La duda está sembrada: ¿Cómo sabremos la verdad? Según el New York Times gracias a un reportaje desde La Macanilla, Estado Apure, “remota región de los llanos occidentales de Venezuela, que la guerrilla colombiana ha convertido en uno de los ejes del movimiento de cocaína hacia los Estados Unidos” (la presencia de una narcoguerrilla es un hecho que no merece investigación para el NYT); un reportaje que “muestra que los anuncios triunfantes del gobierno son muy exagerados”…
Claro, si la narcoguerrilla controla los llanos, no se entiende qué hace el gobierno venezolano volando pistas, destruyendo laboratorios y capturando aviones. Además, en La Macanilla “no había señales de que los militares hayan agujereado la pista ni de que hayan tomado medidas para que la usen de nuevo”. ¿Quién dice esto ¿María Eugenia Díaz o la fotógrafa tejana Meridith Kohut que firma las fotos y que ha publicado 3 fotorreportajes sobre el horror de las prisiones venezolanas y 2 sobre el negocio del blindaje de vehículos particulares en Caracas? ¿María Eugenia Díaz estuvo en La Macanilla?
El artículo nota que Washington ha estado trabajando “con gobiernos amistosos como Colombia, México, Honduras, Guatemala y otros países latinoamericanos, y gastando billones para detener el tráfico de drogas hacia el norte pero debido al antagonismo de Chávez ni los agentes antidrogas ni la ayuda que viene con ellos” llega a Venezuela (ya lo saben: si salen de Chávez el Cartel de la DEA tiene una montaña de dólares para Uds.)
LIPPA
“Nos han quitado el espacio aéreo” declara Luis Lippa, el exgobernador de Apure juzgado e inhabilitado durante 2 años por corrupto, “nuestro territorio nacional se ha reducido”.
Continua el NYT (y María Eugenia Díaz) contándonos que según los radares de una fuerza de tarea gringa, los vuelos se originan en Apure, suben hacia el Caribe y luego giran a la izquierda hacía Centroamérica. Y la pregunta que nos viene es: si los siguen ¿por qué no los interceptan cuando vuelan sobre esos países tan amistosos que trabajan con la DEA? A esta altura ya casi no vale la pena señalar que según Naciones Unidas la mayor parte del narcotráfico utiliza la ruta del pacífico.
CARRIZALES
En Mayo, recuerda el NYT, Ramón Carrizales gobernador de Apure anunció la voladura de 36 pistas clandestinas y declaró: “Todo el tiempo le estamos pegando duro al narcotráfico”. Pero de nada le vale pues, para Washington (y el NYT no faltaba más) los esfuerzos venezolanos están invalidados por “la corrupción” y –volvemos al principio- por “los lazos entre el gobierno y las FARC que controlan gran parte del narcotráfico de la región”…y aprovechan para citar a los generales venezolanos (el Alto Mando ni más ni menos) a quienes el Departamento del Tesoro gringo acusa de narcotraficantes. Todo esto en la mejor tradición del New York Times y la gran mayoría de la prensa estadounidense de apoyar las mentiras con las cuales su gobierno (como en Irak con las falsas “armas de destrucción masiva” y la inexistente “complicidad” de Sadam Hussein con Al Qaeda) prepara sus guerras injustas e inmorales contra los países productores de petróleo.
Para que no falte comparación en la difamación, el New York Time nos dice que “Más o menos al mismo tiempo, Colombia, con asistencia de Estados Unidos, comienza a aprestar el control de su espacio aéreo”. Si, piensa uno, al punto que las guerrillas les derriban aeronaves militares…
Conclusión, haga lo que haga contra el narcotráfico, el gobierno bolivariano nunca podrá complacer al New York Times, ni María Eugenia Díaz ni a su colega Jenny Carolina González de Bogotá, simplemente porque el problema de la cocaína no es la producción ni el consumo de la misma, sino el control político de la región y el monopolio en el transporte y distribución, negocio que ha dejado de ser exclusivamente latino.