Más allá de la superioridad numérica que porcentualmente se ubica en más de 20 puntos en todas las encuestadoras serias del país. La opción de Chávez, comienza las elecciones con una ventaja cualitativa, que por su importancia y su impacto político, puede definirse como estratégica.
La campaña opositora fue ideada por los técnicos del marketin electoral, para aprovechar las debilidades del gobierno bolivariano, en primer lugar el desgaste por la permanencia en el poder del actual presidente por más de 13 años, el problema de la seguridad y, los servicios públicos.
Sin embargo consciente de las debilidades, el jefe de la revolución, organizó una táctica de lanzar a discusión de todo el país, un programa de gobierno, con un contenido ideológico que separa las dos opciones electorales.
El plan socialista permite transformar el desgaste natural de trece años en el poder, en una fortaleza de experiencia y capacidad, y mostrar un liderazgo seguro y transparente, que ofrece una propuesta para proteger al país y seguir enrumbándolo por el camino de la seguridad social.
Muestra la lucha del mundo actual, entre la escogencia capitalista, responsable de la crisis en Europa, de la quiebra de Grecia, España, Chipre, y la opción socialista que garantiza inclusión social y bienestar público, ante la voracidad de los empresarios y los banqueros.
En el aspecto propagandístico electoral presentar una propuesta socialista, ante un mundo en crisis que culpa al capitalismo, y estudia desesperadamente fórmulas, para sustituirlo sin sacrificar la tasa de ganancia, es significativo para los electores que pueden guardar temores de que en nuestro país se repita la situación de España o Grecia.
El 56% de los venezolanos posee televisión por cable en sus hogares, solo el 15% tiene internet, 64% hace uso del servicio de telefonía celular. Estos números evidencian que un amplio sector de la población tiene información sobre la crisis capitalista que azota al mundo.
Ese conocimiento que poseen los electores los pondrá a comparar, para seleccionar un candidato, esa comparación va a demostrar que la oposición ha escondido su programa de gobierno, porque contempla las mismas medidas que fueron aplicadas para llevar a la bancarrota a una Europa Prospera.
La discusión del programa de gobierno, en los inicios de la actual contienda electoral, es una jugada política genial, porque obliga a los opositores a pasar a la defensiva, a inventar respuestas económicas, políticas y sociales, a unos electores ávidos de escoger al mejor.