Yukpas entre dos fuegos

VIVIR O NO VIVIR EN LA FRONTERA

Desde que tengo uso de razón (y son una pila de años) la frontera venezolana con Colombia es un hervidero de violencia. Allí llegan claramente los ramalazos de una guerra cruenta, sostenida denodadamente por los que se lucran con cada bala que se dispara. Es como tener unos malandros atracando permanentemente al vecino de al lado, y sin poder ayudar.

Nuestros hermanos yukpas, después de haber sido históricamente de su territorio originario por todo tipo de colonizadores, tuvieron que montarse en las montañas para sobrevivir y apenas ahora, con este gobierno tan insultado, tienen la oportunidad y la esperanza de ir recuperando su territorio y sus derechos sobre las extraordinariamente fértiles tierras del pie de monte de la sierra de Perijá.

Pero eso no es todo lo malo. El imperio quiere traspasar abiertamente esa frontera y la atraviesa de manera clandestina permanentemente, con diferentes máscaras. Pero los imperialistas no quieren mandar a sus muchachos personalmente (no los quieren de regreso en bolsas negras) sino utilizar a sus víctimas como carne de cañón, y ahí es donde estos hermanos indígenas quedan contra la pared.

LAS VIEJAS INTRIGAS DE LA “INTELIGENCIA” YANQUI

Es el mismo libreto que utilizaron en Nicaragua, cuando lograron poner a los Mishkitos contra la revolución sandinista; el que están usando en Bolivia al dividir al movimiento indígena por una carretera; en Ecuador... En fin, una vieja intriga que les ha funcionado anteriormente y están reeditando para utilizar a los indígenas como carne de cañón y excusa para mantener y aumentar la violencia en la frontera oeste de nuestro país. Para nada importan al imperio la vida y la muerte, total para ellos, los únicos que son “gente” son los blancos caucásicos de origen anglosajón. Es imposible, para quien no sea experto en inteligencia militar (y yo no lo soy ni de lejos) comprender el modo exacto cómo lo están haciendo, quiénes son los infiltrados y quiénes las próximas víctimas; pero estoy segura que el SEBIN, en firmes manos revolucionarias, ha de estar trabajando en eso, igual que la inteligencia de nuestras fuerzas armadas, con histórico currículum de vencedoras de imperios. Pero de una cosa todos podemos estar seguros: DETRÁS DE LA MASACRE DE INDÍGENAS EN LA FRONTERA ESTÁ EL IMPERIALISMO YANQUI. Y después su cuerda de vendidos (a quienes no les importa que los crean animales sino que les paguen) se encarga de armar el escándalo, traficando con el dolor de las familias de las víctimas.

LOS YUKPAS SON UNA PIEZA DEL ROMPECABEZAS

Estos hermanos, que han de dolerle al mismísimo corazón de la patria porque están en los orígenes de nuestra carne y nuestra piel, constituyen una pieza importantísima para el imperialismo, por ser pobladores fronterizos. Zulia y Táchira son espacios en constante ataque por los empleados de los yanquis, los paracos uribistas; porque como ya sabemos, cierto candidato que no tiene carácter ni siquiera para salir del clóset, ha ofrecido a Uribe que, prácticamente, gobierne a Venezuela después de cumplir los aviesos planes que tienen para octubre.

DE SABINO ROMERO A JULIÁN CONRADO

Sabino Romero, valiente líder yukpa ya conocido, se ha convertido, junto con su familia, en el centro de las presiones de los provocadores proimperialistas y seguramente algunos de ellos están disfrazados de indios y enquistados desde hace tiempo haciendo su labor de zapa, ayudando a los que están con las armas listas para disparar contra los pueblos originarios, para echarle la culpa al gobierno. A ese hermano y su familia les ha tocado ser víctimas del espionaje norteño, que busca convertirlos en punta de lanza desde donde atacar precisamente al “rrrégimen” que más esperanzas y oportunidades ha desplegado para los pueblos originarios. Es bueno que la inteligencia revolucionaria tome en cuenta que las contradicciones entre los yukpas y el gobierno son contradicciones en el seno del pueblo y se resuelven por vía de conversaciones y acciones solidarias, aunque las contradicciones entre el gobierno y los sapos infiltrados son entre nosotros y el enemigo y esos bichitos deben ser desenmascarados y puestos a la luz pública para impedir que sigan haciendo daño.

Igual destino le ha tocado al cantante revolucionario Julián Conrado. Si le dan la libertad es posible que dure poco; seguramente sus enemigos tienen ya bien planificado su asesinato, porque unos acordes de guitarra y unos versos con sentimiento tienen más potencia que las balas. Y si no se le da la libertad, es una “prueba viviente” de lo maluco que es este gobierno, y con ese argumento se pretende mediatizar a sectores revolucionarios y solidarios que queremos que ese camarada reciba asilo político y protección de nuestro gobierno. La solidaridad con ese camarada revolucionario es obligatoria, a conciencia, pero no debemos pisar las conchas de mango.

UNA INTRIGA CONTINENTAL

La intriga que involucra a los indígenas de nuestra frontera zuliana Tachirense, no es aislada, sino parte del ajedrez continental que está jugando el imperialismo contra el proceso revolucionario en lo que fue hasta hace poco su patio trasero. La red explosiva se teje desde México, donde imponen cada cierto tiempo un gobierno dirigido por el narcotráfico, hasta Chile, donde tienen también un régimen de derecha y asesinan impunemente a los heroicos hermanos mapuches. Hoy más que nunca, somos un solo pueblo del Sur y en la medida que los gobiernos revolucionarios y progresistas obtengan éxitos, iremos avanzando en la lucha por la independencia continental. La caída de los gobiernos de Honduras y Paraguay (y es posible que vayan por el de Uruguay) forman parte de la estrategia yanqui que ataca por los flancos más débiles, pero no olvidan que su objetivo somos nosotros: Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Cuba, y todos nuestros amigos son hostigados porque el imperialismo está clarísimo de que la lucha es de clases, y no tiene fronteras.

¿Y LOS PUEBLOS ÁRABES, QUÉ?

Es el mismo libreto. Tener inmensas riquezas es un acicate para los ladrones, y si éstos tienen gran poderío militar el resultado son países saqueados, pueblos asesinados, planeta herido. La lista es larga, aunque más recientemente se recuerda Irak, Afganistán, Pakistán, Libia; y en pleno combate por la supervivencia, Siria e Irán además de otros países menos sonados pero igualmente agredidos. Nuestro mejor aporte a esos pueblos revolucionarios es derrotarlos aquí, mantener la revolución venezolana y mantener nuestras manos sobre nuestras riquezas, jamás dejar que nos las roben, impedir una guerra de cualquier clase, pero si por desgracia se da, hay que ganarla.

PUEBLO VENEZOLANO, SIEMPRE EN “CIRCUNSTANCIAS”

Desde que Chávez fue candidato a Presidente se comenzaron a mover las fuerzas militares visibles e invisibles del imperio, tomando posiciones y fortaleciendo las que ya tenían. Perdieron la base que tenían en Ecuador, pero han creado otras y hoy por hoy los militares yanquis tienen más bases y derechos en Colombia que los militares colombianos, conservan las bases de Paraguay y otros países. Ese ataque sin descanso, pertinaz, maligno, no ha dejado en paz al pueblo venezolano ni siquiera un instante. No hay organización política revolucionaria y progresista que no sea hostigada, no hay organismo del poder popular ni misión que no sea saboteada, no hay medio privado que no sea utilizado en exceso, no hay diplomático tembleque que no sea comprado. Se han invertido muchos millones de dólares en comprar políticos, tentar militares, engañar a gente sencilla. A nuestros malandros tradicionales se han unido paracos “desmovilizados” traídos directamente de Colombia con cédulas “venezolanas” para ponernos contra la pared, ofreciendo que para que eso termine, debe caer Chávez. Es una reedición de lo que les funcionó en Nicaragua, cuando corrieron la bola de que si los sandinistas ganaban las elecciones, los marines invadirían el país. Obviamente, la mayoría votó contra la invasión yanqui y Nicaragua tuvo un retroceso histórico. Lo mismo intentan con nosotros. Pero ya tenemos la experiencia de que en esos casos es peor el “remedio” que la enfermedad.

¿Y NOSOTROS, QUÉ DEBEMOS HACER?

Primero que nada, debemos tener los ojos más abiertos que vendedor de prendas. El oro, el petróleo, el coltán (que es el mineral que hace hablar los celulares), el uranio, el agua, los bosques (y todas las riquezas que ya sabemos) la posición geográfica y el liderazgo político que tenemos, nos ponen en la mira de los enemigos históricos de todos los pueblos del mundo, tipos poderosos y capaces de todo.

Chávez ha resucitado nuestra autoestima, ha puesto armas en manos del pueblo organizado en milicia (Eso no lo tenían ni Allende, ni Zelaya, ni el cura ni ninguno de los que han sido tumbados o asesinados). Hoy día nuestras fuerzas armadas se están volviendo peligrosas para los enemigos de la patria y la inventiva venezolana, reforzada con los acuerdos de intercambio tecnológico con los países amigos, está surgiendo lenta pero imbatiblemente, para convertirnos en una potencia capaz de desarrollarse y defenderse, junto con todos nuestros amigos de todo el mundo. No es tontería que el imperio aún no nos haya convertido en un Afganistán, y no es porque no quieran.

Debemos estar preparados, también psicológicamente, para repetir la hazaña histórica que los pueblos de este continente lograron hace un par de siglos: Echarnos al pico a un imperio, que después que sea vencida por nosotros, ya jamás volverá a levantar la cabeza.

Así sea.

andrea.coa@gmail.com



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Andrea Coa


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