El capitalismo aéreo vuela campante

No soy viajera frecuente. El fin de semana pasado tuve que volar al interior por un asunto de trabajo. La experiencia en aeropuertos fue espeluznante. Aerolíneas irresponsables, retrasos injustificados, naves en terrible estado, atención inexistente y peloteo constante entre autoridades y representantes de las aerolíneas.

Sé que estamos en campaña, y mi crítica seguramente caerá mal a quienes sostienen que en campaña sólo debemos hablar de lo bonito. Yo puedo hablar de lo bonito, porque existe y lo veo con mis ojos diariamente: el preolímpico de básquet que nos dejó un hermoso Poliedro, la aprobación de una ley de los trabajadores, más de 100 mil canaimitas entregadas a niños en edad escolar, la disminución de la brecha de desigualdad y el desarrollo de la Misión Vivienda, sólo por nombrar algunas recientes. Pero revolución es también la autocrítica.

Planificar un viaje, tener un familiar pendiente para buscar al aeropuerto o requerir del servicio aéreo para ir a un lugar de manera expedita, es entregarse a los designios de quienes dirigen aerolíneas y aeropuertos del país; es lanzarse al vacío, no se sabe por cuánto tiempo ni bajo cuales condiciones. La experiencia es cada vez menos grata. Las anécdotas son innumerables. No existe una persona que no haya escuchado de alguien cercano o vivido en carne propia un mal rato con alguna aerolínea que opere en el país. Ninguna se salva.

Sabemos que como en cualquier otro negocio, los dueños de aerolíneas siguen la lógica capitalista de invertir lo mínimo para sacar lo máximo de dinero. Es por eso que nunca vemos acciones compensatorias a los pasajeros por demoras de vuelo, ni inversión en mejorar aviones. Pagan mal a sus empleados o los explotan al máximo y no trabajan con listas de espera para así poder cobrar más por un pasaje de último momento. Ellos son así. No les importa la gente.

Lo verdaderamente preocupante es ver personeros del INAC, funcionarios de aeropuertos y hasta miembros de la GN, justificando o tapareando los actos más irresponsables de las aerolíneas hacia los usuarios. Yo lo vi el fin de semana con mis propios ojos. Pero mi anécdota personal no viene al caso, lo que importa es la impunidad con la que siguen operando en nuestro país. Hacen lo que hacen porque nadie las multa, no existen sanciones al capitalismo aéreo de nuestro país. Siendo una industria que mueve tanto dinero ¿No deberíamos empezar a preocuparnos, pero en serio?--

@andreahermoso


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Andrea Hermoso


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