“El peor enemigo de la oposición”
Este vago parásito de la 4ta- R es bien descarado. Un día tendrá que saber que sus palabras indecentes as tendrán eco dentro del pueblo que es el mismo soldado, el mismo militar que lo escucha despotricar por frustración, por envidia, por deseos ocultos y lo llevará inequívocamente al cadalso de la historia.
Con esa voz de guacharaca mañanera y rodeado por algunos oligarcas sin alma, se suelta como una quebrada de cloaca cochinera, lucubrando toda la putrefacción que su poca materia gris es capaz de producir. Es el mismo indeseable adeco de aquellos días del punto fijismo rodeado de sangre, muerte, torturas y humillación que desde afuera de los calabozos de la Digepol y luego de la Disip veía como su amigo el criminal terrorista Posada Carriles torturaba a los jóvenes venezolanos que osaban levantar su voz en busca de libertad y sueños.
Este pobre diablo de la política, parásito de la 4ta jamás podría compararse con el Ministro de la Defensa ni con ninguno de los militares que hoy son amigos y hermanos del pueblo a los cuales vemos, no descansando en un curul de equis congreso, sino trabajando por su patria, respira por la herida; su infeliz partido adeco productor de crímenes, persecuciones y robo es ceniza, es cero.
Eso lo molesta; ya no podrá soñar con pasar el tiempo en ningún lugar parasitando al Estado como lo hizo desde que entró a Acción Democrática en 1959: nunca trabajó, nunca se paró temprano, nunca tuvo una disciplina como la tienen los soldados y los más altos militares de la patria bolivariana. Es un pobre gozón, digno de una novela donde sea protagonista de la idiotez, donde sea actor principal de lo que nunca ha de ser un HOMBRE CON DIGNIDAD, porque si la tuviera no abriera esa boca infernal para ofender a nadie. Un gañán, un chulo, un gigoló durmiendo en una butaca de Congreso Nacional, esperando el día de cobro para despertarse. Eso fue en la 4ta. No se le conoce algo en pro de Venezuela. La esquilmó, le asaltó el dinero de los justos para hacerse rico e infeliz payaso de circo sin leones, ni tigres, con flaquitos ojos de sapos que gustan de saltar sobre las “estacas”, porque pa´lante es que brinca el sapo.
¿A quién preferiría el pueblo entre él y cualquier militar de la República Bolivariana ? No vale la pena escribirlo, el pueblo ha aprendido a separar la asepsia de la mierda. Lo justo de lo injusto. El adeco Henry Ramos Allup es el nuevo flautista de Hamelin, sólo que arrastra a sus ratas sin flauta: las arrastra con el sonido que produce su voz de perico acatarrado. El “perico” preferido de Leopoldo López en sus inevitables ociosidades cárnicas.
Trata de ofender a lo que no se puede ofender, esta escoria, este vómito de intestino, esta basura de desechos etílicos. Da vergüenza que a 13 años de haberlo desencajado de las ARCAS DEL ESTADO aún esta lacra podrida siga envenenando los espacios de información, buscando lo que nunca ha tenido ni tendrá: el amor de nadie, ni siquiera de su perro. Da asco verlo y oírlo: pido a los medios informativos de la revolución no incluirlo jamás en sus espacios: el pueblo no quiere observar a esta cotorra sin dientes, oloroso a gusano de ataúd, moviéndose en su ultratumba, emitiendo aglomeraciones fecales de su microcerebro por los medios visuales.
hdiderot@gnailcom