La historia de la humanidad es la historia del lenguaje hablado. Los momentos cruciales de nuestro mundo se construyen sobre discursos, que muchas veces expresan esa otra sensibilidad que como una tormenta de vientos alisos, anida en el alma de los hombres. Los buenos tribunos además de mostrar una preparación intelectual elevada, son aquellos que en sus arengas expresan esa otra sensibilidad que se trasmite en convencimiento, especie de llama sagrada que termina inflamando el alma de los oyentes.
Fidel Castro, y Hugo Chávez, son la referencia más cercana al hombre subversivo, aquel que es capaz de combinar los dote de buen orador, con la magia del agitador. Característica especial que distinguió siempre la personalidad de nuestro Alí Primera, excelso agitador, especie de ángel perturbador de los convencionalismos de la oligarquía venezolana.
En nuestra política no abundan los agitadores, pero en tiempos de revolución, es importantísimo contar con su capacidad y elocuencia, para motivar e inflamar de sentimiento patrio las acciones de los hombres y mujeres que en la calle con su lucha diaria, construyen los espacios de resistencia.
Aristóbulo Istúriz, es uno de los últimos políticos agitadores que quedan en el panorama electoral venezolano. Combina muy bien sus dotes de profesor con su verbo de agitador. Sus arengas motivan a la lucha y al combate. Sus discursos expresan la sensibilidad de un hombre preocupado por los humildes, con disposición para ayudar a la gente de las barriadas.
Ese don de gente, de hombre de pueblo es una de las virtudes que distinguen “Al negro”, como cariñosamente le dicen en nuestro pueblo. En mis tiempos de dirigente universitario, cuando se libraban aquellos combates duros por el pasaje estudiantil, “El negro Aristóbulo”, era el único diputado que escuchaba a los estudiantes, nos acompañaba a las reuniones y nos protegía con su presencia de la brutal represión policiaca.
Si algo caracteriza al candidato de Chávez en Anzoátegui, es su capacidad para atender con generosidad, a los hombres y mujeres de nuestro pueblo que acuden a solicitarlo, siempre ha sido un diputado popular, miles de trabajadores públicos venezolanos, pueden testimoniar la prontitud con la cual Aristóbulo los ha atendido, involucrándose directamente en sus luchas, porque esa es la forma de ser de éste agitador y subversivo, buena gente que después del 16 de diciembre le tocara dirigir con humildad y mucha sabiduría el destino de los Anzoatiguiences.
Es innegable que la presencia de Aristóbulo en una Gobernación, garantiza un trato humano y respetuoso a todos los trabajadores públicos, su diligencia y responsabilidad van a ponerse al servicio de garantizar el cobro oportuno de deudas y demás reclamos laborales de los empleados, su experiencia política va a servir mucho, para ayudar a la paz laboral de nuestro estado.
Su capacidad para relacionarse y entender el mundo sindical por haber sido un dirigente gremial durante muchos años, es un indicador muy positivo, y que sin duda va ayudar mucho a todos aquellos gremios que con justeza reclaman reivindicaciones laborales, y deben estar conscientes de la gran ayuda que significa tenerlo como gobernador, porque como dice una pinta hecha en la ponderosa “El Profe es otro Beta”.
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