La cabra Capriles anda como loco. En serio que me preocupa esa mirada anómala y la oscuridad que proyecta su alma misteriosa.
Su desatino político sólo es comparable a su falta de gracia.
Acaba de llevar a la oposición al desaguisado de incumplir un acto solemne de Estado. ¡Qué bochorno! ¡Qué falta de respeto!
Ni siquiera han guardado el más mínimo recato ante el duelo gigantesco que nos afecta como pueblo, y ante la presencia de dignatarios de una cincuentena de naciones amigas.
Con su torpe arrogancia de muchacho mal criado escupió en una rueda de prensa que nadie había elegido a Nicolás para asumir la Presidencia de la República.
¡Bestia! Por eso vivís amargado.
A Nicolás lo eligió Chávez, casi nadie.
El Presidente encargado- para quien deseamos todo lo bueno, el valor y la fuerza- pudiera responderte con una simple frase que atemoriza a la derecha malvada. Nicolás pudiera decirte: “por ahora”.
El talante democrático de nuestra Revolución Chavista está demostrado y reconocido mundialmente.
Habrá elecciones constitucionales en pocos días, y la cabra Capriles tendrá la ocasión de ser un majunche reincidente.
Eso sí, le auguro al candidato de la amargura una paliza descomunal. No me extrañaría que suceda lo que en 2005, ganaríamos por forfait.
Pero nosotros no comemos cuentos. Estamos listos para regalarle a nuestro amado Comandante Eterno una victoria espectacular en su honor.
Tal como se lo dije a unos escuálidos de pezuña que deseaban la muerte del Presidente Chávez: “Sus malos sentimientos les amargarán la vida, y vamos a gobernar este país mil años, porque el liderazgo de Chávez seguirá creciendo mucho más allá de la muerte”.
Las manifestaciones de fervor del pueblo chavista nos dan motivos de orgullo ante tanta claridad de propósitos y tanta lealtad altruista.
Estamos alertas frente al fascismo que destila odio. No bajamos la guardia ni un segundo. Hemos heredado un tesoro espiritual inconmensurable y viviremos para cuidarlo y eternizarlo.
Y a esos que se burlan de nuestro dolor, abiertamente o entaparaos, les regalamos una canción del sabio Silvio Rodríguez: Te molesta mi amor.