El
arte de mandar está asociado a la autoridad. Autoridad o democracia,
autoridad democrática o democracia autoritaria. Vaya usted a saber cuál
es el caso. Si uno se remonta al padre de las normas de organización
revolucionarias, Lenin, hay que recordar el llamado Centralismo
Democrático de los partidos comunistas que siempre fue más centralista
que democrático tanto en condiciones de clandestinidad como de
legalidad. En el caso de los partidos de la derecha hay la llamada
democracia burguesa en la cual no creen ni ellos mismos.
En nuestra historia, Simón Bolívar siempre se
desempeñó exitosamente en el arte de mandar, pero cuando
democráticamente fue tolerante con sus enemigos, después de la
Independencia, terminó acorralado por algunos traidores excompañeros de
armas, y al intentar recomponer la patria, volviendo de nuevo a la guerra, ya era muy tarde para su vida.
El que no manda lo mandan y una revolución de cualquier signo conocida requiere, necesita y depende de una dirección, de un comando y
de un jefe supremo que ejecute la táctica y estrategia del cambio
histórico. Chávez es el líder, sin discusión, del proceso revolucionario
venezolano. Nada de extraño tiene entonces que proceda como lo hizo en Carabobo.
Hay
formas de organización superiores de las masas para ejercer el poder
pero las mismas pertenecen al campo de la investigación teórica, de la
utopía posible o de coyunturas revolucionarias particulares que no
existen en Venezuela. Aquí lo que hay es Chávez para rato y
el chavismo comprende, acata y sigue sin complicaciones el mandato
revolucionario, político militar de Chávez.
No es el momento de filosofar sino de obedecer porque la burguesía acecha, sin embargo nunca está demás reflexionar como suelen hacer los librepensadores y nada mejor que traer a colación el sentimiento de un genio: “el recelo a cualquier tipo de autoridad” que tenía Albert Einstein y al cual hizo referencia en sus notas autobiográficas cuando cuestionaba, en otro contexto, las imposiciones religiosas del Estado.
El autor es: Profesor universitario