Consternado aún, sumergido en un mar de lágrimas ante la inesperada, impactante e infausta noticia, se escriben estas líneas para dibujar el sentir de un pueblo que llora, ama, siente y acompaña en este nuevo viaje a su genuino líder de corazón inmenso, Hugo Chávez Frías.
Es oportuno citar a Alí Primera “El lagrimear de las Cumaraguas, está cubriendo todo mi pueblo…”. Así vemos a la patria, hecha toda una lágrima de los millones de seguidores y admiradores de las genialidades y simpatías de un hombre que supo entender y atender las necesidades de las mayorías, por su puesto de un inmenso colectivo que nunca tuvo accesibilidad a las riquezas que provenían del petróleo venezolano.
Su amor al pueblo fue tenaz, constante, cada minuto cada segundo, un amor puro, una entrega total, tanto que dejó su vida por hacer patria, por dar su mano y su palabra de esperanza a todo un conglomerado que hoy nos unimos, más que nunca, para llorar y pasar este doloroso momento que nos ahoga y embarga de pesar, dejándonos con el alma desnudos mirando su destello que difumina su sonrisa en el cielo infinito.
Pese a una devastadora e implacable oposición irracional que se opuso a todos sus proyectos, el comandante Chávez logró sembrarnos también ese amor a la patria, a la solidaridad, al afecto, a la esperanza que tenemos que tener todos de una Venezuela Potencia y el derecho impostergable de vivir en un mundo mejor donde alcemos con hidalguía las banderas de los valores, de la ética y la moral para entregárselo a nuestros hijos y a nuestros nietos.
Su lucha fue frontal contra la inmoralidad, la corrupción, toda clase de imperialismo, la opresión y la anarquía. Se abrazó de la imperiosa vitalidad de incluir a los más humildes a la salud, a la educación, a la justicia e igualdad social. Determinó qué fuésemos un país pleno de libertad y soberano como derecho humano y herencia libertaria. El nos hizo dueño de nuestra propia libertad.
Así fue nuestro Hugo Chávez, un hombre sin dilaciones, un hombre que no vió tiempo para recular, sino que fue siempre a la vanguardia, que se descalzó para correr más rápido para tender la mano solidaria, la mano de paz, la mano de amor, el abrazo sincero y la palabra cierta y profunda en medio de la penumbra de nuestras vidas.
Ante las trampas del burocratismo, saltó la brillante idea de crear las misiones, después las Grandes Misiones donde la agilidad del gobierno revolucionario supo entregar diligentemente las soluciones a una población que demandaba durante siglos la presencia de un hombre valiente e inteligente, como fue, es y será siempre Hugo Chávez.
Nos ha dejado un valioso legado, una enseñanza eterna, nos dejó su vida, su pensar y su actuar para el estudio posterior que seguro será referencia en las más importantes universidades del mundo. Y para nosotros, cada uno de los venezolanos que amamos esta patria, será nuestro faro que nos iluminará en este camino de construcción de patria que debemos seguir desde cada uno de nuestros espacios.
Qué Dios, que bien sabe hacer las cosas, en su bondad inmensa, tenga misericordia de nuestro Comandante y Presidente, y de cada uno de nosotros y nos bendiga día a día por seguir llevando felicidad en cada rincón de este suelo bendito y vigoroso, que hoy está húmedo de las millones de lágrimas de un pueblo que llora, pero que entiende que la lucha sigue y que nos encontramos rodilla en tierra para enfrentar el imperialismo en cada uno de los espacios que sea necesario.
Consideramos que es un momento para llorar, pero para elevar en lo más alto nuestra conciencia y nuestro rol que debemos seguir cumpliendo para continuar aportando un granito de arena en la edificación de los más sublimes sueños de felicidad de cada uno de los venezolanos y venezolanas que integramos esta Venezuela gigante, bonita y noble, donde merecemos cada vez más dignidad y amor.
Chávez es, sin duda, la sexta raíz de nuestra Revolución: Bolívar, Rodríguez, Zamora, Sucre, Miranda y ahora el más vigente, Chávez…, un apóstol de la dignidad, un guerrero de la luz al servicio de América Latina y el mundo entero…, sobre esto sobran argumentos que señalaremos en próximas entregas.
El autor es: Diputado AN
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