Todos los fuegos
Desde el incendio de Lagunillas por los años 30, novelizado en Mene, hasta la tragedia de Tacoa y sus 180 muertos, con gerentes gringos o meritócratas criollos, hay una historia de pozos y tanques en llamas que no caben en el relato “Todos los fuegos el fuego”, de Julio Cortázar. Entonces, las transnacionales ni la oligarquía electricista se hacían responsables. He aquí la diferencia, con el presidente Chávez en el lugar de la tragedia, entre el dolor y el fuego, batallando.
Puente veraz
La culminación del puente provisional de Cúpira no tuvo la cobertura de la caída del puente. Las cosas buenas no son buenas noticias. Mucho menos para unos medios que hacen oposición con la tragedia. También fue minimizada la presencia del presidente Chávez en Cumanacoa y Amuay. Los medios censuran al jefe del Estado y le escamotean información al pueblo. Luego, cuando Chávez hace cadenas para cumplir con el mandato constitucional de informar, sus censores vociferan: ¡ventajismo!
Culpa y estaca
Cualquier accidente en la industria petrolera es achacado a los (auto) despidos de PDVSA en 2002. Recordemos: los meritócratas fueron restituidos en sus puestos después del golpe del 11-A. Correspondieron preparando el paro-sabotaje de diciembre-febrero 2003. En dos oportunidades, Alí Rodríguez les pidió que retornaran a su trabajo. Se negaron. El TSJ ordenó la reanudación de faena. Desconocieron al alto tribunal. No cederían hasta que “Chávez se vaya”. Y Chávez no se fue.
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