Mis pulmones y mis rodillas no están en sus mejores tiempos pero todavía remo y bien, para la circunstancia.
Y, aunque por lo general soy escéptico al respecto de la meteorología -qué sí nublado y qué si garúa y qué si etc- olí el viento de agua, así que dispuse el trinquete y las velas y eche manos de mi chaqueta impermeable, por sí las moscas.
La vorágine hace templar la voluntad del grumete y mucho más cuando el capitán es plenamente confiable, así que, pa´lante y más ná.
Se trata del Huracán Bolivar que viene a barrer la escoria de la IV República, estaremos en batalla férrea hasta el día “D” (espués del 7 de Ocubre), es decir, hasta el 8 porque hasta ahí le va a acompañar el aguaje al manganzón Capriles.
Y, no es que la conspiración contra el pueblo no siga sino que vendrán otros actores y otras estrategias y otros escenarios pero retrucaremos con otras victorias hasta dejar patulecos a esos carajos.
Cuando Chávez diga: “Sopla tempestad que tengo bolas para maniobrarte” ya Capriles andará cagado.
¡Fo!
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