En la patria de Bolívar, un modelo político integral que construye la Revolución Bolivariana, ha permitido que Venezuela estime el derecho a la Vida y el respeto a la ciudadanía. Los aspectos medioambientales, afloran la magia de la praxis Ecosocialista, que nos hechizó en el gran brebaje del cambio. En oposición, la gente se niega a ingerir la sagrada hierba, que despierta la pasión en todo lo “verde” que nos rodea. Gran parte de la colectividad, eleva el interés personalista por encima del deber comunal. Le presentamos, un vuelo en alto contraste y sin escala, por gran parte del territorio nacional, para reconocer el discernir que sus habitantes pactaron en el año 2012.
En el estado Aragua, se realizó la tradicional “Feria de San José”, en la que se acostumbran a celebrar novilladas y Corridas de Toros, como parte de la festividad religiosa autóctona. Todos sabemos que la barbarie taurina es una perversión irracional que destruye la salud mental de la gente. Sin embargo, NUNCA hemos visto a la “masa social aragüeña”, rechazar esa clase de crueldad animal en pro de alentar un civismo para todos. Por el contrario, cuando se trata de agrandar la lechuga “verde”, vemos como los trabajadores y obreros del sector Educación, protestaron frente a la Gobernación en el mes de Julio, para reclamar el pago de fidecomisos, vacaciones y adeudos que requieren para vivir. Allí SIEMPRE hay una notable motivación para salir a la calle y hacer respetar sus derechos.
El estado Barinas, fue una de las poblaciones que mayor destrucción ecológica generó en nuestro país. La tala indiscriminada y el aprovechamiento de árboles en veda dentro de un fundo en la zona de “El Barraquito”. La degradación de suelos, topografía y la creación de una laguna artificial en una finca ubicada en el sector “La Herrera”, o la deforestación de 4 km en la construcción de una vía de acceso en la reserva forestal “Caparo”. Todos sabemos que los ecocidios malogran de forma irreparable el equilibrio natural de la biodiversidad existente. No obstante, NUNCA hemos visto al “colectivo barinense unido” para repudiar a vox populi toda esa inicua perversión. Por el contrario, cuando se trata de aumentar el “lucro”, vemos como 186 trabajadores de una Unidad Productiva Agroindustrial, estuvieron protestando por más de 60 días para exigir reivindicaciones laborales y tener la autonomía de administrar el lugar. Allí SIEMPRE hay una palpable motivación para salir a la calle y que se haga cumplir el deber constitucional.
En el estado Carabobo, se retuvieron 2 caimanes (uno del Orinoco y el otro de la Costa), que estaban ilícitamente en cautiverio dentro de una vivienda del municipio “San Diego”, en la entidad valenciana. El tráfico ilegal de especies de fauna, es un delito latente a escala global, que atenta contra la paz de la Naturaleza. Pese a ello, NUNCA hemos visto al “pueblo”, realizar acciones de calle mancomunadas para protestar por la extinción del “Corroncho” (bagre loricárido) o la perenne contaminación del “Lago de Valencia”, por los residuos domésticos e industriales que se vierten. Por el contrario, cuando se trata de alegrarle el día al “dinero”, vemos como el Magisterio carabobeño, que conforman más de 8.000 docentes estadales, iniciaron en el mes de Noviembre, una huelga indefinida para obligar al pago de aguinaldos, pensiones y pasivos laborales. Allí SIEMPRE hay una consecuente motivación para salir a la calle y refrendar sus necesidades.
En Distrito Capital, ha de lidiarse con la ancestral contaminación sónica producida por el infernal ruido del tráfico capitalino, el “smoke” de los vehículos de transporte público y la construcción de pseudo-viviendas en zonas naturales de alto riesgo. En la cuna de la Revolución Ecosocialista Venezolana, ya deberían haberse proliferado los contenedores de basura ecológicos, que dependiendo al color del recipiente, se desechan los residuos sólidos, como: el papel, cartón, vidrio, plástico, metales, etc. Es insólito que se siga permitiendo la entrada al país de “Circos”, que maltratan a los animales y no guardan relación con el humanismo y respeto a las especies de fauna que plantea el modelo político actual.
Por desgracia, NUNCA hemos visto una verdadera acción de calle masificada del pueblo caraqueño, para exigir una política ambiental integral coherente con los retos del Milenio. Sólo unas cuantas personas con sentido común intentan que la gente adquiera el mensaje ecológico. Por el contrario, cuando se trata de amplificar la “ganancia”, los trabajadores del Inces, los obreros de la Misión Vivienda y los empleados del sector tributario, protestaron en el Distribuidor Metropolitano, para que el Estado les pague hasta la última monedita oculta en los bolsillos del ecocidio. Allí SIEMPRE hay una promisoria actitud de rebelión para salir a la calle y obligar a que le otorguen más dividendos.
En el estado Falcón, más de 50 especies vegetales autóctonas en la Isla de Paraguaná, fueron declaradas en peligro de extinción en el mes de septiembre. El cerezo, la flor blanca, el caujaro y el sicaragua, están al margen de desaparecer de la tierra falconiana. A su vez, el musgo y los helechos, que se encuentran en el cerro Santa Ana, también se hallan al borde de la extinción. Gran parte de la fauna silvestre de esa región, sobrevive de las semillas, hojas y frutos de los mencionados árboles. Además, que los emplean como refugio de vida, por lo que la tala de esas especies, les obliga a migrar a zonas peligrosas por la mano del Hombre.
Tristemente, NUNCA hemos visto a la “gente” falconiana, sufrir por esa clase de ecocidios, ya sea cambiando su interacción con el Medio o aleccionando a sus hijos. Muy lamentable, pues Falcón es un estado de grandes riquezas naturales. Por el contrario, cuando se trata de proteger “lo material”, los jubilados de la Universidad Francisco de Miranda (Unefm), protestaron en el mes de agosto frente a la Defensoría del Pueblo, por la desmejora salarial de la que fueron víctimas más de 235 empleados. Allí SIEMPRE hay una predisposición de salir a la calle y exigir el respeto de sus intereses económicos.
En el estado Guárico, se talaban desde el año 2011 una gran cantidad de árboles de la especie de “Araguaney” (acapro), dentro de una zona de reserva forestal, ubicada en un hato del municipio “Chaguaramas”. Vale aclarar, que el “Araguaney”, es una planta de la familia de las Bignoneáceas y es un ícono de la Cultura ecológica venezolana. Lo absurdo, es que NUNCA hemos visto a los amigos guariqueños, reclamar con bríos esos ecocidios que van en contra del folclore patrio. Por el contrario, cuando se trata de satisfacer al interés “monetario”, más de 25 trabajadores de empresas mineras solicitaron al Ministerio del Trabajo en el mes de febrero, que intercediera ante las contratistas para solucionar el problema de los pasivos laborales. Allí SIEMPRE hay una motivación especial para salir a las calles y obligar a que los demás cumplan todo lo que ellos no cumplen.
En el estado Sucre, se deforestó gran parte de la zona protegida del río “La Mariposa” en la población de Yaguaraparo, en el municipio Cajigal de la entidad oriental. Mientras que en el sector “San Pedro”, fueron talados más de 8 árboles de Cedro a punta de una infernal motosierra que provocó el llanto de la “Pachamama”. De forma deplorable, NUNCA hemos visto a los “paisanos” sucrenses, dejar atrás la impunidad y llevar las denuncias ecológicas a los entes judiciales que coexisten en su región. Por el contrario, cuando se trata de complacer los caprichos de la lechuga “verde”, los trabajadores del Consejo Legislativo y funcionarios de la Policía Regional, iniciaron protestas de calle en el mes de agosto, reclamando el pago completo por concepto de vacaciones y las deudas laborales que les aquejan a diario. Allí SIEMPRE hay una gran motivación para salir a las calles y pedir más inicuos ingresos.
En el estado Vargas, se rescataron un total de 22 aves silvestres en el Aeropuerto “Simón Bolívar”, presas del tráfico ilegal de fauna que en el mes de Octubre se hizo sentir en suelo venezolano. Los turpiales, los colibríes y los periquitos, eran parte del perverso negocio del contrabando. A su vez, en las Costas de la localidad de “Caraballeda”, dentro del litoral Central, se depositan a cielo abierto: basura, escombros industriales y restos de tierra. Aunque surfistas y vecinos del área residencial, denunciaron tales atropellos medioambientales en el mes de agosto, NUNCA hemos visto a la gente varguense unida en una sola voz, para denunciar esos ecocidios, sobre todo, en una población que depende económicamente del turismo ofrecido en sus playas, posadas y recursos naturales.
En el estado Zulia, la contaminación del “Lago de Maracaibo”, las Corridas de Toros, el abuso del consumo eléctrico, la toxicidad que se respira en las Unidades de Transporte Público, los “Circos” que hacen “su agosto” anualmente y la agresiva deforestación en zonas urbanas, son una serie de problemas latentes. Definitivamente “NUNCA”, hemos visto al pueblo zuliano reclamar con braveza todos los ecocidios que afloran a diario en su tradicional geografía. La gente que habita en la Tierra del “Sol” amada, se niega a replantear sus inicuos modos de vida. No apoyan el uso de fuentes de energías renovables. No incentivan labores de reciclaje integral. No aceptan que viven un proceso de transculturización, que destruyó a los llamados “Íconos de la Zulianidad”. Por el contrario, cuando se trata del “dinerito”, los choferes, los pensionados, las amas de casa, los contratistas y los trabajadores exigen que les depositen los bonos vacacionales, las prestaciones sociales y el pago por despidos injustificados. Allí SIEMPRE hay una gran motivación para salir a la calle y pedir que las promesas no se las lleve el mar rojo.
Más de la inicua pesadilla
También existieron otra clase de ecocidios que demostraron la irracionalidad que aflora en la mente de muchos venezolanos, al momento de preservar a la Tierra. En el estado Táchira, el fuego de la perversión medioambiental, se encargó de destruir 6 hectáreas del cerro “El Morrachón”, en la aldea “Helechales”. El incendio en la capa vegetal, fue producto de la infernal colocación de propaganda política opositora en el mes de agosto. El reservorio ecológico, ayuda a la regeneración de la Naturaleza y es un ícono cultural para los residentes y turistas, debido a que asemeja la forma de un volcán. Adicionalmente, en el mes de abril, se rescataron 3 cachorros de la especie León Africano, que eran parte de un contrabando de especies de fauna en la población tachirense de Ureña.
En el estado Monagas, el ecocidio generado en el mes de febrero por el derrame petrolero en el río “Guarapiche”, en la ciudad de Maturín del estado Monagas, fue otra muestra de que la salud de los recursos naturales no sólo depende de la prolijidad humana sino del sentido común. A su vez, en el mes de marzo, la extracción ilegal de granzón en el sector “El Limoncito”, en el municipio monaguense de “El Sotillo”, deterioró la calidad de los suelos tras la indiscriminada extracción del mineral empleado en labores de pavimentación urbana.
En el estado Falcón, la explosión en el Complejo Refinador de “Amuay”, ubicada en la Costa Occidental de la península de Paraguaná, dejó la pérdida de vidas humanas y el descontrol de las llamaradas de fuego que contaminaban el aire, debido a la combustión de gases tóxicos para la atmósfera. Mientras que en el sector “La Cabaña” del estado Miranda, se decomisaron más de 135 rolas de madera de la especie “Pino”, que se talaron a mediados del mes de noviembre. La madera decomisada será la materia prima para la construcción de viviendas, refugios y proyectos sociales de autogestión. A su vez, en la población de “El Tigre” en el estado Anzoátegui, se retuvo en el mes de julio un saco de nylon que contenía 8 aves de la especie Tucán (Ranfástidos) y 11 aves de la especie de Loros (cotorras). El tráfico ilegal de fauna exótica es una perversa realidad que afrontamos a diario.
Reforestar el pensamiento
Como se apreció en los anteriores párrafos, la mayoría de las personas emplean a su propia conveniencia el Medio que los alberga. Todos quieren que llegue la luz de un nuevo día para: llegar bien temprano a la escuela, asistir al área de trabajo, ganar más votos del pueblo, hacer las compras en el supermercado, disfrutar del concierto por la noche, contraer nupcias en la Iglesia, estampar la firma en un 185-A, visitar a los abuelos y un sinfín de actividades. Pero, le pregunto: ¿Qué hace usted para que la Tierra le conceda el privilegio de sentir el resplandor del sol naciente? Poco o nada, ¿Cierto? El problema, es que no se conforman con la indiferencia ecológica, sino que además: lanzan basura en las calles, contaminan el aire por el tubo de escape, llenan de ruido a la ciudad con el infernal “corneteo”, dejan encendidas las luces del hogar por capricho y gozan asistiendo a los “Circos”, en los que se abusan de los animales por el vil lucro.
Adicionalmente, los individuos sólo salen a protestar en las calles venezolanas, con el objetivo de exigir las remuneraciones económicas, que afloran el vacío eco-espiritual que llevan a cuestas. Fuera mejor, salir el lunes para reclamar el pago de las prestaciones sociales. Luego, acudir el jueves a una protesta pacífica en contra de las Corridas de Toros. Y el sábado, ir a un parque en pro de reforestar las áreas verdes. ¿Utopía? Hoy, es mucho más que una utopía. Como siempre alegamos, NO hay que generalizar en un profuso soplido al viento, pues sabemos que existen familias y amigos bien intencionados, que respetan al Ambiente y enfrentan la lucha ecológica a diario. Lo que se necesita, es una mayor predisposición de la gente en incentivar el activismo dentro de sus comunidades.
Creemos que los antivalores le han hecho mucho daño a la Sociedad Venezolana. La violencia intrafamiliar, la basura audiovisual que transmiten los medios privados de TV y la hipocresía laboral, generan un clima de tensa calma en la interacción Hombre-Medio; y por ende, una actitud belicista de la gente sin considerar las consecuencias. La distorsión de la realidad “real” que vivimos, le abre la puerta al círculo vicioso de: las pesadillas, el robo a mano armada, la sed de venganza y finalmente: la autodestrucción del Ser. Si las personas retomaran valores sacros para la Vida, como: el respeto, la tolerancia y la solidaridad, apostamos a que de forma natural, adoptarían el gran valor de la “Ecología”.
Por un futuro ecológico
Es cierto que el Estado venezolano, sigue estimando con hechos palpables la creación de una Revolución Ecosocialista que preserve los recursos naturales de la “Pachamama”. Las leyes ecológicas emanadas de la Asamblea Nacional, las Misiones pro-conservacionistas y las políticas integrales conllevadas por el Ministerio del Poder Popular para el Ambiente (Minamb), han sido instrumentos legales, socio-culturales y educacionales, para que las personas comprendan oportunamente que existen deberes y derechos en el entorno que cohabitan. La gran cantidad de delitos medioambientales que explicamos en el artículo, tuvieron como sentencias judiciales: la plantación de árboles por parte de los delincuentes, la realización de charlas de sensibilización ecológica, el pago de unidades tributarias y la privación de libertad hasta por 3 años.
Lo lamentable, es que no siempre se logra evadir la impunidad en beneficio de la Madre Tierra, por lo que es necesario que la gente se decida en asumir el compromiso de identificar y denunciar los agravios medio ambientales. Para ello, el Minamb dispone de una línea telefónica gratuita (080026243683), en la que las personas pueden llamar y realizar con premura la denuncia. Es importante crear espacios públicos en los que se debata el marco legal de “La ley penal del Ambiente”, los logros de la participación popular en la “Misión Árbol Socialista” y el desarrollo sustentable que insta el Programa “Sembrando Luz”. Auspiciar la conformación de Mesas de trabajo en: plazas, sectores concurridos y recintos laborales, para que la colectividad proponga tareas mancomunadas de usufructo ecológico, así como el interés de los cuerpos policiales municipales, en propiciar el tema medioambiental en sus rondas de patrullaje y al recibir las denuncias.
La clave para combatir realmente la apatía ecológica venezolana, tiene como eje central de ataque, el deber de alentar “SIEMPRE” una conciencia “verde” en las escuelas, universidades y politécnicos, para que la juventud criolla, se atreva a reconocer el gran poder de la “Ecología” y se transformen en agentes de cambio dentro de sus comunidades. Sólo así, en un futuro cercano, la indiferencia será parte del inicuo pasado, que nos hizo aflorar un presente de amor por la Tierra. A continuación, le anexamos links de artículos, sitios Web y guías, para que usted sea parte de la naturaleza revolucionaria. Hay que felicitar a Aporrea.org, ya que es un verdadero medio de comunicación alternativo, presto a valorar contenidos inéditos y que exhortan al debate de las ideas entre sus lectores.
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