El Presidente saliente entrará de nuevo, en un santiamén, en lo que tardarían Caperucita Roja y Mauro D´Catia en quitar y ponerle la banda de un lado a otro.
Para entrar a algo tú tienes que estar afuera, tú no puedes entrar a nada estando adentro y, en caso de estar adentro para entrar tienes que salir aunque sea durante un santiamén.
Hay que saber distinguir los razonamientos válidos de los que no lo son. Hielo y agua son en esencia la misma cosa, lo que cambia es la forma. La lógica descarta el tratamiento de implícitos y sobreentendidos, de estos se ocupa una ciencia denominada guabineo.
A Chávez, por ejemplo, se le entiende su discurso porque es lógico, él dice las vainas sin guabinear, por lo que el pueblo no tiene que hacer un rodeo para entenderlo; en cambio, “Capricho” todo lo dice guabineando, sin lógica, por lo que en vez de aclarar confunde a sus adláteres.
Chávez suele exponer un pensamiento crítico, lo que demanda un conjunto de exigencias intelectuales de primera línea, todo lo cual conduce a exhibir una cabeza ordenada; en cambio, el guabinoso dice cada necedad que da pena ajena.
Por ejemplo, el necio ahora se la pasa hablando de Chávez como del presidente saliente.
¡Vaya qué aporía!
¿Y, como va Chávez a asumir la presidencia para el próximo período si no sale del cargo aunque sea formalmente un instante, lo que por ejemplo tardaría Caperucita Roja en sacarle la banda Presidencial para que acto seguido Mauro D´Catia se la acomode en el otro hombro?
¡Claro que Chávez será Presidente saliente pero, además, entrante!
Lo que cambiará será la forma de ponerse la banda presidencial
¡Capriles podría ser Presidente, sí, pero de Pelotillehue, y eso, si Condorito rehusa postularse!.
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