Yo había escrito aquel artículo “Juanes al carajo”, contra toda aquella cursi alharaca que se desató entre millares de cubanos en las isla que veían como una gran vaina el que Juanes les cantara.
El uribista Juanes ahora con el otro uribista Miguel Bosé, aparece abrazado a José Antonio Abreu, todo un verdadero escándalo moral y humano que no cabe en nuestra alma chavista y bolivariana.
¿Qué vaina es esa?
Eso no se puede aceptar por ningún motivo y el pueblo todo debe protestarlo contundentemente.
El señor Abreu, en el momento más sensible y doloroso que venimos sufriendo, con el estado gravísimo de salud de nuestro Comandante, es como una mofa, como un desprecio a lo más sagrado para nosotros en este instante. Algo que nos hiere en lo más hondo de nuestro corazón. De la patria. Con razón, carajo, el talento sin probidad es un azote. Insólito.
El canalla Miguel Bosé se ha convertido en el canciller de la putería gringa que va por el mundo hablando barbaridades contra Chávez. A donde quiera que va este señor lo que hace es hablar horripilantes barbaridades contra nuestro querido Presidente, y no me vengan a decir que el señor Abreu desconoce esto. Si lo desconoce es otro imbécil.
Este repugnante Miguel Bosé, fue perdidamente arrodillado a la Nueva Granada. para declararse colombiano, y recibió esa acreditación, esa nacionalidad en el palacio de Nariño de mano del mismísimo Álvaro Uribe, en momentos en que ese descomunal asesino y narcotraficante mantenía una guerra frontal contra nuestro país.
En verdad que aquella locura y estupidez de llevar a Juanes a Cuba para que cantara su ridiculez de la camisa negra, me parecía de otro mundo, igualito a lo que sentí cuando un montón de miserables hijos de puta salieron a marchar por las avenidas de Caracas para impedir el “cierre” de RCTV.
La misma cosa: Clamores en La Habana porque cantara Juanes, protestas contra el “cierre” de RCTV en Caracas. Idéntico.
Pero en fin, hay cosas que algunos mientan de “alta política de partido” que los de abajo no entendemos un carajo.
Al parecer todo el mundo pasaba por alto que Juanes es un uribista redomado. Un mayamero de siete suelas. Un pro-yanqui de lo más cutre y degenerado que quepa imaginar.
Aquella locura porque Juanes fuera a cantar a Cuba, yo decía entonces, que era cosa, por Dios santo, que no entendía ni entenderé nunca: porque esas bazofias que balbucea ese señor uribista nada tienen que ver con música ni con arte. Yo atribuía aquella imbecilidad a que todavía queda allí en Cuba un remanente de profunda devoción por lo gringo que seguramente ninguna revolución podrá extinguir. Habrá que resignarse.
Allá en Cuba existe una devoción intensísima por Walt Disney, por ejemplo.
Después vimos, para ponerle la guinda a la torta, a Silvio Rodríguez abrazando a Juanes, como una gran cosota, algo que también me dejó pasmado; eso fue otro gesto para que el concierto en Cuba se diera con los mismos golfos que habían cantado en la frontera, por allá en Cúcuta (que por cierto en aquella ocasión fue todo un canto dedicado íntegramente a los escuálidos).
¿Qué carajo, me planteaba, podía ganar Cuba teniendo allí a ese mequetrefe del Juanes, otra excrecencia pútrida del capitalismo que se ha metido un billete componiendo puras bazofias comerciales?
Yo jamás he creído que a un verdadero chavista le pueda gustar esa música de mierda, y me perdonan.
Más bien, sugería, que Cuba iba a perder muchísimo llevando a ese uribista sin alma, sin patria y sin principios humanos ninguno a la tierra del gran José Martí.
También argumenté que seguramente después de ese fulano concierto unos cuantos pendejos cubanos iban a querer emigrar para tratar de imitar a esa clase de guiñapos que lograron “tanta gloria y éxito en el país de los sueños y en el país de las oportunidades”.
Recordé que todos los muermos mayameros como el Carlos Vives, el dominicano Juan Luis Guerra, el apestoso gachupín de Alejandro Sanz, el retorcido de alma y cuerpo Miguel Bosé y el proto-adeco Ricardo Montaner, gozaron de lo lindo en el Concierto por la Paz en la Frontera echándole pestes a Chávez. Que la Hillary Clinton apoyó la organización de de ese concierto de Juanes en Cuba.
De aquellos polvos vienen estos lodos, con el viejito sinvergüenza José Antonio Abreu, abrazado a tamaños badulaques y estafadores.
Por mi artículo contra Juanes saltaron en Cuba un montón de amantes de la música mayamera atacándome. Por aquí saltó un tal Juan Miguel Díaz Ferrer indignadísimo, quien de largada expresó: “Lo primero que nos sorprende es cómo alguien que se presenta como hombre de cultura utilice un lenguaje tan soez para expresarse".
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