La oposición, prosigue con sus tentáculos de cuestionar los hechos logrados por el Estado Bolivariano de Venezuela, en estos últimos catorce (14) años. Lo que evidencia una carencia de voluntad política para reavivar una campaña electoral sana y mueva sanamente a la masa hacia un verdadero amor hacia la patria, lo que daña la integración de los factores políticos y sociales, convirtiendo al partido Primera Justicia en un individualismo pertinaz< que quebranta el principio de confraternidad entre el pueblo, por el lenguaje que utiliza en el territorio nacional. Siendo una posición completamente deshonesta, originando distanciamiento entre los miembros de otras toldas ideológicas y poseedoras de una gran experiencia en el campo político venezolano.
Estas consecuencias negativas las paga el pueblo. Algunos de sus dirigentes zonales vienen motivando guarimbas y, hasta hacen pelear a los grupos familiares, mutilando prácticamente los mensajes patrióticos de algunas organizaciones que le respaldan. Obvian que el hombre del campo está agradecido al presidente Chávez Frías, sin aspaviento politiquero.
En el candidato opositor, surgen los discursos aislantes de AD y COPEI con sus peleas intestinas y, sin respeto a los ciudadanos votantes vocifera incongruencias y adversidades hacia los vecinos, obviando nuestra gesta histórica, ofenden a la sagrada historia de los patriotas y gente del pueblo que luchó y alza sus banderas hacia la gloria de una independencia justa y libre. AD y COPEI, tienen sus cargas de asentamiento político del país y el partido justiciero, les da un trato de patio trasero, sin importarles los ancianos, jóvenes ayer que lucharon por un ideal. Aunque las consecuencias para los bolivarianos sean de otro criterio.
El funcionamiento administrativo del Estado Bolivariano de Venezuela, sigue su curso. Los proyectos se cumplen con el plan Simón Bolívar 2013-2019 y la industria nacional cumple con sus operativos de crecimiento, gracias a los empresarios que confían en el país, en esto, no hay ningún tipo de misterio.
Somos constructores de la paz, en este siglo XXI. Promotores de la cultura con un gran impulso humano, empujando al hombre hacia el desarrollo agrícola y espiritual en un país pionero de las riquezas escondidas y vistas, como la de los hidrocarburos y hierro. A la vez, somos iniciadores de la cultura musical. Somos los seguidores del ideal bolivariano.
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