que hizo fue publicar en un diario que él era el único autorizado; lo que replico en otro periódico López Méndez defendiéndose, no lográndolo ante la astucia del recién llegado. Ya Zea se encuentra con un camino libre de intrusos y obstáculos; después de tocar puertas infructuosamente, buscando dinero fresco para las nacientes naciones logra establecer contacto con la casa prestamista Herring Grahan Powles y a través de una comunicación que tenia firmqada en blanco, del Libertador logra llegarle a ellos y recibe la cantidad de 547.783,00 libras esterlinas, el primero de agosto de 1820, dinero que sería destinado para la lucha emancipadora; pero Zea que era un vivo no escatimo esfuerzos en ponerle mano 66.666,00 libras. Días después y luego de haber descontado tan apreciable suma de dinero y después de haber recibido varias comunicaciones del propio libertador, recordándole las gestiones del empréstito. Fue tanto los presentimientos de tan tardíos envíos que llego a expresar…”El señor Zea se ha llevado cerca de 100.000,00 $, según informes de Roscio y hasta ahora no nos ha mandado más que consejos y pamplinas”.
Luego de haber cumplido a medias esta etapa nos encontramos con un Zea; mas diplomático, tratando de que España reconociera las nuevas republicas; pero jugando a escondidas con el gobierno español con cartas marcadas; en donde le sugería la necesidad de confederar a España con sus antiguos súbditos recién liberados; y hasta los acaricio con la idea de levantar un trono con un príncipe español como soberano y donde el mismo se vería en un trashumante cargo. Pero en medio de estos inesperados sueños el tiempo transcurría y los intereses y de esta manera las presiones de los acreedores no se hacía esperar. En medio de todas aquellas disquisiciones que a veces no le hacia conciliar el sueño a Zea. Bolívar envía a Rafael Revenga a la isla Ibérica a negociar el reconocimiento de su gobierno. Una de las ordenes que tenia Revenga para Zea, era que a través de sus buenos oficios negociara una gran cantidad de barras de plata guardadas en la Casa de la Moneda de Bogotá. Esta propuesta como era de esperar despertó en Zea nuevos apetitos malsanos de ponerse en algún dinero fácil; rápidamente entablo contacto con un químico de apellido Bollmann; quien acepto recibir las barras de empeño y prestarle la cantidad de 66.000,00 libras esterlinas; que fue a caer libre de polvo y paja a los bolsillos de tan habiloso interlocutor. Ya con este dinero decidió viajar a España, pero antes fue a Paris donde adquirió un carruaje, lo último en lujos para la época y con un grupo de guardaespaldas e incondicionales arreglo maletas y emprendió el viaje hacia Madrid; llego allí tan ostentoso visitante, con comitiva y todo; a punta de dadivas, daban demostraciones de desprendimiento y holgura económica. Poco duro aquel derroche sin haber logrado alcanzar algunos de sus planes. Los contactos diplomáticos con la corona se desmoronaron y finalmente tuvo que regresar a Londres, donde los esperaban los prestamistas buscando los intereses de mora.
Cuentan las crónicas de la época que Francisco Antonio Zea, en su afán de procurarle un adinerado consorte con un sonoro apellido a su hija Philipine Zea Meillon; se dedico a su despilfarradora vida, gastando dinero a montón con la finalidad de arrimársele a esa aristocracia londinense; no logrando su objetivo. Cuentan las malas lenguas y existen cartas que lo confirman que tuvo el cache de ofrecérsela al propio Santander en matrimonio. Finalmente se desposo con un General francés Vizconde Alejando Gautier de Rigny que exhibía un titulo nobiliario.
Ya en 1822 y acosado por las deudas y los acreedores que le seguían sus pasos, no escatimo esfuerzos en acercárseles de nuevo y con una pastoral de promesas logro un nuevo empréstito de Harring Grahan y Powles; nada más y nada menos que por 2.000.000,00 de libras; que no tuvo empacho alguno en ponerle mano a tan abultada suma. Todos estas andanzas llegaban al nuevo mundo y ya los comentarios era vox populi. Fue en el Congreso celebrado en Cúcuta que tales corrillos adquirió ribetes políticos, decidiendo allí revocarle todos los poderes plenipotenciarios a este representante en Londres. Para desgracia para uno y conformidad para el otro, el portador de la misiva era Luis López Méndez, el mismo que años atrás había sido desalojado del cargo. Finalmente muere el 22 de noviembre de 1822, producto de unas dolencias estomacales. Bolívar solo atino al decir “Parece que los ingleses están decididos a encontrar legal el robo de los diez millones de pesos de Zea…el señor Zea es la mayor calamidad de Colombia”.
Habiéndonos dado un paseo en la vida de tan particular personaje y posteriormente “homenajeado” por unos meritos que nunca tuvo identificando con su nombre, parroquias, pueblos y calles y quien sabe que otras mas. En el estado Mérida, 28 años luego de su fallecimiento, crearon en este estado la Parroquia Francisco Zea, en 1992 la Asamblea Legislativa lo declara con autonomía denominándolo Municipio Zea. En el estado Bolívar concretamente en la población El Palmar del Municipio Padre Chen una calle es identificada con este personaje; igualmente en el Municipio Heres una Parroquia lleva este nombre. Cuantos otros nombres de igual estirpe que escapan a esta investigación llevaran tan particular nombre. Le llamamos la atención al Prof, José Sant Roz, quien con estilo muy particular nos recrea la imaginación con algunos entretelones de nuestra historia patria, le pusiera una lupa a este personaje; que por cierto lleva el apellido, por partida doble; el del municipio y el de su capital, por allá en el estado Mérida, lugar donde reside tan meritorio profesor.